Era logico que no hubieran querido decirle nada de las visitas de Reyhan, pero nunca le hubieran ocultado lo del dinero. La querian y siempre hacian lo mejor para ella.

– No te creo -dijo-. Ni tampoco me creo lo del dinero. Si yo lo sabia, ?quien saco el dinero de la cuenta? Mis padres no, desde luego. Ellos jamas harian algo asi. Esto no tiene sentido. Desapareciste de mi vida durante seis anos, y luego me traes hasta aqui solo para decirme que quieres el divorcio. ?Por que deberia creer algo de lo que digas?

– Porque yo nunca miento.

Emma miro al rey, pero este parecia mas divertido que disgustado. Estupendo. Ella ya estaba lo suficientemente disgustada por los dos.

– Mentiroso o no, insultaste a mis padres -le espeto a Reyhan-. No se en que consiste este juego, pero yo no pienso seguir jugando.

Se levanto y salio del salon.

Tras recorrer veinte metros por el pasillo, la asalto el incomodo pensamiento de haber ofendido al rey por escaparse de ese modo. Se detuvo, sin saber si volver a disculparse o seguir alejandose. Antes de que pudiera decidirse, oyo pasos tras ella y enseguida aparecio Reyhan.

Obviamente estaba furioso. Sin decir palabra, la agarro del brazo y la llevo hasta la suite de Emma. Cuando la solto, una vez dentro, ella tuvo la extrana necesidad de no moverse. Incluso penso por un instante en arrojarse a sus brazos y suplicarle que la abrazara. Como si un abrazo suyo pudiera arreglarlo todo…

En vez de eso retrocedio un paso y se preparo para oir la acusacion de Reyhan.

– ?Por que cuestionas lo que te digo? -le pregunto el, entornando la mirada.

– ?Y por que no?

– Porque hay pruebas. Estuve vigilando la casa de tus padres durante semanas. Llame todos los dias. Volvi a reclamarte como mi mujer, solo para que me dijeran que te negabas a verme. Me fui cuando recibi tu carta.

– ?Que carta? -pregunto ella, sin entender nada.

– La que escribiste diciendome que te arrepentias de haberme conocido y de nuestro matrimonio y que no querias volver a verme.

Lo dijo muy rigido, como si le costara pronunciar esas palabras.

– Eso es absurdo -dijo ella-. Yo nunca escribi esa carta.

Ni siquiera habia pensado en hacerlo. Habia deseado ver a Reyhan desesperadamente, pero el la habia abandonado.

– Me utilizaste -siguio-. No se por que, pero se te metio en la cabeza que querias acostarte conmigo y por eso fingiste que yo te importaba. Te aprovechaste de mi durante un largo fin de semana y luego desapareciste sin darme una explicacion ni nada -noto que su enfado crecia al recordar el dolor y la humillacion-. Me prometiste muchas cosas. Me hablaste de una vida en comun y yo te crei. Confie en ti, pero tu solo tomaste lo que querias y te largaste.

– Me fui porque una tia muy querida habia muerto.

– ?Y su funeral tardo seis semanas en prepararse? ?Me llamaste una sola vez? ?Pensaste en decirme lo que estaba pasando?

– Por supuesto -respondio el con el ceno fruncido-. Te llame casi todos los dias. Ella puso los ojos en blanco.

– Oh, claro. Y siempre que llamabas yo estaba fuera, ?no?

– Eso fue lo que me dijeron. Emma le dio la espalda y se acerco al enorme espejo que cubria toda una pared. Intento convencerse de que nada de aquello le importaba. Pronto todo quedaria atras.

– Si tienes una opinion tan pobre sobre los hombres, debes de estar complacida por librarte de mi. Solo unos dias mas y nuestro matrimonio se habra terminado, como si nunca hubiera existido.

– Desde luego -exclamo Emma, llena de furia-. Y sera asi porque para ti es muy facil olvidarlo todo, ya que nunca te importo lo mas minimo -se giro para encararlo-. Pero a mi si me importo, ?sabes? ?Tienes idea de lo inocente que era? Apenas habia besado a un chico en el instituto. Y de repente llegaste tu. No solo me sedujiste, Reyhan; tomaste lo que querias sin preocuparte por mis sentimientos. Eso es algo que nunca te perdonare.

La expresion de Reyhan se torno oscura y amenazadora

– Estuviste mas que dispuesta a complacerme.

– Estaba muerta de miedo. Ahora no volveria a cometer el mismo error.

– ?Estas diciendo que te tome en contra de tu voluntad?

Emma sabia que no lo habia hecho, pero estaba demasiado furiosa como para admitirlo.

– Si.

– Eras una nina. Una nina que no podia complacer a un hombre. Solo te interesaban los besos castos y los regalos caros.

Aquello le dolio a Emma, que intento no recordar lo avergonzada y torpe que se habia sentido.

– Y tu eras un hombre que no podia molestarse en seducir a su novia. Te limitaste a tomarla.

Los dos estaban enfurecidos respirando agitadamente y fulminandose con la mirada. Una parte de ella estaba aterrorizada, pero se nego a retroceder. Ni siquiera cuando el se acerco, la agarro por el pelo y la apreto contra su cuerpo.

– Si eso es lo que soy -dijo, con una voz escalofriantemente serena-, un mentiroso y un corruptor de mujeres, entonces no tengo por que reprimirme ahora.

Y diciendo eso, la beso. No fue un beso suave de seduccion, sino un beso de poder. El beso de un hombre que tenia algo que demostrar. Sus firmes labios se presionaron duramente contra los de Emma, reclamandola con pasion enardecida.

Ella quiso protestar, gritar y apartarse, pero no pudo. Sus cuerpos estaban en contacto por todas partes, sus piernas entrelazadas. Levanto las manos para empujarlo, pero cuando extendio las palmas contra su pecho de acero, se vio incapaz de hacer nada, ni siquiera de respirar.

El fuego la consumia. Un fuego voraz y devastador que arrasaba su determinacion y su sentido comun. Emma se sorprendio moviendo las manos desde el pecho de Reyhan hasta sus hombros. Se aferro a el, porque temia desplomarse a sus pies, y, sin poder evitarlo, le devolvio el beso.

No podia explicarlo, pero asi era. Su necesidad era acuciante. El deseo estaba vivo dentro de ella. En aquel momento, con la boca de Reyhan pegada a la suya y sus manos recorriendole la espalda y las caderas, no podia estar lo bastante cerca de el.

Queria rendirse, sucumbir a su poder. Y cuando Reyhan suavizo el beso y le acaricio el labio inferior con la lengua, ella abrio la boca y se preparo para un beso mas intimo.

Cuando las lenguas entraron en contacto, Emma estuvo a punto de gritar. Su fuerza de voluntad la habia abandonado por completo. Intensifico la union de sus labios y deseo que la estuviera besando para siempre.

Todo el cuerpo le ardia y dolia de deseo. Los pechos, la entrepierna… Queria desnudarse y que la tocara por todas partes. Queria estar desnuda, expuesta totalmente para el, ofreciendose sin reservas.

Le acaricio la nuca mientras el la sostenia por las caderas y luego le apretaba las curvas de las nalgas. Se presiono mas contra el; queria frotarse como una gata solitaria. Pero antes de que pudiera hacer nada mas, el interrumpio el beso y se separo.

Los dos se miraron mutuamente. Lo unico que interrumpia el silencio eran sus respiraciones aceleradas. A Emma la complacio ver que Reyhan parecia tan abrumado por la pasion como ella.

Tal vez deberian pactar una tregua, penso. Empezar de nuevo como amigos. Unos amigos que pudieran llegar al fin del mundo con un simple beso.

– Has aprendido mucho en mi ausencia -dijo Reyhan. Su voz gelida contrastaba con el fuego que aun ardia en sus ojos-. Antes de que sigas acusandome, deberias mirarte a ti misma. Una mujer casada teniendo aventuras… ?No hay una palabra para definir eso?

Emma se quedo boquiabierta, pero antes de que pudiera replicar, el se marcho de la habitacion y cerro la puerta a su paso.

– ?No es justo! -grito ella-. No sabia que estabamos casados.

Ademas, no habia habido otros hombres. Al menos, nada serio. Y nunca se habia llevado a ninguno a la cama. Si ahora besaba mejor era porque era mas vieja, y porque besar a Reyhan le habia hecho sentir cosas que nunca antes habia sentido. Ni siquiera con el.

Respiro hondo e intento calmarse. Estaba temblando y no solo porque estuviera furiosa. Temblaba por la

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