que lo he visto -bajo la voz-. El tuyo es mejor.
– No es una competicion.
Pero el habia preguntado, penso ella divertida. Dio un sorbo de agua mientras lo observaba. Su cabello oscuro le caia sobre la frente.
– Necesitas un corte de pelo.
– No, gracias. Me resulta demasiado complicado, con eso de la guerra de las peluquerias…
– Yo te llevare. Te lucire por todas partes.
– Gracias -se inclino hacia ella-. ?Le has hablado a alguien de los embriones?
– Marsha lo sabe. Puede que se lo haya dicho a Charity. Prefiero esperar, hasta que sea algo seguro. No quiero que la gente especule hasta que haya algo sobre lo que especular. Me parece que esta mal. Es el momento de Crystal, no el mio.
– Eres tu la que va a quedarse embarazada.
– Dentro de unos dias hare pis en un palito.
– Quiero estar alli.
– Mira, aunque es un gesto muy bonito, no estamos tan unidos.
El sacudio la cabeza.
– Me refiero a estar en la misma casa, no en la misma habitacion.
No estaba segura de poder hacer pis mientras alguien se lo ordenaba y esperaba, pero suponia que podia abrir el grifo del agua o hacer que Raul tarareara en voz alta.
– De acuerdo.
– Bien.
Cuando el le dio el ultimo rollito de huevo que quedaba, la luz capto la fina cicatriz de su mejilla.
– ?Que te paso? Deja que adivine. Estabas ayudando a una senora mayor a cruzar la calle.
– ?Te sentirias mejor si te dijera que tuve una pelea en un bar?
– Si, pero pensaria que estas mintiendo.
– ?Y si te digo que me cai entrenando y me clave una valla?
– Mejor la historia del bar.
– Lo que te haga mas feliz.
Despues de la cena, el insistio en acompanarla a casa.
Ya estaba oscuro y la noche era fria. Pia se echo su jersey por encima y se cruzo de brazos.
– En noviembre tendremos nieve.
– ?Te gusta el invierno?
– La mayor parte del tiempo. No tenemos mucha nieve y eso esta bien. La estacion esta en lo alto de la montana, y alli suelen alcanzar varios metros. Por lo menos, yo no tengo que preocuparme por quitar la nieve de mi camino de entrada. Puedo ir caminando a todas partes.
El la rodeo con el brazo y la atrajo hacia si.
– Si tienes problemas con la pala y la nieve, avisame.
– ?Mas deberes de companero de embarazo?
– Absolutamente.
– Deberias disenar un folleto para saber que esperarme de ti.
– Lo hare.
Acurrucada contra el se sentia segura; sentia todo lo que una mujer embarazada podia esperar de un hombre… o una mujer que no estuviera embarazada…
Una vez mas penso en la mujer con la que habia estado casado y quiso preguntar que habia sucedido. Pero no lo hizo. Por razones que no podia explicar, Raul queria ocuparse de ella y ya que llevaba sola desde los diecisiete anos, eso la hacia sentir bien. Sobre todo ahora, penso, posando la mano sobre su vientre.
Llegaron al edificio de apartamentos, donde el le sujeto la puerta y la siguio para subir las escaleras. Cuando llegaron a la puerta, se giro hacia ella.
– ?Estaras bien sola?
– Llevo anos viviendo aqui. Puedo apanarmelas.
– Si necesitas algo, llamame.
– No quiero interrumpir tu cita.
– Tu eres mi cita.
Esas palabras hicieron que su corazon latiera mas deprisa, penso, sabiendo que ceder ante la tentacion emocional le traeria problemas.
– Raul…
Antes de poder decir nada mas, el la beso.
Fue un beso suave y tierno mas que apasionado durante el que el no intento tocarla y aun asi, la sensacion fue devastadora para ella. No por un deseo sensual, sino porque tanta delicadeza desperto un anhelo que ella apenas se dejaba experimentar. El beso la hizo sonar con lo que seria enamorarse, arriesgar su corazon, creer que podia tener a alguien. Alguien que no se marcharia.
Unas inesperadas lagrimas brotaron de sus ojos. Se aparto, se saco las llaves del bolsillo y abrio la puerta.
– Gracias por la cena -dijo ella-. Sobre todo por el ultimo rollito de huevo.
– ?Me avisaras cuando vayas a hacer pis en el palito?
A pesar de lo vacia que se sentia por dentro, se rio.
– Es algo que nunca me habia pedido nadie, asi que tengo que decirte que si.
– Buenas noches, Pia.
– Buenas noches.
Espero hasta que el bajo las escaleras, cerro la puerta con llave y se apoyo contra la pared.
– No vayas por ahi -se dijo-. No creas en el. Ya sabes lo que pasara si lo haces.
Lo que siempre pasaba. Que el se marcharia. Tenia la sensacion de que decirse que estaba acostumbrada a estar sola no la haria sentirse mejor cuando se viera sin el.
Capitulo 10
– Fue algo extranisimo -dijo Pia mientras Montana y ella estaban en su despacho, repasando los detalles de la subasta de solteros.
– No lo comprendo -dijo Montana frunciendo el ceno-. ?No es suficiente la subasta?
– Al parecer, no. Habra casi treinta mujeres que se suban al escenario a actuar con un tiempo limite de tres minutos. He crecido aqui. ?Cuando se han agobiado las mujeres tanto por la falta de hombres?
– Algunas mujeres quieren tener una relacion.
– Estoy de acuerdo, pero no asi. ?Te has fijado en los hombres que hay en el pueblo?
Montana asintio.
– Ayer tres tipos que iban en un coche me silbaron. Fue extrano, pero agradable.
Pia se estremecio.
– Dime que no vas a estar recibiendo al autobus.
Montana se rio.
– Apenas puedo mantener un trabajo, asi que mucho menos encontrar y mantener un novio.
– Dimelo a mi. Nunca he logrado que un tipo se quede a mi lado y no se por que. ?Es por mi? ?Los espanto? ?Me pasa algo?
– No. Eres genial. Inteligente y divertida.
– Bueno, tu tambien.
Montana arrugo la nariz.
– Yo estoy dispersa. Me siento como si a mi me hubiera costado mas crecer. Tal vez por eso no he encontrado al hombre adecuado.
– Yo no tengo excusa -aunque ahora ya no importaba.