abiertos con Sabrina. Cleo intento participar en la conversacion. Asentia con la cabeza y en ocasiones anadia una palabra o dos. Incluso consiguio sonreir. Pero se sentia confundida, y bajo aquella confusion se escondia una inmensa sensacion de dolor y traicion.
Sadik habia amado a otra mujer. Aquella mujer habia muerto y ahora el la lloraba. Por eso solo queria a Cleo para meterla en su cama. Porque ya le habia entregado el corazon a otra persona.
Siempre habia sospechado que no podria haber nada serio entre ellos, pero de alguna manera el hecho de darse cuenta de que Sadik era completamente inalcanzable empeoro la situacion. Cleo habia deseado durante toda su vida ser la persona mas importante del mundo para alguien. Era su fantasia mas personal. Y ahora sabia que eso no le ocurriria nunca con Sadik.
Hasta aquel momento no se habia dado cuenta de que deseaba secretamente que se enamorara de ella.
Cleo se llevo la mano al vientre y sintio un profundo y desesperanzado vacio interior. Por mucho que estuviera pensado ocultarle lo del nino sabia que no era posible. No solo acabaria por averiguarlo, sino que ademas creia que no estaba bien separarlo de su hijo. Lo que significaba que en algun momento tendria que sincerarse. Y entonces, ?que ocurriria? ?Intentaria el apartarla de su hijo? ?Como iba a llegar a un acuerdo con la familia real? ?Como iba a quedarse en Bahania para compartir su crianza?
Todo estaba saliendo mal. Nunca debio haber regresado. Entonces miro a Zara y vio la felicidad reflejada en su cara. Era el momento de su hermana y no podia arruinarselo. Se las tendria que arreglar para hacer frente a la semana entrante. Cuando hubiera pasado la boda ya tendria tiempo de pensar en que hacer.
Cleo se escapo corriendo a los jardines. Una vez alli sintio como si pudiera respirar de nuevo. Estaba muy dolida. Se suponia que una persona cabal tendria que haber imaginado que Sadik hubiera amado a otra persona. Pero una persona cabal tampoco habria tenido una relacion con el. Se sentia como si hubiera caido en una trampa.
Y lo peor de todo era que aun lo deseaba. Y no se trataba solo de una cuestion de cama. Aunque se le partia el corazon al saber que Sadik nunca llegaria a amarla no podia evitar desear sentir sus brazos alrededor de su cuerpo.
Cleo suspiro y cruzo los jardines. Se dejo caer en un banco y, aspirando el aroma de las flores, trato de encontrar la paz en la belleza que tenia alrededor.
Si al menos hubiera algun modo de cambiar sus sentimientos o de cambiar a Sadik, penso. Pero aunque ella fuera una princesa, que desde luego no lo era, no podria competir con una novia fallecida. Kamra seria siempre perfecta en su mente: nunca envejeceria, ni estaria cansada ni de mal humor. Ninguna mujer podria competir con un fantasma.
Cleo trago saliva y se puso rapidamente de pie. Su estomago se rebelaba ante tantas emociones, tal vez ayudado por el copioso desayuno que habia tomado. Apenas tuvo tiempo de inclinarse antes de vomitar.
Debido a un desafortunado ajuste en su agenda, el rey Hassan habia elegido aquel preciso momento para pasear por sus jardines.
Cleo no se habia percatado de su presencia hasta que se incorporo y el le coloco un panuelo entre las manos.
No sabia que hacer. Queria salir corriendo, pero entonces cayo en la cuenta de que estaba llorando desconsoladamente. No era una buena idea.
– Vamos, nina -dijo el Rey con amabilidad pasandole un brazo por los hombros para ayudarla a sentarse de nuevo en el banco-. Cuentame que te pasa. ?Se trata de Zara?
– No -respondio ella secandose las mejillas con el panuelo-. La echo mucho de menos, pero es muy feliz aqui. Ella pertenece a este lugar, su familia esta aqui.
– Esta tambien puede ser tu casa si tu quieres, Cleo -dijo el Rey tomandola de la mano-. Eres la hermana de Zara. Para mi seria un honor que te quedaras en palacio, aunque tambien podrias vivir en la Ciudad de los Ladrones. Asi estarias cerca de ella.
Cleo se abrazo al anciano sin dejar de llorar. Se sentia comoda. Su padre habia muerto antes de que ella naciera, asi que no habia tenido la oportunidad de conocerlo.
– Hija -dijo el Rey acariciandole el cabello-, ?por que estas tan triste? Si no me lo cuentas no podre ayudarte.
– ?Me ha llamado hija? -pregunto Cleo alzando la cabeza y parpadeando varias veces.
– Eres la hermana querida de mi hija Zara. Eso te convierte en un ser querido tambien para mi – aseguro tomandole la cara entre las manos-. Eres parte de la familia y deseo que seas feliz.
Cleo deseo con todas sus fuerzas creerlo. Bajo la cabeza y se limpio la nariz con el panuelo.
– Estoy… estoy embarazada.
– Ya veo -dijo el Rey sin dejar de acariciarle el cabello-. Hablame del padre. Por lo que veo no ha cumplido con su deber, porque no llevas ningun anillo de compromiso.
– El no lo sabe -respondio ella sonriendo con tristeza-. Se que tendre que contarselo al final, pero primero tengo que saber que voy a hacer.
– Tienes que llegar a un acuerdo con ese chacal del desierto -aseguro el Rey con firmeza-. Yo te apoyare en todo lo que pueda.
Cleo agradecia las palabras del monarca, pero de pronto se dio cuenta de lo que acababa de hacer. ?En que estaba pensando para contarle al padre de Sadik que estaba embarazada? Dudaba mucho de que el rey fuera tan comprensivo si conociera la verdad.
– Por favor, no hable de esto con nadie -le rogo-. Si la gente se enterara… No me gustaria estropear la boda de Zara con esta noticia. Todo el mundo se pondria a hablar de mi.
– Tu secreto esta a salvo conmigo, Cleo -aseguro el rey palmeandole suavemente la mano antes de ponerse en pie-. Vamos, debes retirarte a descansar a tus aposentos. Dare orden a la cocina para que te envien un te para asentarte el estomago.
Veinte minutos mas tarde Cleo estaba tumbada sobre su cama bebiendo una taza de te. La infusion la hacia sentirse algo mejor. La dejo sobre la mesilla de noche. Tal vez con una siesta terminaria de recuperarse del todo.
Pero antes de que tuviera tiempo de cerrar los ojos la puerta de su dormitorio se abrio de golpe y Zara entro como una exhalacion.
– ?Estas embarazada y ni siquiera me lo has contado?
Capitulo 5
NO deberias estar abriendo regalos? -le pregunto Cleo en un absurdo intento de distraerla.
– ?No deberias haberme contado algo tan importante? -pregunto a su vez Zara sentandose al borde de la cama con los brazos cruzados.
– Lo siento – se disculpo Cleo incorporandose hasta apoyarse en el cabecero -. Al parecer has hablado con el Rey.
– Asi es. Vino a hablar conmigo de los regalos y luego me insinuo que le habias confesado que estabas embarazada. Penso que yo deberia saberlo, algo con lo que obviamente tu no estas de acuerdo.
Eso era lo que habia conseguido por confiar en un hombre, penso Cleo con amargura. Podia sentir como la situacion se le escapaba completamente de control. ?Que mas habria contado Hassan, y que ocurriria si Sadik averiguaba la verdad?
– Y dime, ?quien es el padre? -pregunto Zara con gesto todavia mortificado.
– Nadie que tu conozcas -respondio Cleo encogiendose de hombros para tratar de disimular que estaba mintiendo-. Lo conoci cuando regrese a casa despues del primer viaje a Bahania.
– Es extrano que no lo hayas mencionado ninguna de las veces que hemos hablado por telefono – aseguro Zara, que no parecia en absoluto convencida con la explicacion.
– No sabia si la cosa iria en serio o no.
– Ha ido lo suficientemente en serio como para que te quedes embarazada.
– Zara, deja de preocuparte por mi. Todo va a salir bien. El bebe y yo estaremos perfectamente. Este es tu