haciendolo mas de un ano. Habian intentado tener cuidado, pero la pasion anulaba el sentido comun a menudo. Brittany habia sido el resultado. Lo que entonces parecia una catastrofe habia resultado ser lo mejor que le habia ocurrido en la vida. Habia tenido suerte, y lo sabia.

Hablando de suerte… Recordo que la noche anterior habia besado a Nicole. Aquella era una actividad que podria repetir sin problemas. Ella no iba a ser facil, pero a Hawk no le importaba. Estaba mas que dispuesto a aceptar el reto.

Nicole confirmo los encargos para la semana siguiente y apago el ordenador. Una vez que terminaba la oleada de clientes del sabado por la manana, habia un rato tranquilo hasta que comenzaba la recogida de tartas. Normalmente, habian terminado para la hora de comer. La pasteleria cerraba el sabado por la tarde. Ese dia, habia terminado mas pronto de lo habitual con su trabajo, porque se habia obligado a pensar solo en el trabajo. Era eso… o recordar sin pausa su beso con Hawk. Aunque podia parecer una manera estupenda de perder el tiempo, ella sabia que el no iba a causarle nada mas que problemas, y que lo mas inteligente era evitarlo, incluso en el pensamiento.

Maggie llamo a la puerta del despacho.

– Hay un grupo de chicos de instituto en la tienda.

– ?Que quieres decir?

– Lo que he dicho. Han venido hace unos minutos, y pidieron cafe y croissants. Ahora estan sentados en las mesas, charlando. Como si fueramos un sitio de moda. Nunca hemos sido un sitio de moda.

– ?Estan dando problemas?

– No. Son muy educados. Pero es raro.

Nicole estaba de acuerdo con ella.

– Voy a ver que pasa -dijo.

Salio a la tienda y comprobo que la mayoria de las mesas estaban llenas de adolescentes que se reian y hablaban. Hacian un poco de ruido, pero aparte de eso, no podia poner ninguna objecion a su comportamiento. Estaba a punto de volver al despacho cuando reconocio a una de las chicas. Era una rubia muy guapa con pantalones cortos y camisa, que sonrio y saludo.

– Hola -dijo la chica-. Soy Brittany. Nos conocimos ayer.

– La novia de Raoul -dijo Nicole.

La hija de Hawk. Algo que todavia le resultaba dificil de creer.

– Exacto. Estamos esperando a que termine su turno. Despues vamos a ir a comer y a ver una pelicula.

– Parece divertido -dijo Nicole, y miro su reloj. Las doce menos cuarto-. Voy a decirle que estais aqui, para que vaya terminando. Tardara cinco minutos.

– Gracias, pero no tiene que darse prisa. Lo estamos pasando bien. Sus croissants daneses son estupendos.

Nicole se dio una palmadita en la cadera.

– Dimelo a mi.

Volvio detras del mostrador, donde esperaba Maggie.

– ?Los conoces? -pregunto esta.

– Conoci a un par de ellos ayer, en el partido.

Maggie llevaba anos trabajando en la pasteleria. Nicole y ella eran amigas, asi que con una sola mirada inquisitiva consiguio la respuesta.

– No se que estaba haciendo en un partido de futbol de instituto -admitio Nicole-. Raoul juega en el equipo y me pidio que fuera. Yo queria apoyarlo. Me presento a Brittany, su novia. Es animadora.

Maggie se echo a reir.

Nicole miro a los chicos.

– No te rias. No tiene gracia.

– Para mi si. Tienes exito entre los jovenes.

– Estupendo. He tardado en conseguirlo diez anos, despues de salir del instituto.

Nicole fue al obrador y le dijo a Raoul que podia salir antes. Segun Sid y Phil, trabajaba muy bien. Ella se alegraba de que no le hubiera fallado el instinto. Estaba a punto de marcharse a casa tambien, cuando Maggie la encontro.

– Tienes a un caballero de visita en la tienda.

Nicole se sorprendio, y al segundo sintio que se le aceleraba el corazon. ?Hawk? ?Era Hawk? No entendia por que deseaba tanto que fuera el.

– Nadie habla asi.

– Yo si, y es un monumento.

Claramente, era Hawk.

– Gracias -dijo Nicole-. Voy a ver que quiere.

Maggie se dio unos golpecitos en la redecilla del pelo.

– Si tu no estas interesada, preguntale si le gustan las mujeres mayores. Tendra unos treinta y cinco anos, ?no? Solo me saca veinte.

Nicole sonrio.

– Tu estas felizmente casada.

– No me lo recuerdes.

Nicole volvio a la tienda. Los adolescentes se habian marchado. Hawk estaba frente al mostrador, y era lo mas tentador que habia en toda la pasteleria. Ella lo elegiria antes que una tarta de chocolate.

Sin querer, recordo el beso de la noche anterior. La habia dejado llena de deseo, pero tambien preocupada. Quiza hubiera exagerado sus miedos. Si se besaban de nuevo, lo comprobaria.

– Hola -dijo Hawk con aquella sonrisa lenta y sexy que le aceleraba el corazon.

– Hola -respondio ella.

– Queria pasar a darte las gracias por lo de anoche.

Nicole oyo un resoplido desde la trastienda y supo que Maggie estaba escuchando. Hizo caso omiso de su amiga.

– ?Darme las gracias por que?

– Por llevar a los chicos a la pizzeria y por quedarte. Por escuchar. Eres un gran ejemplo para ellos. Mayor que los estudiantes, pero no una de las madres. Tienes exito, eres equilibrada…, alguien a quien pueden admirar, en quien pueden fijarse.

Todo lo que le decia sonaba muy bien, pero ?no podria ser su esclava sexual, en vez de eso? No, un momento, ella queria ser exitosa y equilibrada. El de esclava sexual no era un papel en el que se sintiera comoda. Siempre habia sido una chica muy normal. Algo le decia que aquel no era el estilo de Hawk.

– No has venido hasta aqui solo para darme las gracias -dijo. Se estaba preguntando si el le estaba tomando el pelo y cuanto tiempo iba a pasar antes de que confiara de nuevo en un hombre.

– En parte si.

– ?Y la otra parte?

– Dulces -respondio Hawk. Se saco una hoja de papel del bolsillo y la desplego-. Estamos hablando de unos treinta y cinco chicos, un par de padres, algunos amigos. Digamos que unas cincuenta personas. Nada muy elaborado.

Nicole parpadeo.

– ?Has venido a encargar pasteles para cincuenta personas?

– Si. Los domingos por la tarde revisamos la filmacion del partido del viernes por la noche. Los mantiene concentrados en el trofeo. Y me gusta que consuman azucar, porque asi nadie se queda dormido. Estaba comprando en otra pasteleria, pero me gusta mas la tuya. Bueno, ?que tienes?

Nicole sintio tal decepcion que tuvo ganas de darle un golpe, pero no lo hizo. No tenia sentido dejar que el viera lo patetica que era.

– No querras tartas -dijo. Paso detras del mostrador y observo el contenido de la vitrina-. Yo diria que galletas y magdalenas glaseadas. Puedo hacer una seleccion.

– Eso seria estupendo.

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