– Dos veces.
– ?Aquellos que rompieron conmigo sin motivo?
– Imagino, pero no conozco los detalles.
Meri se puso de pie y se enfrento a el.
– Claro que no. ?Por que molestarte cuando tienes empleados? Debe de ser muy incomodo estar tan cerca de mi en estos momentos. La distancia hace que todo es mas sencillo. No tienes que lidiar con sentimientos.
Meri lo golpeo en el pecho.
– ?Maldito seas! Odio todo esto. ?Sabes cuanto lo odio? Para ti no era ni una persona. Ni siquiera te molestaste en involucrarte tu mismo.
– No fue asi. Queria que estuvieras a salvo. No queria que acabaras con el hombre equivocado.
– ?Y sabias quien era el hombre equivocado?
– Si.
Meri dejo caer los brazos a los lados y lo miro con lagrimas en los ojos.
– ?Quien es el hombre adecuado? ?Acaso existe?
– No lo se.
– Eres tu.
– No, no lo soy.
– Lo eres para mi -dijo y se giro-. No deberias haberlo hecho, Jack. Es un juego de ganar o perder. Todo o nada. No puedes quedarte en el medio. Hunter estaria desilusionado, al igual que lo estoy yo. Habria sido mejor desaparecer. Al menos, eso habria sido honesto. Yo lo habria respetado.
– No necesito tu respeto -dijo, pero de repente se dio cuenta de que no era asi.
Por alguna razon, la opinion de Meri le importaba. Al igual que la de Hunter.
Se fue hacia la puerta y se detuvo.
– No sabia como estar ahi para ti, Meri. No sabia como mirarte junto a la tumba de Hunter y decirte lo mucho que lo sentia. Siempre estuve cuidando de ti.
– Eso no era consuelo cuando estaba sentaba en mi habitacion de la universidad, el dia de Navidad, sin otro sitio al que ir -dijo-. Y hay algo mas aparte de sentirte culpable por la muerte de Hunter. Nunca te gusto que estuviera enamorada de ti.
Jack recordo aquella tarde de su diecisiete cumpleanos y como le habia abierto su corazon.
– No sabia como ayudarte. No podia ser el hombre que querias.
– Dime la verdad, Jack. No podias soportarme porque era fea y gorda.
Su dolor habia aumentado. Jack podia sentirlo. No le gustaba que nadie se le acercara demasiado. No queria que nadie supiera la verdad sobre el ni conociera la soledad de su corazon.
Se acerco a ella y la tomo por los brazos, obligandola a mirarlo.
– ?Se te habia pasado por la cabeza que me gustabas mucho? ?Que veia la mujer en la que podias convertirte y me daba cuenta de que nunca estaria a tu altura? ?Alguna vez se te ocurrio que al defraudar a Hunter sabia que os perderia a ambos?
Los ojos de Meri se llenaron de lagrimas.
– No seas cruel. No quieras hacerme creer que te importaba.
– Me importabas. Eramos amigos. Siempre me pregunte si podia haber habido algo mas entre nosotros, hasta que me di cuenta de que era imposible despues de lo que hice. Le defraude a el y a ti tambien. Lo sabia y no pude enfrentarme a ninguno de los dos.
Jack se dio media vuelta y se fue a la puerta.
– Te menti sobre Hunter. Pienso en el todos los dias -anadio.
Hizo ademan de agarrar el pomo de la puerta, pero en vez de eso sintio algo calido. De alguna manera, Meri se habia puesto frente a el y le acariciaba el rostro, los hombros y el pecho.
– Jack, tienes que olvidarlo. No hiciste nada mal. Hunter no habria querido que sufrieras de esta manera.
– No se que mas hacer para arreglarlo -admitio.
– ?Te vas a estar culpando toda la vida?
El asintio.
– Tienes razon -susurro Meri-. Soy la mas lista en esta relacion -anadio y lo beso.
Jack trato de resistirse. Estar con ella era lo ultimo a lo que tenia derecho. Pero su boca era suave e insistente y sus manos lo atraian hacia ella. Era guapa e inteligente, ?Como iba a poder resistirse?
Meri acaricio con la lengua los labios de Jack, encendiendo su deseo. Sabia que durante unos minutos podria olvidar el pasado y vivir el presente.
– Eres un hombre dificil de convencer -murmuro tomando la mano de Jack y llevandosela al pecho.
Capitulo Once
Meri sonrio al tomarla Jack entre sus brazos y llevarla a la cama. La dejo, se inclino sobre ella y la beso con tanto deseo que ella se olvido de todo, menos del momento y de como aquel hombre la hacia sentirse.
Su boca era firme y su lengua, insistente. La acaricio por todos los sitios, quitandole la ropa hasta que estuvo completamente desnuda. Luego continuo deslizando una mano por su piel, excitandola con cada roce.
Era como ser atacada por una bestia sensual, consiguiendo lo que queria con sus furtivos ataques. Meri se retorcia de placer, unas veces riendo y otras gimiendo. Por fin lo hizo detenerse, rodeandolo por la cintura con las piernas y manteniendolo firme sobre ella.
– Estas jugando conmigo -murmuro ella mirandolo fijamente.
– Dime que no te gusta -respondio Jack curvando sus labios.
– No puedo.
– Meredith.
Jack comenzo a besarla. Meri separo las piernas, dando la bienvenida a su lengua y a la excitacion que sus caricias le provocaban. Luego, agarro su camisa y se la hizo quitar.
Lo siguiente fueron los vaqueros y despues los calzoncillos. Cuando estuvo tan desnudo como ella, Jack abrio el cajon de la mesilla. Los preservativos estaban debajo del libro que Meri estaba leyendo.
Pero en vez de ponerse uno, se coloco a un lado y acaricio su pecho derecho con los labios, a la vez que deslizaba una mano entre sus muslos y acariciaba su parte mas sensible.
Meri abrio las piernas y trato de mantener la respiracion mientras el exploraba su centro. La beso apasionadamente sin dejar de acariciarla. Con cada roce, su cuerpo se tensaba mas y anunciaba un orgasmo que haria que el mundo temblara.
Intento mantener la respiracion, pero sentia una presion en el pecho que le hacia dificil respirar. Cuanto mas cerca estaba, su corazon mas se encogia, hasta que llego al punto de no retorno.
Meri se estremecio y su orgasmo la hizo olvidar todo excepto una cosa: su amor por Jack. A traves de las oleadas de placer, esa verdad se afianzo y se pregunto como habia logrado convencerse de lo contrario. Claro que lo amaba. Lo amaba desde el primer momento en que lo habia visto y durante los once anos que habian pasado separados. Nunca habia amado a ningun otro.
Su cuerpo se tranquilizo, pero no su mente. Ni siquiera cuando Jack se puso el preservativo y la penetro. Le hizo el amor a un ritmo constante, provocando una sensacion de locura en la que deseo perderse.
Pero el sentir el cuerpo de Jack sobre el suyo no era suficiente para despejar su cabeza, ni las oleadas de placer, ni el calor, ni los gemidos.
Meri se aferro a el, deseando que el tiempo se parara. Si al menos eso fuera posible… Pero no lo era. Conocia lo suficiente acerca del universo como para saber que todo estaba en marcha y que no habia nada estatico.
Lo que queria decir que, con el tiempo, su dolor desapareceria. Porque lo otro que sabia con toda certeza era que Jack nunca la amaria.
Jack inspiro el aroma corporal de Meri mientras acariciaba su cara. Era muy guapa, siempre lo habia sido.