sobre su matrimonio.

– ?Por que me dijisteis que mi matrimonio era una farsa? -les pregunto.

– No estabamos seguros -dijo su madre-. El abogado que contratamos no pudo verificarlo. Nos parecio que era lo mejor.

– ?El que? ?Decirme que no estaba casada cuando si lo estaba? ?Y si me hubiera enamor ado de otra persona y me hubiese vuelto a casar? Habria sido una bigama.

– Si te hubieras comprometido en serio con alguien, te lo habriamos dicho -le aseguro su padre-. Emma, tienes que entendernos. Solo queriamos lo mejor para ti.

Eran las palabras que llevaba oyendo toda la vida. Durante mucho tiempo las habia creido, pero ahora no estaba tan segura. ?Sus padres querian lo mejor para ella o para ellos mismos?

– Tengo que irme -dijo-. Os llamare cuando vuelva a casa.

– ?Emma, no! -exclamo su madre, frenetica-. No puedes quedarte ahi. Estas muy lejos.

– Volvere dentro de dos semanas. No os preocupeis. Todo va bien.

– Pero, Emma…

– Os quiero -dijo ella, y colgo.

Sola, confusa y exhausta, se acurruco en el extremo del sofa y se pregunto cuando su vida se habia vuelto del reves y que iba a hacer para volver a encauzarla.

Capitulo 5

A la manana siguiente, Emma se desperto con la cabeza llena de preguntas y un dolor agudo en el estomago. Sabia que lo ultimo era el resultado de los suenos eroticos que habia tenido con Reyhan. En ellos, el la poseia una y otra vez y ella sucumbia dichosamente y participaba de la pasion.

Inquieta y un poco asustada, decidio ignorar el mensaje que su subconsciente intentaba mandarle en suenos. En aquel momento tenia otros problemas mas serios… como lo que le habia dicho a Reyhan y la verdad que el le habia contado.

Se ducho y vistio rapidamente, pero se salto el desayuno. Le debia una disculpa a Reyhan, y los nervios que le revolvian el estomago no le permitirian comer hasta ofrecersela.

Despues de que la joven criada le indicara donde estaba el despacho de Reyhan, salio al pasillo principal y se dirigio hacia el ala administrativa de palacio.

Diez minutos y varios rodeos despues, llego a lo que parecia una oficina muy animada y se acerco al hombre de mediana edad que estaba sentado tras el mostrador de recepcion.

– Quisiera hablar con el principe Reyhan -dijo.

La expresion del hombre permanecio inalterable, pero a Emma le parecio que se fijaba con desprecio en su vestido barato.

– ?Tiene una cita? -le pregunto.

Ella nego con la cabeza, y el hombre agarro el telefono.

– Llamare a su ayudante para que compruebe su agenda. ?A quien debo anunciar?

Emma estuvo a punto de decir su nombre, pero su orgullo estaba por los suelos. No era culpa suya que no pudiera permitirse ropa elegante. Ademas, se habia aseado y maquillado a conciencia. Asi que levanto ligeramente el menton y le clavo la mirada al hombre.

– A su esposa.

El hombre alzo las cejas, completamente colorado y con la boca abierta.

– Por supuesto, alteza -asintio reverentemente y se apresuro a marcar un numero en el telefono. Cuando recibio respuesta, anuncio a Emma y colgo-. Por aqui, princesa Emma -dijo al tiempo que se levantaba y hacia una reverencia.

Emma se sentia insignificante para reclamar un titulo por una relacion que apenas existia, pero ya era demasiado tarde para echarse atras.

El hombre la condujo a una zona abierta y espaciosa, desde la que se accedia a los despachos privados. Se disculpo por hacerla esperar y desaparecio. Emma se entretuvo observando un mapa a color que cubria una pared. Vio la capital y el oceano. El Bahar tambien aparecia en el mapa, y habia varias marcas a intervalos irregulares. Se acerco para estudiarlo con detenimiento y entonces sintio un cosquilleo en la nuca. Se volvio y vio a Reyhan avanzando hacia ella.

El corazon estuvo a punto de salirsele del pecho. Era tan alto y guapo, tan poderoso, con un imperio bajo su mando… Un brillo ardia en sus ojos oscuros, pero se apago antes de que Emma pudiera definirlo. Entonces Reyhan se detuvo frente a ella, mirandola fijamente, y Emma fue incapaz de seguir pensando. Solo podia respirar, aspirar su fragancia masculina y desear que volviera a besarla.

– Emma -la saludo el con voz baja y sensual.

– Reyhan.

– Ahora que hemos dejado claro quienes somos, tal vez podrias explicarme la razon de tu presencia en mis oficinas.

– ?Que…? Oh -miro a su alrededor. La gente trabajaba fingiendo que no prestaban atencion, pero era obvio que no les escapaba ni una palabra-. ?No podriamos hablar en privado?

– Desde luego.

La tomo del brazo y la llevo a un enorme despacho. Un escritorio de madera tallada dominaba el centro de la sala. Una exquisita alfombra oriental delimitaba el area de reuniones, y habia una pared entera cubierta con estanterias.

Emma vio otro mapa detallado frente a la ventana y tres ordenadores.

– ?Para que es? -pregunto, senalando el mapa.

– Muestra la localizacion de los pozos petroliferos aqui y en El Bahar.

– Hay muchos.

– Si -confirmo el con una ligera sonrisa.

Emma habia oido que Bahania era un pais muy rico, y ahora podia ver por que.

– Nuestra produccion de petroleo es mi especialidad -anadio el-. Por eso fui a Texas a estudiar.

– Supongo que los texanos tambien somos expertos en eso -dijo ella, pensando en todo el petroleo de su estado.

– Asi es.

La condujo hacia el sofa y le indico que se sentara. El se sento enfrente y adopto una expresion paciente.

Era curioso lo frio y lejano que parecia, penso Emma. Como si el deseo no lo afectara.

?O tal vez se habia imaginado ella sus reacciones? ?La habria besado unicamente para demostrarle que aun tenia poder sobre ella, sin que para el significara nada?

Emma no tenia la suficiente experiencia para discernir entre una posibilidad u otra. Y era una lastima, porque seguro que Reyhan sabia exactamente como lo estaba viviendo ella.

– ?De que querias hablar conmigo? -le pregunto el.

– Anoche hable con mis padres -dijo. Espero a ver si el decia algo, pero no fue asi y continuo-. Tenias razon… sobre todo. El matrimonio, el dinero, tus intentos por contactar conmigo.

Reyhan no parecia sorprendido ni enojado.

– Siento haber dudado de ti – susurro ella.

– Es normal que dudaras -dijo el-. A tus padres los conoces desde siempre, mientras que conmigo solo estuviste unas pocas semanas. Desapareci tras la boda sin darte ninguna explicacion. Tus padres sospecharon de mi y se temieron lo peor.

– Si, eso se les da muy bien -corroboro Emma, sorprendida por la comprension de Reyhan-. Tendria que haberles preguntado, pero tenia miedo.

– ?De que yo te buscara?

– De que no lo hicieras. De que te hubieras olvidado de mi.

El la miro fijamente.

– Eso es imposible, Emma. Y yo tambien podria haberme esforzado mas en contactar contigo. Sospecho que

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