– Tenemos que hablar.
– Puede que tu tengas que hablar, pero yo no tengo por que escucharte.
Dios, su tono era tan frio, penso ella con tristeza. Como si la odiara. ?Era posible? ?Habia sustituido el odio al amor, ella ya no le importaba en absoluto?
No queria pensar en ello porque, si lo hacia, iba a desmoronarse. Lo queria. Ella, que habia jurado que nunca arriesgaria su corazon, se habia enamorado de un maniatico de los ordenadores con unos ojos preciosos y una sonrisa que hacia flotar su alma.
– Matt, por favor -susurro-. Por favor, escuchame. Te quiero.
El entorno los ojos.
– ?Es que te crees que lo que tu digas significa algo para mi? ?Crees que tu significas algo para mi? Yo aprendo rapido, Jesse. Siempre ha sido asi. Confie en ti, me entregue a ti por completo. Te queria. Queria casarme contigo, incluso compre un anillo, lo cual me convierte en un idiota, pero ese es un error que no voy a cometer de nuevo.
Ella se dio cuenta de que se le estaban cayendo las lagrimas, y noto un dolor punzante en el corazon.
– Te quiero. Matt.
– Mentira. Yo solo he sido una diversion para ti. ?Es que te gustaba reirte con tus amigos del adicto a los ordenadores socialmente inepto?
– No es eso, y tu lo sabes.
– Yo no se nada de ti. Era un juego. Tu ganaste, yo perdi. Ahora, marchate.
– No. No me voy a ir hasta que me escuches. Hasta que lo comprendas.
– ?Comprender que? ?Que mientras te acostabas conmigo y fingias que me querias, te acostabas tambien con Drew? ?Y con quien mas, Jesse? ?Con cuantos tipos mas?
– Ya basta. No me acoste con Drew, ni con ningun otro. Drew y yo soliamos charlar. Podia hablar con el de cosas que nunca le hubiera contado a Nicole, eso era todo. Una noche empezo a besarme, y yo me asuste. No sabia que hacer.
– No me interesa, no me vas a convencer. Vete. No quiero volver a verte.
Aquellas palabras le estaban haciendo demasiado dano, penso ella, usando toda la fuerza para no desplomarse al suelo.
– Estoy embarazada -susurro.
El se quedo mirandola fijamente, y se encogio de hombros.
– ?Y a mi que me importa?
Jesse se estremecio, como si la hubiera golpeado.
– Te lo he dicho. No me acoste con Drew. El nino es tuyo.
– No -dijo el, como si ni siquiera considerara la posibilidad.
– Matt, escuchame. Es tu hijo. Aunque me odies, tu hijo debe importarte. No estoy mintiendo, puedo demostrarlo. En cuanto nazca el bebe, le haremos las pruebas de ADN.
El siguio mirandola, y despues camino hacia la puerta.
– No lo entiendes, ?verdad, Jesse? No me importa. Ya no significas nada para mi. No creo que ese nino sea mio, y aunque lo fuera, no quiero tener un hijo contigo. No quiero tener nada que ver contigo, no quiero volver a verte, pase lo que pase.
– Matt, por favor.
El abrio la puerta y miro hacia fuera.
– Vete.
Jesse salio de la casa y bajo las escaleras hacia el coche. Se sento al volante y lloro hasta que se le quedaron los ojos secos. Se sentia vacia, sin nada.
Lo cual era la triste verdad de su vida. Nadie de los que queria deseaba tener que ver con ella. Nadie estaba dispuesto a darle una oportunidad.
Si el la quisiera, la creeria, penso con tristeza, enfrentandose a la verdad por primera vez. El no la queria, nunca la habia querido. Solo le habia dicho palabras vacias. Sus suenos no significaban nada. Sus promesas no tenian significado. El le habia jurado que su pasado no importaba, que siempre estaria junto a ella. Le habia mentido y la habia dejado con un vacio en el alma que la obsesionaria durante el resto de su vida.
Capitulo Quince
Presente…
Jesse intento sacudirse de encima la ira y el dolor de Matt. El hecho de que Gabe hubiera crecido con otra gente en su vida no tenia nada que ver con que Matt fuera su padre. Cuando se calmara, se daria cuenta de que tener a un hombre tan estupendo como Bill cerca habia sido muy bueno para el nino.
Aunque aquello era cierto, la culpabilidad que sentia era dificil de explicar, asi que hizo todo lo posible por olvidarse de ella momentaneamente.
Paula salio de la cocina.
– Me ha parecido oirte -dijo, y se detuvo cuando vio a Bill-. Oh. Hola.
– Paula, te presento a Bill. Ha estado siempre a mi lado. Me rescato cuando llegue a Spokane, hace cinco anos. Me dio trabajo, me busco un sito para vivir y fue mi amigo mientras yo intentaba ser una buena madre para Gabe. Bill, esta es la abuela de Gabe, Paula.
– Encantado de conocerte -dijo Bill con ojos brillantes-. ?Estas segura de que eres la abuela del nino? Yo diria que eres su tia.
Jesse se quedo mirando a su amigo, sorprendida. ?Estaba flirteando? Aquello parecia un flirteo, pero era un comportamiento que no habia visto antes en el.
Paula se echo a reir.
– No esperes que me crea eso. Tengo mas de sesenta.
– Pues no los aparentas -aseguro Bill, y se volvio hacia Gabe-. Y tu has crecido mucho. Casi no te reconozco.
Gabe se echo a reir de satisfaccion. Bill lo tomo en brazos y lo alzo en el aire. Gabe dio un chillido.
Cuando Bill dejo al nino en el suelo, Gabe comenzo a explicar todo lo que habia hecho desde que habia llegado a Seattle.
– He conocido a mi papa, y me ha llevado a ver los peces -explico Gabe mirando a Bill con felicidad-. Y mi abuela y yo hemos hecho galletas muchas veces. Vamos al parque todas las mananas, y algunas veces vemos perritos.
Bill se agacho para estar al nivel de Gabe, y lo escucho con toda atencion.
– Estoy aprendiendo matematicas -continuo el nino-. La abuela me esta ensenando y dice que se me da muy bien, como a mi papa -dijo con una sonrisa resplandeciente.
– Ya sabia que eras especial -le dijo Bill, y lo abrazo-. Te he echado de menos, Gabe.
Gabe le devolvio el abrazo con fuerza.
– Yo tambien.
Gabe se llevo a Bill a ver su habitacion. Paula y Jesse entraron en la cocina.
– Me preguntaba como habias conseguido arreglartelas en Spokane -dijo Paula mientras ponia la cafetera al fuego-. Ahora lo se. Tenias amigos.
– Bill fue maravilloso -admitio Jesse-. Padre, jefe y amigo. No se que hubiera hecho sin el -dijo, y miro a Paula. Era una mujer guapa con un corazon generoso-. ?Sabes? Es viudo desde hace bastantes anos.
Paula se ruborizo ligeramente.
– No se por que deberia interesarme eso. Es evidente que esta loco por ti.
Si Jesse hubiera estado bebiendo agua, se habria atragantado.
– Tiene unos cuarenta anos mas que yo.
– ?Y que?
– Quiero a Bill, pero como si fuera de mi familia. Ademas, cuando nos conocimos, me dejo bien claro que yo no era su tipo, asi que aunque hubiera tenido ciertas ideas, no habria ocurrido nada.