y ocho horas de tu boda». Pero de eso ya hablarian mas tarde-. Eso es lo que te pasa.

Alex le tendio los brazos.

– ?Recuerdas lo nuestro? ?A que era fantastico?

– No, no lo recuerdo.

El le lanzo una sonrisa.

– Me echas de menos, lo se.

?No acababa de comportarse como una mujer adulta hacia dos minutos? ?No habia hecho lo correcto? ?Y aquella era su recompensa? ?Acaso era justo?

– Esta bien -dijo, sonriendole-. Tengo que ocuparme de un par de cosas -senalo el cuarto de bano-. Tu espera aqui.

– Podria ir desnudandome.

Ella refreno un chillido y procuro poner cara de seductora.

– Eso dejamelo a mi, Alex.

El se dejo caer en la cama.

– Esta bien, eso hare.

Katie se metio en el cuarto de bano y saco su telefono movil del bolso. Marco el numero de Jackson, que le habia dado su madre, y espero:

– ?Katie?

– Alex esta aqui. Esta borracho y cree que quiere acostarse conmigo.

– No es el unico.

– Muy gracioso. Necesito ayuda.

– Enseguida voy.

Cumplio su palabra y llego cuando ella acababa de salir del bano. Miro a Alex y sacudio la cabeza.

– Tuviste tu oportunidad y la desperdiciaste -dije-. Ahora es mia.

Alex lo miro desconcertado.

– ?Eres el nuevo novio de Katie?

– Ese soy yo.

– Maldita sea.

Alex se levanto, se inclino un poco a la derecha y luego se enderezo. Logro llegar a la puerta abierta y se detuvo.

– Perdona, hombre.

– Que no vuelva a pasar -dijo Jackson. Alex se despidio con la mano y cerro cuidadosamente la puerta tras el.

– Impresionante -le dijo Katie a Jackson-. Gracias por salvarme. Si hubiera intentado algo, habria sido un desastre.

– Un escandalo, como minimo.

Jackson la deseaba. Katie lo notaba en su mirada, lo veia en su postura. Pero, siendo como era, respetaria su decision y ni siquiera volveria a intentarlo por segunda vez. Que bueno era, penso Katie de nuevo.

Lo mas sensato habria sido dejarlo marchar. Apenas se conocian. El ambiente estaba demasiado cargado de emociones y ella no pensaba con claridad. Ceder al sexo con un extrano era un gran error. Un error enorme. Se odiaria por la manana.

Todos argumentos muy razonables, penso mientras se acercaba a Jackson y tocaba sus gafas.

– ?Que tal ves sin ellas? -pregunto.

– De cerca, estupendamente.

– Bien.

En algun momento entre su despedida y su regreso a la habitacion de Katie, el se habia quitado la chaqueta y la corbata. Katie practicamente lo tenia todo hecho. Seria una pena desperdiciar tanto esfuerzo.

– ?Quieres quitarte las gafas? -pregunto.

– ?Que me das si lo hago?

Ella se rio.

– Lo que quieras.

Capitulo 6

Jackson dejo las gafas en la mesa que habia junto a la puerta y se volvio hacia ella. Katie miro sus ojos verdes oscuros, sus densas pestanas, las facciones de su cara perfecta.

– Eres realmente muy…

No pudo acabar. En vez de dejarla hablar, Jackson la atrajo hacia si, la rodeo con sus brazos y la beso apasionadamente, como si pensara poseerla y nada pudiera impedirselo.

La energia de su boca, su ardor, hicieron desfallecer a Katie. Sintio una opresion en el pecho al tiempo que abria los labios y se entrelazaban sus lenguas. Como si no pudiera respirar.

Las manos de Jackson estaban por todas partes: en su espalda, en sus caderas, en su trasero. Katie se arqueo contra el para tocar con el vientre su ereccion. Estaba muy excitado, penso, ansiosa, y sintio que un calor liquido recorria su cuerpo.

Se aferro a el, para sostenerse en pie y para sentir su fuerza. El deseo se convirtio en desesperacion. El ansia ardia como fuego, atravesando su cuerpo y haciendola gemir. El encontro la cremallera de la espalda de su vestido y la bajo con impresionante facilidad. El dejo de besarla el tiempo justo para bajarle las mangas del vestido; luego volvio a aduenarse de su boca. Deslizo las manos hasta su cintura y mas arriba, hasta el sujetador negro que cubria sus pechos.

– Dios, que ganas tenia -jadeo al tocarlos.

Rozo con los dedos sus pezones duros. El placer recorrio a Katie, aposentandose entre sus piernas. El le quito rapidamente el vestido, lo arrojo a un lado y luego inclino la cabeza hacia sus pechos. Se metio primero un pezon y luego el otro en la boca. No se limito a chupar y lamer: devoro su piel, saboreandola, incitante. Ella temblo. Sus entranas se derretian, y aquel lugar entre sus muslos se hinchaba hasta causarle dolor. El uso la lengua, los labios, los dientes, hasta que Katie perdio la razon. Cuando comenzo a llevarla hacia la cama, ella se dejo llevar a toda prisa.

Llegaron al colchon. Mientras ella se quitaba las sandalias, el se quito los zapatos. El vestido de ella cayo al suelo, lo mismo que la camisa y los calcetines de el. Ella se quedo en braguitas, consciente de que pesaba cinco… bueno, diez kilos mas de lo debido. Pero en lugar de sentir verguenza, se sentia exuberante. Deseable.

Jackson no le oculto nada. Ni el ansia que ardia en sus ojos, ni el latido de su ereccion. Dejo caer sus pantalones, se bajo los calzoncillos, le tendio la mano y la atrajo hacia si.

– Me estas volviendo loco -susurro antes de besarla.

Ella toco su miembro terso, sintio su punta aterciopelada y se estremecio de nuevo. Pero el le aparto la mano y sonrio.

– Digamos que ahora mismo no tengo mucho control.

?Por ella? Era la razon mas plausible, y Katie estaba dispuesta a creerla. Pero no tuvo mucho tiempo para regodearse en ello. Jackson tiro de sus bragas y se las bajo.

Ella se las quito. Jackson la tumbo en la cama y se tendio a su lado. Se abrazaron entre un torbellino de besos. El deslizo una mano entre sus piernas y dejo escapar un grunido al hundir los dedos en su carne hinchada y humeda. Hundio un dedo dentro de ella y utilizo el pulgar para acariciar su clitoris en circulos. Aquella combinacion, ejecutada con el ritmo perfecto, hizo que Katie empezara a jadear en menos de dos segundos. Habia algo especial en su modo de tocarla. Como si supiera exactamente como le gustaba. El dedo que la penetraba se hundio mas adentro y se curvo hacia su vientre. Katie abrio las piernas de par en par y pidio mas.

Jackson la tumbo de espaldas. Con los ojos cerrados, Katie se dejo llevar por las sensaciones que la embargaban. Habia tantas, penso, ansiosa. No podia correrse tan pronto. Pero ella tampoco podia controlarse. El pulgar de Jackson seguia describiendo circulos, rozando apenas el centro hinchado y ansioso de su sexo. El otro

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