No se trataba de que la hubiera echado de menos, se dijo para sus adentros negandose a recordar la sensacion de vacio que habia experimentado cuando desaparecio de su vida.

– No estas enjaulada como un pajaro -aseguro Sadik intentando una nueva tactica-. Eres la madre de mi hijo y seras reverenciada por ello.

– Eres imposible -respondio ella poniendo los ojos en blanco antes de girarse a mirar de nuevo por la ventana hacia el mar-. No se ni por que me molesto en mantener esta conversacion. Lo que quiero es irme a casa.

– Esta es tu casa ahora -aseguro Sadik acercandose hacia ella y colocandole las manos sobre los hombros.

Cleo se quedo mirando distraidamente el mar. Ojala pudiera embarcarse como polizon en el yate en el que Zara iba a pasar la luna de miel y bajarse en Espana. Aunque sin dinero ni pasaporte no iba a resultarle nada facil.

Una presion calida y suave en el hombro desnudo la obligo a volver a la realidad. Se quedo sin respiracion mientras Sadik la besaba de nuevo en la piel. Su vestido no era lo suficientemente suelto como para que el Principe se lo hubiera deslizado por los hombros, por lo que seguro que le habia bajado la cremallera mientras ella estaba sumida en sus pensamientos mas profundos. ?Y ni siquiera se habia dado cuenta!

Sadik ladeo la cabeza y se acerco aun mas, mordisqueandole el cuello. Cleo sintio como todo su cuerpo se agitaba en un escalofrio al tiempo que un deseo liquido se apoderaba de ella.

«Solo sera un segundo», se prometio a si misma cerrando los ojos. Se dejaria llevar solo un instante antes de apartarse y decirle que aquello era un error. Sadik no le convenia en ningun aspecto, y hacer el amor con el serviria unicamente para complicar las cosas.

El Principe la beso en la parte de atras del cuello con besos dulces y pequenos que le hicieron casi imposible permanecer de pie. Tal vez Sadik y ella provinieran de mundos diferentes y tuvieran visiones completamente distintas de las cosas, pero estaba claro que en la cama se entendian muy bien.

«Ni lo pienses», se dijo Cleo. Tenia que mantener el control. No podia arriesgarse a que le rompiera el corazon. ?Acaso no era aquella la razon por la que habia salido huyendo la primera vez?

– Piensas demasiado -se quejo Sadik al tiempo que le daba la vuelta y la atraia hacia si-. Puedo ver como tu cabeza echa humo. Deja de pensar. Solo siente.

Antes de que a Cleo se le ocurriera una respuesta indignada con la que contestarle Sadik la beso en la boca.

Capitulo 7

EL hecho de que no hubiera olvidado lo bien que les iba juntos en la cama, ?tenia algun significado? Cleo trato de encontrar algun matiz en sus palabras para ver que debia responder, pero antes de que pudiera idear una estrategia Sadik se inclino sobre ella y la beso en los pechos antes de saltar de la cama. Se quedo alli de pie sin pararse a considerar que Cleo pudiera estar admirando su desnudez. Tenia un cuerpo impresionante, penso ella estudiando las lineas de sus musculos, el vientre liso y las piernas tan largas. Tuvo que admitir que era una suerte para su hijo llevar los genes de su padre.

– Nos casaremos -anuncio entonces Sadik.

Cleo se lo quedo mirando fijamente. Su cerebro reconocio aquellas palabras e inmediatamente las rechazo. El corazon le dio un salto, y de pronto fue consciente de que estaba demasiado desnuda como para mantener aquella conversacion.

– ?Como dices?

– Eres la madre de mi hijo. Lo logico es que nos casemos.

Cleo sintio un frio que le penetro hasta los huesos. Apenas podia respirar cuando se bajo de la cama y comenzo a recolectar su ropa sin mirar a Sadik.

?Casarse? No podia estar hablando en serio. Aunque sabia que asi era. Queria casarse con ella por el bebe. ?Como pudo no darse cuenta antes? Se sintio invadida por una combinacion de rabia y dolor.

– ?Que estas haciendo? -pregunto Sadik cuando la vio ponerse las braguitas.

– Creo que esta claro -respondio ella de malos modos-. Me estoy vistiendo para marcharme de aqui. Nunca debi venir. Lamento que hayamos hecho el amor.

Estaba muy dolida. Dolida hasta la medula. Daba la impresion de que Sadik la hubiera herido con un cuchillo en lugar de con las palabras. Las cosas no estaban saliendo como esperaba.

Cleo no hubiera podido explicar por que estaba tan enfadada. Lo unico que sabia era que tenia que quedarse a solas antes de que perdiera por completo el control.

– No vas a ir a ninguna parte -anuncio Sadik todavia desnudo, todavia impresionante.

– En eso te equivocas -respondio ella negandose a mirarlo mientras se ponia el vestido.

Tras un par de intentos consiguio subirse la cremallera. En algun lugar del dormitorio de Sadik estaria su costoso collar, pero ya lo buscaria en otro momento. Tras ponerse los zapatos se dirigio a la puerta.

– No vas a ir a ninguna parte -repitio el Principe agarrandola del brazo, visiblemente molesto por su reaccion-. He dicho que nos casaremos. Es un gran honor para ti. Seras mi esposa, la princesa de Bahania. ?Como te atreves a no sentirte complacida?

– Para ser sincera, Alteza, preferiria tragarme un vaso de cristal -respondio Cleo soltandose de el.

Abrio la puerta y salio al pasillo. Sadik hizo amago de ir tras ella, pero no estaba vestido para darle caza. Al principio Cleo echo a andar, pero enseguida se quito los zapatos y se puso a correr por el pasillo hasta llegar a su habitacion.

Cuando cerro la puerta tras ella y se sintio a salvo tuvo la sensacion de que le fallaban las piernas. Se sento en el suelo, se llevo las rodillas al pecho todo lo que pudo y dejo caer la cabeza.

Sintio unos sollozos dolorosos en el interior de su cuerpo. Trato de controlarlos, pero entonces penso que no tenia demasiado sentido. ?A quien estaba tratando de impresionar?

Cleo lloro como si se le estuviera rompiendo el corazon. Una combinacion de tristeza y rabia alentaba sus emociones, y durante unos minutos permitio que sus sentimientos afloraran. Cuando la tormenta hubo pasado se puso de pie y fue en busca de un panuelo.

Evito mirarse en el espejo del bano. Despues de sonarse la nariz se quito su maravilloso vestido y se puso el camison antes de dejarse caer sobre la cama y hundir el rostro en la almohada.

Sadik queria casarse con ella.

El mero hecho de pensar en aquella frase le llenaba los ojos de lagrimas. Sentia renacer la rabia.

– ?Que me pasa? -se pregunto en voz alta.

No hubo respuesta. Solo se escuchaba el sonido lejano de la musica de la fiesta. Cleo se acurruco. Se sentia sola, perdida y confundida. El ofrecimiento de Sadik era lo mas honorable dadas las circunstancias. Entonces, ?por que le habia molestado tanto?

Coloco las manos debajo de la almohada mientras consideraba sus sentimientos. Por una parte, su oferta no habia sido una proposicion. Habia anunciado que iban a casarse. Aunque aquello no era ninguna sorpresa. Cleo sabia que el Principe tomaba lo que queria sin pensar en las consecuencias.

Sadik queria casarse con ella. ?Que tenia aquello de malo? Eso respondia a la pregunta de que iba a ser de ella cuando naciera el nino. De hecho, y pensandolo bien, no deberia haberla pillado por sorpresa. Sadik no permitiria que su primogenito fuera ilegitimo.

Cleo cerro los ojos y suspiro. Aquella era la respuesta. Queria casarse por el nino. No se trataba de ella. Si no fuera por el bebe no tendria el mas minimo interes en ella, a excepcion de alguna posible invitacion a reunirse con el en su cama, algo que por cierto ya habia conseguido.

Era el nino lo que le importaba y no ella. No ella.

Cleo se dio la vuelta y se dispuso a contemplar el techo. Recordo la ultima vez que habia estado alli. Sadik habia conquistado algo mas que su cuerpo: habia hallado el camino hacia su corazon. En aquel momento habia sido mas lista. Sabia que no habria manera de que encontrara la felicidad al lado de un principe asi que habia soltado amarras y habia zarpado rumbo a casa.

Habia esperado secretamente que Sadik fuera tras ella. Estuvo esperando una llamada de telefono que nunca

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