?Que respirase? No podia respirar. ?Cielos, no queria morir alli! Y menos en ese momento y de esa manera.
– Respire -repitio el hombre-. No se preocupe, no le ha pasado nada.
?Como lo sabia ese hombre? ?Como podia estar seguro?
Willow abrio la boca y tomo aire. El aire le lleno los pulmones. Repitio la operacion hasta que las luces se desvanecieron y pudo volver a ver lo que la rodeaba.
El tipo de la pistola estaba sentado a su lado. Se habia quitado la chaqueta. Lo mejor era que podia verle los musculos y eran realmente impresionantes. Lo malo era que tambien podia ver la pistola a la perfeccion.
– ?Quien es usted? -pregunto el-. ?Una ex novia agraviada? Conozco a casi todas, pero alguna que otra se me pasa…
Willow incorporo el tronco hasta quedar apoyada en un codo.
– ?Una ex novia? No, de ninguna manera. No saldria con Todd aunque de ello dependiera la vida del planeta. Bueno, quiza, si pudiera salvar alguna especie en peligro de extincion. Todos tenemos que poner nuestro granito de arena. Es imperativo que nos demos cuenta de que, para salvar el planeta, necesitamos hacer ciertas cosas.
El levanto una mano.
– Alto. ?Quien es usted? -volvio a preguntar el hombre.
– Oh, perdon. Me llamo Willow. Mi hermana es Julie Nelson. Mi hermana es la novia de Ryan, el primo de Todd. Pero el desgraciado de Todd hizo todo lo posible por separarlos y yo no puedo darme por contenta. Se que deberia aceptarlo y olvidarlo, pero no estuvo bien. Todd se cree el rey del mundo solo por el hecho de ser rico. Idiota. ?Quien es usted?
– Kane Dennison. Soy el encargado de seguridad.
– ?Aqui, en esta casa?
La expresion de el se endurecio, parecia sentirse insultado.
– El encargado de seguridad de toda la empresa.
– Ah, ya. Eso explica la pistola -Willow volvio a incorporarse hasta quedar sentada y se sacudio del jersey unas briznas de hierba-. No iba a hacerle dano, si eso era lo que le preocupaba. No tiene mas que mirarme. ?Cree en serio que podria hacerle algun dano?
El ladeo la cabeza y reflexiono sobre la pregunta.
– Es bajita y delgaducha, asi que supongo que no.
Lo de bajita lo entendia, era algo que no podia evitar. ?Pero delgaducha?
– Perdone, soy
– ?Asi es como lo llama?
– Tengo curvas -le aseguro Willow, enfadada y algo dolida. Quiza sus curvas no fueran excesivamente pronunciadas ni muchas, pero ahi estaban-. Es el jersey. Como me esta grande, no se ven las curvas, pero soy muy sexy.
Realmente no lo era; aunque, por supuesto, lo intentaba. Pero era una causa perdida. No obstante, que ese hombre la desdenase de esa manera era sumamente irritante.
– Estoy seguro de que es usted deslumbrante -murmuro Kane; de repente, mirandola como si deseara estar en cualquier parte menos alli-. Siento mucho que este enfadada con Todd, pero no tiene derecho a presentarse en la casa de el y amenazarlo. Esta mal y es ilegal.
– ?En serio? -?habia ella quebrado la ley?-. ?Va a hacer que me arresten?
– No, si se va ya y promete no volver nunca mas.
– Es necesario que hable con el. Alguien tiene que decirle cuatro cosas bien dichas.
En los labios de Kane se dibujo una curva.
– ?En serio cree que va a asustarlo?
– Es posible -aunque, a decir verdad, se le habian quitado las ganas de ver a Todd-. Podria volver en otro momento.
– Estoy seguro de que a Todd le va a encantar la idea. ?Tiene coche?
– ?Que? -pregunto Willow-. Naturalmente que tengo coche.
– En ese caso, la acompanare a su coche y olvidaremos lo que ha pasado.
Lo que el proponia tenia sentido, pero habia un par de problemas.
– No puedo -dijo Willow girando el tobillo. Al instante, el dolor le hizo apretar los dientes-. Creo que me he roto el tobillo al caer.
Kane murmuro algo para si mismo y cambio de postura para examinarle el tobillo. Lo levanto con cuidado y, mientras lo sostenia con una mano, con la otra empezo a deshacerle los cordones de las zapatillas deportivas.
Willow calzaba un treinta y nueve, un pie enorme teniendo en cuenta que solo media un metro cincuenta y nueve centimetros; a pesar de ello, la enorme mano de ese hombre hacia que su pie pareciese enano. ?No decian algunas mujeres casadas algo sobre los hombres con manos grandes?
Willow no sabia si reir o ruborizarse, asi que decidio no pensar en ello y lo observo mientras el le quitaba la zapatilla deportiva.
– Mueva los dedos de los pies -dijo el.
Willow obedecio. Le dolio.
Kane le quito el calcetin y comenzo a examinarle el pie. Willow hizo una mueca, aunque esta vez no fue debido al dolor. A pesar de no saber nada de medicina, se dio cuenta de que el pie se le estaba hinchando en cuestion de segundos.
– No tiene buen aspecto -murmuro ella-. Creo que voy a cojear durante el resto de mi vida.
Kane la miro.
– Se ha abierto el tobillo. Lo unico que tiene que hacer es reposar durante un par de dias y ponerse hielo en el tobillo. Estara bien enseguida.
– ?Como lo sabe?
– Estoy acostumbrado a ver este tipo de cosas.
– ?Ocurren mucho en su trabajo? ?O es que trabaja con gente patosa?
El respiro profundamente.
– Lo se, es todo. ?Vale?
– Eh, oiga, soy yo quien esta seriamente herida. Si alguien tiene derecho a protestar soy yo.
El murmuro algo que a Willow le parecio «?por que a mi?», y entonces ese hombre, sin que ella se diera cuenta de lo que pasaba, la levanto en sus brazos.
La ultima vez que a Willow la habian llevado en brazos fue cuando tenia siete anos y estaba devolviendo por haber comido demasiados dulces en una feria. Se agarro al cuello de Kane con los brazos y protesto:
– ?Que esta haciendo? Suelteme. Dejeme en el suelo.
– Voy a llevarla a la casa para ponerle hielo en el tobillo. Luego, se lo vendare y vere la mejor manera de llevarla a su casa.
– Puedo conducir.
– No lo creo.
– Usted mismo ha dicho que no es nada grave -le recordo Willow mientras notaba que a el no parecia costarle ningun trabajo llevarla en brazos. Al parecer, esos musculos eran de verdad.
– Esta algo alterada. No deberia conducir.
Alterada o no, no le gustaba que alguien tomara decisiones por ella. Preferia estar a cargo de su propio destino. Ademas, habia otras cosas a tomar en cuenta.
– Se ha olvidado de mi zapatilla deportiva y mi calcetin -dijo Willow-. Y su chaqueta.
– Volvere a recogerlas cuando la deje sentada.
– ?Y la gata?
El le lanzo una mirada que parecia cuestionar su salud mental. A Willow le fastidiaban mucho los gestos como aquel.
– La gata en el hueco del arbol. Creo que esta pariendo. La vi cuando me caia. Hace frio, no podemos dejarla ahi. ?Tiene una caja y toallas? Quiza primero unos periodicos, luego las toallas. Dar a luz es asi. Ya se que es parte del ciclo de la vida, pero todos esos fluidos…