El momento fue asombroso. Surgieron chispas de deseo que explotaban y aterrizaban sobre ella, y que casi le quemaban la ropa. Sin darse cuenta, se inclino hacia delante hasta que sus cuerpos casi se tocaron. Casi… pero no.

Entonces el le lamio el labio inferior, y ella abrio la boca y estuvo a punto de jadear de placer al sentir la punta de su lengua en la de ella. Hawk la beso profunda, minuciosamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo y fuera a usarlo para satisfacerla.

Exploro y acaricio, se retiro y volvio a hundirse en su boca. Mantuvo una mano en su cintura, y la otra la poso en su cadera. Lentamente, la movio hacia abajo, hacia su trasero, y tomo la curva con la mano para apretarsela suavemente. Ella se arqueo instintivamente contra el, y los muslos de ambos se tocaron, y sus senos se unieron a los musculos duros como rocas del pecho de Hawk.

Entonces, su vientre entro en contacto con algo grande y grueso y…

Nicole se aparto y miro a Hawk a los ojos, fieros y oscuros. Estaba excitado, ella habia sentido su ereccion. Lo cual significaba que estaba excitado por lo que estaban haciendo.

A Nicole le gustaba pensar que estaba bastante centrada. Que era segura y capaz, y que el hecho de haber encontrado a su marido en la cama con su hermana pequena no habia destruido por completo su autoestima. Sin embargo, fue una sorpresa darse cuenta de que besarse durante unos minutos con ella habia excitado a una maquina sexual como Hawk. Una sorpresa agradable y reconfortante.

– Besame otra vez -le dijo.

– Eres exigente.

– ?Algun problema?

– Demonios, no.

El la abrazo con fuerza y la beso de una manera que le encogio las tripas. Ella froto el vientre contra su ereccion, lo cual resulto ser un error, porque hizo que pensara en su ofrecimiento de tener relaciones sexuales. El movio las manos hacia arriba y hacia abajo por su espalda, pero no se dirigio hacia ningun sitio interesante.

Probablemente, porque estaban en un aparcamiento publico, penso Nicole.

Hawk le agarro un mechon de pelo y tiro ligeramente. Se miraron el uno al otro. El sonrio.

– Me deseas.

– Lo superare.

Hawk se inclino y le mordisqueo el lobulo de la oreja. Ella jadeo y temblo.

– Estas muy excitada en este momento -le susurro-. Si te acariciara, tendrias un orgasmo.

Probablemente estaba en lo cierto, pero Nicole se aparto, porque de repente tenia ganas de llorar. El estallido emocional no tenia nada que ver con Hawk y todo con su pasado reciente. Su cuerpo estaba dispuesto, pero su espiritu y su corazon eran todavia demasiado fragiles.

– No puedo jugar a este juego -dijo ella.

– ?Eso te han dicho de mi, que me dedico a jugar?

– Se sobrentendia.

– ?Y si se equivocan?

?Que queria decir?

– No puedo arriesgarme.

Hawk espero hasta las diez de la manana para llamar a la puerta de la habitacion de su hija.

– Eh, dormilona -dijo mientras entraba en el dormitorio a oscuras. Despues de abrir las persianas, se giro hacia la cama-. ?Voy a tener que hacerte cosquillas?

Brittany rodo por el colchon y bostezo.

– Papa, es sabado.

– ?Ah, si? Eso dice el calendario, pero no estaba seguro. Gracias por aclararmelo.

– Los sabados no tengo que madrugar.

– Son las diez y estoy haciendo tortitas de arandanos.

Brittany se incorporo.

– No puedo comerlas. Engordaria…

– Ya sabes que esta prohibido usar ese verbo. ?Quieres tortitas o no?

– Claro.

– Entonces muevete, carino.

Brittany le sonrio.

– Te quiero, papa.

– Yo tambien te quiero.

Ella salto de la cama.

– Dame cinco minutos.

– Muy bien.

La puerta del bano de Brittany se cerro de golpe.

El volvio a la cocina y puso mantequilla en la plancha. Brittany estaba creciendo. Estaba en su ultimo ano de instituto y aunque fuera a la Universidad de Washington, viviria en una residencia de estudiantes, asi que aquel era su ultimo ano en casa. El tiempo pasaba muy rapidamente.

Brittany entro en la cocina justo cuando el ponia las tortitas en un plato. Le dio un beso en la mejilla y se sento.

– El partido de anoche fue muy bueno -dijo-. El equipo se esta esforzando mucho. Vas a tener muy buena temporada, papa.

– Ya veremos. Debemos concentrarnos en cada uno de los partidos segun vayan llegando.

– «Lo unico que hay que hacer es ganar el siguiente partido, y la final sera pan comido» -Brittany estaba repitiendo lo que el solia decir a sus jugadores.

Hawk se echo a reir.

– ?Que vas a hacer hoy?

– He quedado con mis amigos a las once y media. Vamos a comer algo y a la primera sesion del cine. Despues volvere a casa para terminar los deberes que no hice ayer, antes del partido -dijo ella, y arrugo la nariz-. Solo me quedan dos paginas del ensayo, pero quiero terminarlo. Despues ya sabes que hay una fiesta en casa de Michelle, porque hablaste con su madre el jueves.

– Me acuerdo.

– Pues voy a ir a esa fiesta. Y manana quiero trabajar en los ensayos de admision de la universidad.

Hawk escucho mientras ella detallaba sus planes. Pensaba en lo mucho que habia cambiado su hija durante los ultimos anos.

Era todo lo que el podria haber deseado. Tenia muchos amigos, era buena estudiante, carinosa y responsable. El queria quedarse con todo el merito, pero sabia que Serena habia echado los cimientos. Habia sido una madre perfecta. Despues de que muriera, el habia hecho todo lo posible por llenar los huecos. Y parecia que habia hecho un buen trabajo.

– ?Van bien las cosas con Raoul? -pregunto.

Brittany tomo un par de bocados de tortita y trago.

– Claro. Estamos muy bien.

– Anoche estabais muy acaramelados despues del partido. No estaras llevando las cosas demasiado lejos, ?verdad?

Brittany agacho la cabeza.

– Papa, por favor. ?No es demasiado personal?

– Eres mi hija. Me preocupo por ti. Estas a punto de cumplir dieciocho anos y llevas saliendo varios meses con Raoul. ?Tengo que matarlo o no?

– ?No! -exclamo ella, y se estremecio-. Esto es humillante. No voy a hablar de eso contigo, sobre todo porque no hay nada de lo que hablar. No estamos haciendo… eso. Es demasiado pronto.

– De acuerdo.

Hawk mantuvo un tono despreocupado, pero por dentro estaba bailando de alegria. Su hija habia dicho exactamente lo que el queria oir.

Siguio comiendo sus tortitas, mientras recordaba que, cuando tenian la edad de Brittany, Serena y el llevaban

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