– ?Has dicho algo?

– Yo no.

La charla sobre futbol continuo durante un rato. A medida que la pizza desaparecia, la conversacion languidecio. Los chicos se fueron alejando, hasta que Hawk y ella se quedaron solos en la mesa. Ella se echo a un lado para poner distancia entre los dos.

– Gracias por venir -dijo Hawk.

– De nada. No estoy muy segura de como ha sucedido. Estaba ocupandome de mis asuntos y, de repente, he aparecido aqui.

Tomo su servilleta de papel y comenzo a doblarla. Cualquier cosa menos mirar a Hawk.

– Tu «querias» estar aqui -dijo el.

Lo cual podia ser cierto, pero ella no iba a admitirlo.

– Eso tu no lo sabes.

– Si lo se.

Hora de cambiar de tema.

– Tu hija es encantadora.

El orgullo resplandecio en los ojos oscuros de Hawk.

– Brittany ha resultado ser estupenda. Quisiera llevarme todo el merito, pero la mayoria es de su madre.

– Debias de ser muy joven cuando nacio.

– Dieciocho.

– No seria facil.

El se encogio de hombros.

– Nos las arreglamos. Hubo algunas noches muy largas, horribles. La familia de Serena no quiso tener nada que ver con nosotros cuando decidimos casarnos y tener el bebe. Mi madre nos apoyo, pero estaba enferma y no tenia dinero. Lo hicimos solos.

– Tuvisteis suerte.

– Quiza.

– ?Cuanto llevan saliendo Raoul y ella?

– Unos meses. A pesar de lo que ocurrio en la pasteleria, es un gran chico.

– Lo se.

– Le confio a mi hija -dijo el. Despues titubeo-. Estoy intentando confiar en el ?Que puedo decir? Es mi nina. De todos los muchachos a los que conozco, es el que yo elegiria para ella -explico, y miro fijamente a Nicole-. ?Tu confias en mi?

– No.

– Deberias -dijo Hawk-. Soy digno de confianza.

– Ni por dinero.

Nicole parecia muy seria al decirlo, penso Hawk mientras reprimia una sonrisa. Le gustaba eso de ella. Le gustaba como se movia su pelo largo y rubio, y que siempre estuviera a punto de fulminarlo con la mirada. Le gustaba poder ponerla nerviosa.

– Estas muy guapa esta noche.

Ella pestaneo.

– ?Por que dices eso?

– Porque es cierto. Deberiamos salir.

Nicole fruncio los labios.

– No.

– ?Por que no? Te gusto.

– Me asombra que necesites tener citas -dijo Nicole-. ?No te hace compania tu ego?

– No me da calor por las noches.

– Quiza con una muneca hinchable caliente…

– Preferiria tenerte a ti.

Ella murmuro algo entre dientes y despues se levanto.

– Tengo que irme a casa.

Hawk le tendio el baston.

– Te acompano fuera.

– No es necesario.

Nicole tomo el baston y comenzo a caminar. Probablemente pensaba que, como tenia que pagar la pizza, el iba a quedarse rezagado y ella podria escapar. No sabia que Bill le enviaba la factura.

Cuando estuvieron fuera, Hawk aminoro el paso para ponerse a su lado. El aparcamiento estaba casi vacio.

– ?No hay que llevar a casa a ningun chico? -pregunto Nicole.

– Los padres vienen a recoger a los que no conducen, o vuelven a casa con algun amigo. No tienes responsabilidades, Nicole. ?Quieres pensar bien lo de esa cita?

– No.

Estaban junto a su coche, un Lexus 400 Hybrid. Un coche de chica, penso el con una sonrisa. Mono y curvilineo, con caracter. Como ella.

Le acaricio la mejilla con los dedos, ligeramente. Ella tomo aire con brusquedad, y el supo que no era tan fria como fingia.

– ?No quieres saltarte los preliminares y que nos vayamos directamente a la cama? -pregunto.

Ella alzo el baston.

– ?Y si te doy con esto?

– No me va el masoquismo. ?Y a ti? ?Deberia ofrecerte una buena tunda?

Incluso a la luz tenue del aparcamiento, vio que ella se ruborizaba.

– No -tartamudeo Nicole-. No puedo creer que hayas dicho eso.

– Solo estoy intentando averiguar lo que te gusta, y como puedo proporcionartelo.

– Crees que eres muy desenvuelto, pero no es verdad.

– Claro que si.

– Vete.

– No lo dices en serio.

– Si.

– Demuestramelo. Esta es tu oportunidad. Voy a besarte. Te lo advierto para que tengas tiempo suficiente de entrar en tu coche y marcharte. Incluso contare hasta diez, si tu quieres. Para darte ventaja.

Entonces volvio a acariciarle la mejilla y le paso el dedo pulgar por el labio inferior.

– No me cuesta nada admitir que me atraes mucho -murmuro-. Y me gusta.

En los ojos de Nicole se reflejo la indecision. El notaba la batalla que se estaba librando en su interior. Orgullo contra necesidad. Y sabia que bando queria que ganara.

Cuatro

Nicole era consciente de que lo mas sensato era meterse en su coche. En vez de hacerlo, le puso la mano en el hombro a Hawk y pregunto:

– ?Es que no vas a dejar de hablar?

– Ahora mismo -respondio el, justo antes de besarla.

Su boca acaricio la de Nicole con ternura, con un roce erotico que a ella le corto la respiracion. Hawk no solo besaba: invitaba, jugaba, excitaba y prometia, todo con un ligero y casto susurro de piel contra piel.

El cerebro de Nicole grito, suspiro, y despues dejo de funcionar. El calor invadio su cuerpo y la dejo debil y temblorosa. Entonces, el le puso una mano en la cintura, inclino la cabeza y presiono con mas firmeza contra su boca.

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