mudanza. Tambien podia ser algo para su madre, aunque lo dudaba. Matt estaba en malas relaciones con Paula desde hacia semanas. O podia ser otra cosa. Un anillo de compromiso.

Deberia guardar la caja de nuevo y dejar de colgar aquellas camisas. Deberia fingir que no habia encontrado nada y limitarse a ver que iba a ocurrir, pero no podia. Tenia que saberlo.

Con dedos temblorosos, tomo la cajita y la abrio. Dentro, sobre el raso blanco, habia un anillo con un brillante maravilloso; era la joya mas bonita que ella habia visto en su vida. El anillo de compromiso perfecto.

Matt queria casarse con ella.

La queria. La queria de verdad. Creia en ella, y confiaba en ella, y queria pasar su vida con ella. ?Como era posible?

– Me quiere -susurro mientras cerraba la cajita-. Me quiere.

Lo maravilloso de aquel momento le corto la respiracion. Sintio esperanza y vio un futuro lleno de posibilidades. Siempre y cuando Matt creyera en ella, ella podia creer en si misma. Quiza pudiera volver a la universidad y conseguir su graduado en Ciencias Empresariales. Quiza consiguiera que el trabajo en la pasteleria, con Nicole, fuera bien. Quiza su vida dejara de apestar. Quiza su pasado fuera perdonado.

Se puso en pie y, cuidadosamente, dejo la cajita entre las camisas. Despues metio la caja de vuelta con las demas en el armario, cerro la puerta y bajo las escaleras. Colocaria el resto de la casa, pero iba a dejar el dormitorio intacto. No queria que el supiera que habia encontrado el anillo. Iba a esperar a que se lo diera, y entonces le diria que si.

Jesse estaba sentada en su cama, en casa de Nicole. Suspiro.

– Estoy muy asustada -le dijo a Drew, el marido de Nicole-. Matt me quiere de verdad.

– Eso es lo que tu querias.

– Ya lo se, pero es dificil de explicar. Creo que no soy lo suficientemente buena para el. Tengo mucho miedo a estropearlo todo.

Jesse nunca habia entendido por que habian empezado a salir Nicole y Drew, y mucho menos por que se habian casado, pero habia sucedido. Aunque Drew no era muy listo, siempre estaba dispuesto a escuchar, cosa que ella agradecia. Aparte de Matt, no tenia a nadie mas con quien hablar. No podia hablar con Nicole, que siempre se estaba quejando de ella.

– El sabe todo lo peor de mi -continuo-. Sabe la verdad, pero no le importa. Increible, pero cierto.

– Pues se feliz -dijo Drew.

Aquellas eran las palabras mas adecuadas, pero el tenia algo extrano. Su lenguaje corporal, o quiza la intensidad de su expresion.

Jesse lo miro fijamente.

– ?Que te pasa esta noche? Te estas comportando de un modo raro. Inconexo.

El se levanto de la silla y se acerco a la cama.

– Quiero alegrarme por ti, Jess, pero…, vamos, ?tu con un solo tipo? Te aburririas en una semana. A ti te gusta la variedad, la conquista.

Aquellas palabras la sorprendieron.

– No me gusta eso. Yo quiero a Matt.

– O al menos, la idea que tienes de el.

– ?Que? No. Te equivocas. Lo quiero.

– No creo -dijo Drew, y se acerco mas.

Se acerco demasiado, penso Jesse, apartandose. Drew llevaba meses entrando a su habitacion para hablar, pero aquella era la primera vez que ella se sentia incomoda.

– Quiza deberias… eh… ir a ver que hace Nicole -dijo, intentando sonreir. ?Que le ocurria? Drew se sento en su cama. Era Drew. Eran amigos. Sin embargo, tenia algo en los ojos…

– Eres muy guapa. ?Te lo habia dicho alguna vez?

Jesse se quedo paralizada. Apenas podia respirar. ?Estaba borracho? Que ella supiera, Drew no tomaba drogas, pero quiza eso hubiera cambiado. Se acerco a ella y le puso la mano en el brazo.

– Muy guapa. Te pareces mucho a Nicole. Con el pelo largo y rubio, y los ojos azules. Pero tu eres mas suave, mas accesible. Eres el tipo de chica del que se enamoran los hombres. Vamos, admitelo. A ti te gusta que te presten atencion.

?Tenia razon? Claro, ella habia usado el sexo y a los hombres para sentirse bien consigo misma, pero ya no. Tenia a Matt, que la queria y deseaba casarse con ella.

– ?El mismo tipo para siempre? -le pregunto Drew mientras se inclinaba y la besaba-. De ninguna manera. Seria una perdida.

La mente de Jesse exploto en un grito agudo, pero ella no pudo emitir el sonido. Era como si hubiera salido de su cuerpo y estuviera observandolo todo desde fuera. Se veia cada vez mas rigida mientras el la besaba. Quiza tuviera razon. Quiza ella no pudiera ser fiel. Quiza…

Drew se acerco mas.

– Oh, nena, te deseo mucho. Te veo todo el rato, paseandote en pantalones cortos y camiseta. Tu tambien lo deseas. Lo se.

Le tiro de la camiseta. Aunque era pronto, ella ya se habia preparado para acostarse, y se habia puesto una camiseta grande y unos pantalones cortos. Asi que cuando el se la saco por la cabeza y la arrojo sobre la cama, ella quedo casi desnuda.

– Oh, si -susurro el mientras le besaba el cuello-. Sabia que tenias unos pechos estupendos…

A ella le ardieron los ojos, pero no derramo lagrimas. La verguenza era tan poderosa que la paralizaba y no podia moverse. Conocia el motivo por el que estaba sucediendo aquello. Sabia por que el habia cambiado.

Ella era asi en realidad. Todos los demas tipos, que no le importaban. Todas las veces que ella habia usado su cuerpo para hacerle dano a Nicole, o para sentirse como si le perteneciera a alguien. Habia sido como una prostituta y era demasiado tarde para cambiar.

Sin embargo, en cuanto Drew le toco un pecho, ella recupero el sentido. Le aparto las manos.

– Para -le dijo-. Estate quieto.

– ?Que? -pregunto Drew-. Llevas pidiendomelo desde hace meses.

Ella estaba a punto de empujarlo cuando se abrio la puerta de la habitacion. Drew se puso en pie de un salto, y dejo a Jesse desnuda hasta la cintura, mirando la expresion de horror de su hermana.

– No he sido yo -grito Drew-. Ha sido ella. Lleva semanas insinuandose, tocandome, besandome, pidiendome que me acueste con ella. No he podido soportarlo mas. Lo siento, carino. Lo siento mucho.

Jesse se quedo alli, expuesta, temblando, avergonzada. Tiro de la sabana para taparse.

– No es verdad -susurro-. Yo no he hecho nada de eso.

Pero era demasiado tarde. Su hermana se habia ido y todo habia cambiado para siempre.

Jesse se quedo junto a la casa de Matt un buen rato, mirando la puerta y recordando el primer dia que habian ido juntos hasta alli, cuando el estaba buscando apartamento. Entonces eran completamente felices, estaban enamorados. Ella sabia que lo habia estropeado todo. Lo que no sabia era si podria arreglarlo.

Le dolia todo el cuerpo. Habia oido decir que el embarazo era un milagro, que deberia estar resplandeciente. En vez de eso, se sentia destrozada. No podia dejar de llorar. ?Como era posible que una persona lo perdiera todo tan rapidamente? Y sin embargo, a ella le habia ocurrido…

Toco el timbre y espero con un nudo en el estomago. Estaba conteniendo las lagrimas. Matt tenia que creerla, ella tenia que conseguir que lo entendiera, de algun modo.

Se abrio la puerta y aparecio Matt. Ella lo miro, deleitandose al verlo por primera vez desde hacia semanas.

Tenia buen aspecto. Era alto y delgado, pero cada vez mas musculoso, gracias a sus visitas regulares al gimnasio. Ella habia sido quien le habia dado la idea de hacer ejercicio para ponerse en forma, y el se la habia llevado a la cama y la habia recompensado por sus buenas ideas. Era muy bueno recompensandola, y diciendole que la queria. Tenia luz en los ojos, y una sonrisa muy especial. Sin embargo, en aquel momento no estaba sonriendo.

– No tengo nada que decirte -aseguro Matt, y comenzo a cerrar la puerta.

Ella empujo y consiguio entrar.

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