– Voy a quedarme aqui tambien.
Su voz era calida y sensual. Si hubiera sido otra mujer, le habria agradado.
– ?Por que?
– Soy el ama de llaves, la que te prometieron. Estoy aqui para hacer tu vida mas facil.
Aquella declaracion parecia esconder un desafio.
– No necesito un ama de llaves.
– No tienes opcion. Estoy incluida en la casa.
– Eso es ridiculo.
Sabia que trabajaba para un gabinete de expertos en Washington D.C. y que actualmente estaba trabajando en un proyecto de JPL y otras companias privadas para el desarrollo de un combustible solido para cohetes.
– Eso es lo que Hunter queria. Ambos estamos aqui por el -dijo sonriendo.
El fruncio el ceno. No se creia aquella historia. ?Por que iba a querer Hunter que su hermana estuviera en la casa un mes? Claro que habia pedido a todos sus amigos que pasaran ese tiempo alli, asi que era posible. Ademas, probablemente Meri no querria estar en la misma casa con el, sobre todo despues de lo que habia pasado en su diecisiete cumpleanos.
La habia herido. No habia sido su intencion, pero asi habia sido y en aquel momento no habia sabido encontrar la forma de arreglar las cosas. Luego, Hunter habia muerto y todo habia cambiado.
Quiza estuviera dando demasiada importancia a aquello. Quiza a Meri le diera igual lo que habia pasado entre ellos.
– Entremos -dijo ella, mostrandole el camino.
Recorrieron un amplio vestibulo de suelos de piedra y una gran escalera. El lugar era acogedor y masculino. No era el tipo de casa que el se construiria, pero al menos no se volveria loco con adornos de flores secas y olorosas.
– Haras ejercicio subiendo las escaleras.
– ?Te quedas aqui abajo? -pregunto el mirando a su alrededor.
– No, Jack -respondio sonriendo-. Estare en la segunda planta, frente al dormitorio principal. Tan solo nos separaran unos metros.
A proposito, Meri abrio los ojos como platos y se inclino hacia el al hablar. Queria que la insinuacion quedara clara. Despues de lo que Jack le habia hecho pasar once anos antes, se merecia que lo hiciera sufrir. Antes de darle la oportunidad de contestar, Meri siguio caminando por el pasillo.
– Tambien hay un despacho -continuo-. Puedes usarlo. Cuenta con acceso a Internet y fax. Yo trabajare en el comedor. Me gusta dispersar los papeles cuando trabajo. Suelo implicarme mucho.
Enfatizo las ultimas palabras y tuvo que hacer un esfuerzo para contener la risa. Lo cierto era que se lo estaba pasando mejor de lo que habia imaginado. Tenia que haber castigado a Jack mucho tiempo antes.
Al subir la escalera, se aseguro de menear las caderas y de caminar inclinada ligeramente hacia delante para obligarlo a reparar en sus pantalones cortos. Se los habia puesto a proposito, al igual que el top de amplio escote que dejaba muy poco a la imaginacion. Le habia llevado dos dias decidir el atuendo perfecto, pero habia merecido la pena ese tiempo.
Los pantalones eran ajustados y lo suficientemente cortos como para dejar ver el final de su trasero. Vulgares, pero efectivos. Sus sandalias tenian unos tacones que las convertian en un arma y que hacian que sus piernas parecieran largas, un buen truco para una mujer tan menuda como ella.
El escote era tan amplio que habia tenido que cerrarselo un poco con unas puntadas. Se habia puesto maquillaje y unos pendientes largos que casi rozaban sus hombros desnudos.
Si sus companeros del laboratorio de Ciencias pudieran verla en aquel momento, se habrian caido al suelo de la sorpresa. Con ellos, solia llevar trajes y batas de laboratorio. Durante el mes siguiente, vestiria como una tigresa y disfrutaria de cada minuto.
Al llegar al final del pasillo, acelero el paso y de pronto se detuvo bruscamente. Jack tropezo con ella y alargo la mano para recuperar el equilibrio. Ella habia imaginado que eso seria lo que haria, asi que se giro, haciendo que la mano de Jack acabara sobre su pecho izquierdo.
El se enderezo y se aparto tan rapidamente que estuvo a punto de caerse.
– Lo siento -susurro el.
– Jack. ?No estaras tratando de insinuarte? Tengo que decir que no has sido demasiado delicado.
– No me estoy insinuando.
– ?De veras? -pregunto poniendo los brazos en jarras al mirarlo-. ?Por que no? ?Acaso no soy tu tipo?
El fruncio el ceno.
– ?De que va todo esto?
– De muchas cosas. No se por donde empezar.
– Empieza por el principio. A mi suele funcionarme.
?El principio? ?Y cual era el principio? ?El momento de la concepcion, cuando algun extrano gen de los Palmer habia decidido dar vida a una nina con un cociente intelectual excepcional? ?O mas tarde, cuando Meri se habia dado cuenta de que nunca se adaptaria en ningun sitio? ?O quiza el dia en que el hombre al que tanto amaba la habia rechazado de manera tan cruel?
– Vamos a pasar el mes juntos -dijo ella-. He pensado que podriamos divertirnos mas si jugaramos. Se que te gusta jugar, Jack.
– Tu no eres asi, Meri.
– ?Como estas tan seguro? Ha pasado mucho tiempo. He madurado -y girandose lentamente, anadio-: ?No te gustan los cambios?
– Estas estupenda y lo sabes. Asi que, ?cual es la cuestion?
La cuestion era que lo deseaba desesperadamente. Lo queria rogandole y suplicandole. Entonces, lo dejaria plantado. Ese era su plan.
– No voy a acostarme contigo. Eres la hermana de Hunter. Le di mi palabra de que cuidaria de ti. Eso quiere decir vigilarte, no acostarme contigo.
Su intencion era mantener la calma. Lo habia escrito en su lista de cosas para hacer, pero le era imposible.
– ?Cuidarme? ?Asi llamas tu a desaparecer a los dos segundos del funeral de Hunter? Todos os fuisteis, todos sus amigos. Lo esperaba de los demas, pero no de ti. Hunter me dijo que siempre estarias ahi para mi. Pero no fue asi. Te fuiste. Tenia diecisiete anos, Jack. Era una persona marginada, sin amigos y tu desapareciste. Claro que eso te resultaba mas facil que afrontar tus responsabilidades.
El dejo el equipaje en el suelo.
– ?Por eso estas aqui? ?Para reganarme?
– Es solo parte de la diversion.
– ?Serviria de algo si te pido perdon?
– No.
No, nada cambiaria el hecho de que la habia abandonado, como habia hecho todo el mundo al que alguna vez habia querido.
– Meri, si vamos a pasar un mes aqui, tenemos que encontrar la manera de llevarnos bien.
– ?Te refieres a ser amigos? -pregunto ella recordando como le habia dicho que seria su amigo, antes de rechazarla.
– Si quieres.
Ella respiro hondo.
– No, Jack. Nunca seremos amigos. Seremos amantes y nada mas.
Capitulo Dos
A la manana siguiente, Meri se desperto sintiendose mucho mejor. Despues de dejar comida hecha para Jack, volvio a su habitacion, donde se dio un buen bano y lloro cuanto quiso. Algunas lagrimas fueron por su hermano, pero la mayoria por ella misma, por lo cretina que habia sido y por las perdidas que habia sufrido.