Gabe abrio los ojos como platos.
– ?Tengo una abuela?
– Si. Es la mama de tu papa -dijo Jesse.
Gabe sabia lo basico sobre los abuelos, sobre todo, que el no tenia. Bueno, salvo Paula.
Solo habia un problema: la madre de Matt siempre la habia odiado, se dijo Jesse.
Sin embargo, habia pasado mucho tiempo. Quiza Paula hubiera cambiado. De lo contrario, seria una visita muy breve.
Jesse condujo hasta Woodinville, a la preciosa casa que Matt le habia comprado a su madre anos atras, despues de ganar los primeros millones de dolares por la licencia de los juegos. Se detuvo frente a la casa y paro el motor.
– ?Date prisa! -le pidio Gabe mientras ella le quitaba el cinturon de seguridad de su silla-. ?Date prisa!
Corrio por delante de ella y, cuando llego a la puerta de la casa, se puso de puntillas para tocar el timbre. Jesse tomo su bolso, cerro la puerta del coche y se apresuro a seguirlo, pero demasiado tarde. La puerta se abrio antes de que ella pudiera llegar.
Paula estaba alli, un poco envejecida, pero no muy distinta. Seguia teniendo el pelo oscuro, como el de su hijo. Tenia tambien unas cuantas arrugas mas en la cara, y habia engordado un poco, pero por lo demas, seguia tal y como Jesse la recordaba.
– Hola -le dijo Gabe con una sonrisa-. Eres mi abuela.
Paula se quedo rigida, mirando al nino, y despues miro a Jesse.
– Hola -dijo Jesse. Era consciente de que debia haber manejado la situacion de otra forma, pero ya era demasiado tarde-. Deberia haberte llamado antes de venir. Llegamos a Seattle ayer.
– Soy Gabe -dijo el nino-. Tu eres mi abuela.
A Paula se le llenaron los ojos de lagrimas.
– ?Estabas embarazada?
Jesse asintio. No sabia que iba a suceder. Se preparo para oir unos cuantos gritos, o acusaciones desagradables. Sin embargo, Paula se limito a sonreir a Gabe como si fuera un tesoro que nunca hubiera esperado encontrarse.
– Nunca he tenido un nieto. Es muy emocionante. ?Te gustaria entrar?
Gabe asintio y entro en la casa. Jesse lo siguio, mas despacio.
La casa estaba tal y como ella la recordaba. Habia estado alli pocas veces, pero cada una de las visitas habia sido lo suficientemente dificil como para que no se le olvidara.
Los colores eran claros y los muebles confortables. Las horas incomodas que habia pasado alli no tenian nada que ver con la casa, sino con Paula.
– Por aqui -dijo Paula-. ?Sabes? Es curioso, pero he hecho galletas esta manana. Normalmente no las hago, pero esta manana estaba de humor -dijo, y sonrio a Gabe de nuevo, con una expresion de asombro y alegria-. ?Te gustan las galletas de chocolate?
El asintio.
– Son mis preferidas.
– Las mias tambien. Aunque tambien me gustan mucho las de mantequilla de cacahuete.
– Tambien son mis preferidas -dijo Gabe, tan encantador como siempre-. Eres guapa. ?A que mi abuela es guapa, mama?
Jesse asintio.
Parecia que Paula no podia creer lo que estaba ocurriendo.
– ?Puedo darte un abrazo? -le pregunto a Gabe.
Gabe sonrio y extendio los brazos. Paula se puso de rodillas y lo abrazo. Cerro los ojos y, su expresion se volvio tan melancolica que Jesse tuvo que apartar la mirada. Era de esperar. Las dos personas que debian haberla acogido mejor se habian comportado de una manera cautelosa y poco amigable. La persona que siempre la habia odiado estaba entusiasmada por su vuelta. La vida era perversa.
Quince minutos despues, Gabe se habia comido una galleta y se habia bebido un vaso de leche. Tambien habia puesto a Paula al dia sobre su viaje desde Spokane y le habia explicado que iba a conocer a su papa muy pronto.
– ?Matt no lo ha visto todavia? -pregunto Paula.
Jesse nego con la cabeza, y despues miro hacia el salon.
– Gabe, ?te gustaria ver la television un ratito?
Gabe asintio y se marcho hacia el sofa. Paula encontro un canal para ninos, y despues, las dos mujeres volvieron a la cocina, desde donde podian ver a Gabe sin que el nino las oyera.
– No lo sabia -le dijo Paula en cuanto se sentaron. Se inclino hacia Jesse y le acaricio la mano-. Te juro que no sabia que estabas embarazada. Solo sabia lo ocurrido por tu hermana. Ella me lo conto a mi, y yo se lo conte a Matt.
– Lo se. No te preocupes. Hubo complicaciones. Pero ha pasado mucho tiempo, y quiero que sepas que yo queria a Matt. Nunca le hubiera hecho dano.
– Te creo -dijo Paula, y la sorprendio-. El se quedo destrozado cuando te marchaste.
– ?De veras? -pregunto Jesse. Era agradable saber que el la habia echado de menos, aunque fuera brevemente-. Le dije que estaba embarazada, pero no creia que el fuera el padre. Le dije que no habia habido nadie mas, pero no me creyo.
Paula se movio con incomodidad en la silla.
– Fue culpa mia. Todo. El se enfado por lo que yo dije. Lo habia tenido cerca de mi durante demasiado tiempo. Era una de esas madres horribles, pegajosas. El se enfado contigo, y nunca me lo perdono. Dejamos de hablarnos cuando te marchaste. Y seguimos practicamente igual. Apenas lo veo.
– Lo siento -dijo Jesse-. Tu eres su madre. Eso no deberia cambiar por nada.
– Pues el lo ha pasado por alto -respondio Paula-. Bueno, hablame de ti. ?Que has hecho durante estos anos?
– He estado viviendo en Spokane. Alli es donde llegue con el dinero que tenia. Consegui trabajo en un bar. Tuve suerte. Bill, el dueno del bar, cuido de mi. Me encontro un sitio para vivir, y organizo mi horario para que pudiera cuidar de Gabe -explico Jesse, y sonrio al pensar en su jefe y amigo-. El es quien me dio el empujon definitivo para venir aqui. Bueno, el, y Gabe tambien. Tu nieto queria conocer a su padre, y yo no podia seguir diciendole que no.
– Eh, Bill y tu sois… -Paula dejo sin terminar la frase.
– ?Pareja? Oh, no. Solo somos amigos. Bill dice que soy demasiado joven para el. Tiene sesenta anos, como todos sus amigos. Ha sido mi familia mientras he estado fuera. Fue muy duro para mi estar lejos de casa. Spokane no esta demasiado lejos, pero a mi me parecia otro mundo. No podia creer que Nicole me hubiera dejado marchar asi.
Jesse tomo la taza de cafe que le habia dado Paula, pero no bebio.
– Nicole y yo siempre estuvimos solas. Ella era mi hermana mayor, la mandona. Claire, su hermana melliza, se marcho el mismo ano en que yo naci, asi que no llegue a conocerla, aparte de lo poco que me conto Nicole, o de lo que leia en las revistas.
– ?Toca el piano?
– Si. Es bastante famosa, pero yo no la conozco bien, aparte de algunos correos electronicos y algunas cartas. Ha estado en contacto conmigo durante estos anos. Es la que me conto que Nicole se habia casado, y todo lo demas.
– ?Cuanto tiempo vas a estar aqui?
– No lo se. Unas semanas. Soy copropietaria de la pasteleria Keyes, pero no voy a pedirle nada a Nicole. Voy a trabajar alli y le dare una receta de
– Yo tampoco -contesto Paula-. ?Donde te alojas?
– En un motel. Voy a alquilar un piso amueblado por la zona de la universidad. En verano es mas barato.
– Pero entonces tendras que conducir mucho -dijo Paula-. Podrias quedarte aqui, conmigo.