gigantes que estaban en las puertas de las discotecas. Tenia el pelo oscuro y los ojos grises mas frios que habia visto nunca. Y parecia enfadado.

– ?Quien es usted? -le espeto, a modo de saludo-. ?La novia de Tim? ?Esta el aqui?

Annie lo miro, perpleja.

– Hola -le dijo-. Imagino que es asi como queria empezar la conversacion.

– ?Que?

– Diciendo «hola».

La expresion del hombre se ensombrecio aun mas.

– No tengo tiempo para charlar. ?Esta aqui Tim McCoy?

El tono no era nada amistoso y la pregunta no la animo en absoluto. Dejando la copa de vino sobre la mesita, Annie se preparo para lo peor.

– Tim es mi hermano. ?Quien es usted?

– Su jefe.

– Ah.

Aquello no podia ser bueno, penso, dando un paso atras e invitandolo a entrar con un gesto. Tim no le habia contado mucho sobre su nuevo trabajo y ella habia tenido miedo de preguntar.

Tim era… un irresponsable. No, eso no era verdad del todo. A veces era encantador y carinoso, pero tenia una vena diabolica.

El hombre entro en la casa y miro alrededor. El salon era pequeno y un poco destartalado, pero acogedor, penso Annie. Por lo menos, eso era lo que queria creer.

– Yo soy Annie McCoy -le dijo, ofreciendole su mano-. La hermana de Tim.

– Duncan Patrick.

Annie tuvo que disimular una mueca cuando el desconocido estrecho su mano. Afortunadamente, no habia querido apretar porque podria haberle roto los dedos.

– O convertirlos en pan rallado.

– ?Que?

– Ah, nada, es un cuento. ?No queria la bruja de Hansel y Gretel pulverizar sus huesos para hacer pan rallado? No, esos eran los gigantes… no me acuerdo. Tendre que volver a verlo.

Duncan fruncio el ceno.

– No se preocupe -sonrio Annie-. No es nada contagioso, es que se me ocurren cosas raras de vez en cuando. Pero no se lo voy a pegar -nerviosa, se aclaro la garganta-. En cuanto a mi hermano, no vive aqui.

– Pero esta es su casa.

?Era ella o el tal Duncan Patrick no era el mas listo de la clase?

– No vive aqui -repitio, hablando mas despacio. A lo mejor eran todos esos musculos. Demasiada sangre en los biceps y no la suficiente en el cerebro.

– Lo he entendido, senorita McCoy. ?No es Tim el propietario de la casa? El me dijo que era suya.

A Annie no le gusto nada oir aquello.

– No, es mi casa -le dijo, apoyandose en el respaldo de una silla-. ?Por que lo pregunta?

– ?Sabe donde esta su hermano?

– No, no lo se.

Tim se habia metido en algun lio, seguro. Duncan Patrick no parecia la clase de hombre que aparecia en casa de alguien por capricho y eso significaba que Tim habia vuelto a meter la pata.

– ?Que ha hecho ahora?

– Ha robado dinero de mi empresa.

La habitacion parecio girar de repente. Annie sintio que su estomago daba un vuelco y se pregunto si iba a pasarle lo que le habia pasado a Cody en el patio.

Tim habia robado dinero…

Le gustaria preguntar como era posible, pero en realidad ya sabia la respuesta: Tim tenia un problema con el juego. Le gustaba demasiado y vivir a cinco horas de Las Vegas complicaba el problema aun mas.

– ?Cuanto? -le pregunto.

– Doscientos cincuenta mil dolares.

Annie se quedo sin aire. Podria haber dicho un millon o diez millones. Era demasiado dinero, una cantidad imposible de devolver.

– Veo por su expresion que no sabia de las actividades de su hermano -dijo Duncan Patrick.

Annie nego con la cabeza.

– Que yo sepa, a Tim le encantaba su trabajo.

– Demasiado -dijo el, burlon-. ?Es la primera vez que roba dinero?

Ella vacilo durante un segundo.

– Pues… ha tenido algun problema antes.

– ?Por culpa del juego?

– ?Lo sabe?

– Me dijo algo cuando hable con el hace un rato. Pero tambien me dijo que tenia una casa en propiedad y que el valor de la casa era mayor que la cantidad robada.

Annie abrio mucho los ojos.

– ?Pero que esta diciendo?

– Lo que ha oido, senorita McCoy. ?Es esta la casa a la que se referia?

Ahora de verdad iba a vomitar, penso ella. ?Tim le habia ofrecido la casa? ?Su casa? Era todo lo que tenia.

Cuando su madre murio les habia dejado la casa y el dinero del seguro a los dos y ella habia usado su parte para comprarle la mitad de la casa a Tim. Supuestamente, su hermano iba a usar el dinero para pagar el prestamo universitario y dar la entrada para un apartamento… claro que, en lugar de hacerlo, se habia ido a Las Vegas.

Pero eso fue casi cinco anos antes.

– Esta es mi casa -le dijo-. Es mia y esta a mi nombre.

La expresion de Duncan no cambio en absoluto.

– ?Su hermano tiene alguna otra propiedad?

Annie nego con la cabeza.

– Gracias por su tiempo -dijo el entonces, dirigiendose a la puerta.

– Espere un momento -lo llamo Annie. Tim podia ser un autentico irresponsable, pero era su hermano-. ?Que va a pasar ahora?

– Que su hermano ira a la carcel.

– Tim necesita ayuda psicologica, no ir a la carcel. ?La empresa no tiene un seguro medico? Podrian enviarlo a una clinica de rehabilitacion o algo asi.

– Podriamos haberlo hecho… antes de que se llevase el dinero. Lo siento, pero si no puede devolverlo tendre que llamar a la policia. Doscientos cincuenta mil dolares es mucho dinero, senorita McCoy.

– Annie -dijo ella, sin pensar. Doscientos cincuenta mil dolares era mas dinero del que aquel hombre podia imaginar-. ?Y no podria devolverselo poco a poco?

– No -Duncan Patrick miro alrededor de nuevo-. Pero si esta dispuesta a hipotecar la casa para ayudarlo, tal vez podria retirar los cargos.

Hipotecar la…

– ?Y marcharme de aqui? Esto es todo lo que tengo en el mundo. No puedo hacerlo.

– ?Ni siquiera por su hermano? No perderia la casa si pagase la hipoteca todos los meses. ?O tambien usted tiene un problema con el juego?

El desprecio que habia en su tono era realmente irritante, penso Annie, mirando el traje de chaqueta italiano y el reloj de oro que seguramente costaria mas de lo que ella ganaba en tres meses. Y estaba segura de que si se asomaba al porche, en la puerta veria un lujoso deportivo. Con buenas ruedas.

Era increible. Estaba agotada, hambrienta y aquello era lo ultimo que necesitaba.

Tomando la factura de la luz de la cajita, Annie movio el papel delante de su cara.

– ?Usted sabe lo que es esto?

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