Capitulo11

Lori dejo que la llevara hasta su inmenso dormitorio. Le parecio que los muebles eran oscuros y que la cama era tan grande como toda su cocina. La solto, encendio la lampara de la mesilla y quito la colcha.

?Iban a acostarse! Ella se recordo que era lo que queria casi desde la primera vez que lo vio. Sin embargo, le parecio raro. Todo era demasiado premeditado. Se volvio hacia ella y Lori no supo que hacer. ?Tenia que desnudarse? Era un hombre al que todas las mujeres adoraban. ?Como esperaba que transcurriera todo?

– Quitate los zapatos -dijo el mientras se acercaba.

– Muy bien.

Se quito los zuecos de enfermera y los alejo con el pie. Las instrucciones facilitaban las cosas.

El se puso detras de ella.

– Tranquila -le pidio el con un tono susurrante.

– Me extranaria.

– ?Te apuestas algo?

– Claro. Me debato entre la excitacion y el espanto, algo que supongo que no deberia decirte. No se como saldran las cosas.

La beso en el cuello con las manos en los hombros. El beso la pillo desprevenida. No sabia nada de su cuello. Servia para sujetarle la cabeza y a veces se acordaba de ponerle crema, pero nunca lo habia considerado minimamente erotico. A partir de entonces, lo haria. El le paso los labios separados por la piel y a ella se le puso la carne de gallina. La sujeto con delicadeza y lentamente, muy lentamente, fue bajando hasta el jersey.

Era solo un beso, el contacto de sus labios sobre la piel con un leve roce de la lengua, pero fue unos de los momentos mas sensuales de su vida. Los pechos se le endurecieron y quiso sentir sus manos sobre ellos y los pezones en su boca. Noto el calor entre las piernas.

Quiso darse la vuelta, pero el no lo permitio.

– Espera. Todavia tenemos que hacer muchas cosas.

?Muchas cosas? ?Como que?

El le agarro el borde del jersey y empezo a subirselo. Ella le ayudo a quitarselo y lo tiro a una butaca. Quiso darse la vuelta y el se lo impidio otra vez. Volvio a posarle la boca en el cuello. La beso lenta y minuciosamente. Bajo por el hombro y se lo mordio levemente. Ella se estremecio. La agarro de las caderas para sujetarla. Ella no pudo evitar pensar que queria que esas manos hicieran algo mucho mas interesante. Entonces, perdio el sentido cuando le paso los labios por la espalda y le lamio la espina dorsal. Sin prisa, la beso una y otra vez hasta que le parecio que el tiempo se habia detenido. Estaban solos en otra dimension. El deseo le palpitaba al mismo ritmo que su pulso, pero agradecia el placer de hacerlo durar.

El volvio al cuello y le paso la lengua por detras de la oreja. La excito y le hizo cosquillas. Ella dejo escapar un risita, pero se quedo sin aliento cuando noto que se le caia el sujetador. Ni siquiera se habia dado cuenta de que se lo hubiera soltado.

La tomo de las caderas y subio las manos hasta la cintura mientras le mordia el hombro izquierdo y luego se lo lamia para aliviarselo. Lori no sabia que noto antes, si el contado de su boca o el movimiento de sus manos cuando le tomaron los pechos. Todavia detras de ella, le tomo los pezones entre los pulgares. El placer se apodero de su cuerpo y le temblaron las piernas.

– Abre los ojos -le susurro el al oido.

Esas palabras la sorprendieron tanto que ella obedecio. Bajo la mirada y vio sus manos bronceadas que le acariciaban la piel. Le ardieron las mejillas, pero no pudo desviar la mirada. Ni siquiera cuando volvio a tomarle los pezones y ella pudo ver y sentir lo que estaba haciendo. El presiono el pene erecto contra su trasero y ella deseo que los dos estuvieran desnudos para poder tenerlo dentro. Sabia que estaba humeda, lo notaba en las bragas. Quiso que la acariciara alli. Necesitaba su contacto por todo el cuerpo.

Sin pensarselo dos veces, se desabrocho el boton del vaquero y se bajo un poco la cremallera, hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

– No pares -le susurro el sin dejar de acariciarle los pechos-. Sigue.

Ella se bajo la cremallera del todo, pero no tuvo el valor de bajarse los vaqueros. Afortunadamente, no hizo falta. El le acaricio el vientre con la mano derecha y fue descendiendo hasta introducirla por debajo de las bragas. Sus dedos calidos se abrieron paso entre los rizos y entre las piernas. Fue directamente al clitoris y lo encontro a la primera.

Estaba abultado y dispuesto. La primera caricia hizo que jadeara; la segunda, que quisiera gritar.

Le dio placer con el dedo corazon, con un movimiento circular que la llevo a una espiral de enajenamiento en cuestion de segundos. Fue como si el pudiera leerle el pensamiento, o quiza fuera solo su cuerpo. Ni de prisa ni despacio y, sobre todo, con la presion justa.

Se dejo caer contra el. Las piernas podian cederle en cualquier momento, pero no quiso moverse. ?Que pasaria si el paraba y no volvia a empezar nunca mas? Se moriria de anhelo.

Siguio el movimiento circular cada vez un poco mas deprisa hasta llevarla al limite. El deseo la abrumo y casi no podia respirar ni pensar. Queria suplicar o gritar. Queria mas.

Con la otra mano seguia pellizcandole los pezones y la arrastraba cada vez mas cerca del climax. Su cuerpo se puso en tension solo de pensarlo, pero no queria alcanzarlo todavia. Aquello era maravilloso. Sin pensarlo, se bajo los vaqueros y se los quito con los pies para facilitarle el camino. El introdujo dos dedos. Ella noto los pliegues humedos y ardientes que se separaban, pero no era suficiente.

– Quiero que entres.

Ella se sorprendio al oirse decir en voz alta lo que queria. Podia notar la dureza contra su trasero y la queria en otro sitio.

– En seguida -contesto el-. Relajate.

?Que se relajara…? El volvio a los movimientos circulares en su zona mas sensible. Estaba al borde del climax y no sabia como iba a aguantar, pero tampoco se atrevio a proponerle un cambio de posturas porque podia perderselo todo y eso la mataria…

El se detuvo y se retiro.

Lori se quedo sin respiracion mientras intentaba adivinar que estaba pasando. Estaba desnuda, solo con los calcetines, y era muy bochornoso cuando habia estado al borde de alcanzar el climax mas intenso de su vida y le habia suplicado a Reid que la penetrara.

El se puso delante de ella, la abrazo y la beso arrebatadoramente. Los labios y las lenguas se enzarzaron en una persecucion implacable, el introdujo las manos entres sus piernas y ella volvio al borde del extasis.

El climax llego sin avisar y ella se aferro a Reid para mantenerse de pie. Los musculos se contrajeron y expandieron mientras el placer se apoderaba de ella. Podria haber gritado, pero estaban besandose.

Lori, en una nebulosa, penso que Reid sabia muy bien lo que hacia mientras seguia acariciandola. Entonces, cuando el estremecimiento ceso y ella pudo respirar otra vez, la tumbo en la cama, se tumbo a su lado y le acaricio la cara.

No tenia las gafas y la habitacion estaba borrosa, pero Reid estaba suficientemente cerca para poder enfocarlo.

– ?Todavia estas bien? -pregunto el con media sonrisa.

– Mejor que bien -Lori suspiro-. Mucho mejor.

– Perfecto.

Reid se sento y se quito la camiseta. A pesar del aturdimiento, ella vio perfectamente sus abdominales y su musculosa espalda. Era un hombre impresionante. Quiza fuera vulgar, pero queria ver el resto. Tomo el boton de sus vaqueros entre los dedos.

– ?Impaciente?

– Un poco -contesto ella.

– Me gusta en una mujer.

Mientras ella se afanaba, el tiro de la goma que le sujetaba la trenza.

– ?Que haces? -pregunto Lori antes de dejar de hacer lo que estaba haciendo.

– Soltarte el pelo. Llevo semanas deseando vertelo suelto.

– ?Mi pelo?

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