– De momento, todo esta bien como esta -comento-. Se por donde vas y es demasiado pronto. No podemos anunciar que Jack va ser el nuevo presidente, hay que dejarlo correr un tiempo.
Por muy bien que hablara Samantha de su amiga, era evidente que Helen tambien estaba dispuesta a venderlo si fuera necesario para salvar la empresa.
– Helen, si es necesario -insistio Baynes-. ?Quieres que el legado de George vaya a la quiebra o, lo que seria todavia peor, se vea absorbido por una multinacional? Yo, desde luego, no y la unica solucion que se me ocurre para mantener a flote a Hanson Media Group es anunciar que Jack es el nuevo presidente. Jack, se que tu quieres volver a tu bufete, pero todos tenemos que hacer sacrificios en esta vida y a ti te ha llegado el turno ahora. Te pido que aceptes el trabajo.
– Me gustaria saber que sacrificios estais haciendo los demas -contesto Jack con mucha calma.
– Bueno, ya sabes a lo que me refiero -contesto Baynes.
– No, la verdad es que no tengo ni idea -insistio Jack-. No me interesa en absoluto quedarme en esta empresa, asi que no estoy dispuesto a quedarme mas de los tres meses que ofreci al principio.
– Recuerda que estamos hablando de tu empresa familiar. Se lo debes a tu padre -dijo otro miembro del consejo.
«Desde luego, no era lo mejor que me podias decir para convencerme», penso Jack con ironia.
– Piensa en los accionistas.
– Eres el mejor candidato para el trabajo, el unico que tenemos.
Baynes hizo callar a los demas.
– Jack, tu familia tiene la mayoria de las acciones, pero, aun asi, tenemos una obligacion hacia la comunidad financiera.
– Me cuesta creer que no seais capaces de encontrar una persona cualificada que se haga cargo de la empresa -contesto Jack-. ?Os habeis molestado siquiera en buscar?
– Te queremos a ti.
– ?No se os ha ocurrido pensar que obligar a Jack a quedarse haciendo un trabajo que no le gusta es una estupidez? -sugirio Helen-. Seria una locura. Otra cosa seria que el quisiera quedarse…
– No, no quiero -insistio Jack.
– Suponia que tu, precisamente, Helen, ibas a querer que Jack se quedara al cargo de la empresa -se asombro Baynes.
– Me encantaria, pero no por obligacion. Seria una solucion a corto plazo y no es eso lo que yo quiero. De momento, estamos bien. Vamos a dejar que Jack siga haciendo su trabajo y, mientras tanto, nosotros vamos buscando a un sustituto adecuado.
– No me parece buena idea -insistio Baynes.
– Ya, pero te recuerdo que, hasta que se lea el testamento de George, yo hablo por el y eso quiere decir que tengo la ultima palabra -contesto Helen.
Samantha llevaba ya un rato paseandose por el despacho de Jack, exactamente el mismo tiempo, unos veinte minutos, que Jack llevaba reunido con el Consejo de Administracion.
Cuando, por fin, lo vio aparecer, corrio hacia el.
– ?Que tal? ?Te han insistido para que te quedes?
Jack la tomo entre sus brazos y la beso en la frente.
– Estas preocupada por mi.
– Pues si -admitio Samantha-. ?Han intentado convencerte para que te quedes?
– Si. Menos mal que Helen ha salido en mi defensa y me ha conseguido un poco de tiempo.
Samantha sonrio.
– De todas formas, tambien ha dejado clara su postura. A ella lo que mas le interesa es la empresa y, si no encuentran un sustituto adecuado, no dudara en hacer valer el contrato que firme para obligarme a quedarme mas de tres meses.
– No quiero discutir por Helen.
– Yo, tampoco -contesto Jack positivo-. Me pregunto cuando empezaron a ir mal las cosas entre mi padre y nosotros, que es lo que paso, por que no nos llevamos bien.
– Tal vez, nunca lo sabras. Hay familias en las que las relaciones no son faciles.
– Si mi madre no hubiera muerto… -recapacito Jack encogiendose de hombros.
Samantha se quedo mirandolo a los ojos y vio que habia algo diferente en el. Jack estaba sufriendo y el dolor lo hacia vulnerable. Jamas lo habia visto asi, siempre lo habia visto fuerte y poderoso y aquel lado de el la sorprendio.
– Has hecho todo lo que has podido -lo tranquilizo abrazandolo.
– ?Te importaria que cambiaramos de tema?
– Claro que no. ?Sabes que tenias razon con lo de ensayar las presentaciones que vamos a hacer ante el consejo? Es una idea genial.
– Yo tengo razon en muchas cosas -bromeo Jack-. Por ejemplo, aposte por ti y no me he equivocado.
– ?Quieres que hagamos una lista con todas las cosas que haces bien? -rio Samantha.
– Si quieres, tengo tiempo.
– ?Ah, si? ?Tienes tiempo? -sonrio Samantha mirando hacia la puerta, que estaba cerrada-. Se me ocurre otra cosa que podriamos hacer.
Jack enarco las cejas.
– Senorita Edwards, estamos trabajando.
– ?Y?
– ?Me estas provocando?
– La verdad es que me estaba fijando en lo grande que es tu mesa. Siempre me han gustado las mesas grandes.
Capitulo 10
– ?Has intentado ponerte en contacto con ellos a traves del correo electronico? -pregunto Jack frustrado.
– En varias ocasiones -contesto la senorita Wycliff-. Tambien les he mandado cartas certificadas y se que las han recibido porque han tenido que firmar los recibos y los he pedido.
Sus hermanos estaban ignorando sus intentos de ponerse en contacto con ellos. Jack suponia que se habrian enterado de que la empresa no iba bien y que ninguno de los dos tenia intencion de aparecer por alli hasta que las cosas se hubieran solucionado o hasta que hubiera llegado el momento de abrir el testamento.
En aquel momento, alguien llamo a la puerta.
Jack levanto la cabeza y vio que se trataba de su tio David.
– ?Has oido lo que me estaba diciendo la senorita Wycliff?
– Si -contesto su tio-. Evan y Andrew no se han puesto en contacto contigo.
– ?Tu sabes algo de ellos?
– No.
– Llevamos anos sin hablar -se lamento Jack-. ?Como puede ser? ?Cuando se fue esta familia al garete?
– Yo creo que despues de la muerte de tu madre.
– Eso era exactamente lo que yo estaba pensando hace unos dias.
– Tu padre tampoco ayudo -admitio David-. Le interesaban mas los negocios que sus hijos.
Jack asintio.
– Cuando era mas joven todo el mundo me decia que me parecia mucho a el y eso me daba mucho miedo porque, aunque lo queria, no me queria parecer a el porque tenia claro que yo queria algo mas con mis hijos.
– Pero si tu no tienes hijos -le recordo su tio.
– Ya lo se. Despues de lo de Shelby… bueno, prefiero no recordar aquello. Me parece que no he querido tener hijos precisamente para no cometer los mismos errores que mi padre.