Raul y ella se despidieron y llegaron al aparcamiento. Una vez alli, parados junto al elegante coche rojo, Pia lo miro y al verlo tan impactado dijo:

– Asi que no soy solo yo. Eso me hace sentir mejor.

– Estaba fingiendo. Vaya, trillizos. ?Los has visto en la pantalla?

– No, pero tampoco estaba mirando demasiado. Ya estoy bastante aturdida.

– Son de verdad. Antes los bebes no eran mas que una idea, pero ahora van a nacer. Vas a tener trillizos.

Ella asintio, deseando que la gente dejara de decirlo. No necesitaba tanta presion. Lo miro fijamente a los ojos y en ellos vio algo extrano.

Si, iba a decirle que no podia hacerlo, que era demasiado para el. Y no lo culpaba. Ella tampoco podia creerlo ni asumirlo, pero en su caso no habia vuelta atras. Los bebes estaban en su cuerpo.

Aunque una parte de ella queria suplicarle que no la abandonara, sabia que no era justo. El ya habia sido mas que generoso y ahora lo correcto era dejarlo libre.

– No pasa nada -le dijo-. Lo comprendo. Yo misma me siento incomoda por donde me he metido e imagino lo que estaras sintiendo tu. Has sido genial y te doy las gracias por ello. Por favor, no te sientas obligado a hacer nada mas.

– ?De que estas hablando?

– Te dejo marchar. No tienes que ser mi companero de embarazo.

– ?Por que iba a hacer eso?

– Tienes pinta de querer salir corriendo. Lo entiendo.

El rodeo el coche y se situo frente a ella.

– No pienso irme a ninguna parte, pero tienes razon en una cosa. Ya no quiero ser tu companero de embarazo.

Pia esperaba no reflejar su decepcion; se negaba a pensar que tendria que pasar ella sola por el embarazo. Una vez que llegara a casa, tendria un ataque de nervios, pero por el momento mantendria el control.

– Lo comprendo.

El volvio a tomarle la mano. Parecia hacerlo mucho y el problema era que a ella le gustaba… mucho. Y ahora iba a perderlo.

– No. Pia. Quiero mas. Quiero casarme contigo.

Capitulo 11

Raul no habia planeado proponerle matrimonio, pero tampoco estaba absolutamente sorprendido por lo que le habia dicho. Ultimamente habia estado pensando mucho en ella, en los bebes y en su futuro. La admiraba y la respetaba porque, a pesar de sus miedos y preocupaciones, habia seguido adelante. Su deseo de ayudar era algo que el habia aprendido de Hawk.

Por otro lado, tampoco habia podido sacarse a Keith de la cabeza. Ese hombre habia muerto por su pais. Habria dado por hecho que Crystal seguiria adelante y tendria a sus hijos, habria pensado que su familia seguiria adelante. Y ahora, gracias a Pia, asi seria. Pero no era correcto que ella lo hiciera todo sola.

Pia lo miraba con los ojos como platos y la boca abierta. Intento hablar, trago saliva y dijo:

– ?Como dices? ?Que?

– Quiero casarme contigo.

Ella sacudio la cabeza ligeramente, como si no estuviera segura de lo que habia oido. Parecia impactada y un poco mareada. El se pregunto si deberia meterla en el coche para que pudiera sentarse, pero Pia soluciono el problema abriendo la puerta y dejandose caer en el asiento.

El fue al otro lado y entro.

– Lo digo en serio, Pia. Casate conmigo.

– ?Por que?

Una pregunta razonable, penso.

– Admiro lo que estas haciendo. La mayoria de la gente habria salido corriendo, pero tu no lo has hecho. Y no digas que tenias dudas y preguntas porque si no las tuvieras, no serias competente para tener a los ninos. En mi vida me he encontrado con muchas clases de personas, los que dan y los que reciben. Las que piensan en los demas y los que piensan en si mismos. Te he hablado de mi entrenador y de como me cambio la vida. Nicole me abrio su casa y su corazon. Me ensenaron lo que es importante y quiero hacer lo que ellos hicieron; hacer algo importante par otra persona.

La expresion de Pia paso a una que se parecia mucho al enfado.

– Gracias, pero no me interesa ser tu obra de caridad de la semana.

– No, no es lo que quiero decir.

– Pues es lo que estas diciendo.

El le agarro las manos, pero ella las aparto.

– No.

Estaba enfadadisima. Maldita sea. Lo habia estropeado todo.

– Pia, quiero cuidar de ti. Eso es todo. Quiero estar a tu lado y al lado de los bebes. Quiero formar parte de vuestras vidas.

– Si tantas ganas tienes de ser marido y padre, ve a casarte con otra y ten tus propios hijos.

– Lo he intentado y fracase.

– Un divorcio, eso le pasa a mas de la mitad de los matrimonios. ?Y que? Intentalo de nuevo.

– Eso es lo que quiero hacer. Contigo.

Eran unas palabras que Pia jamas se habia imaginado que oiria. Una proposicion de matrimonio. Pero la situacion que la rodeaba no era la adecuada… Ni tampoco el hombre. Era increible, si, pero no queria que le pidiera matrimonio de ese modo, movido por un extrano sentido de la obligacion hacia un antiguo mentor. No queria ser el proyecto de alguien.

– No puedes solucionar lo que te haya pasado casandote conmigo. Ve a terapia.

Penso que esas palabras lo molestarian, pero Raul sonrio.

– ?De verdad crees que eso es lo que estoy haciendo?

– Si. Tu no me quieres. Ni siquiera hemos salido -habian compartido aquella unica noche, pero eso no era suficiente para cimentar una relacion.

Suponia que en cierto modo deberia sentirse halagada, pero mas bien se sentia enganada. Aunque nunca habia llegado al punto de «te quiero, casate conmigo» en ninguna de sus relaciones, siempre habia sonado que algun dia sucederia. Que el hombre de sus suenos le pediria matrimonio.

Pero eso tendria que ser algo romantico, un momento magico. No un ofrecimiento movido por la compasion en un aparcamiento.

– Pia, me gustas mucho -dijo el-. Te respeto y admiro. Eres inteligente, divertida, encantadora y te mueves por el corazon. Has renunciado a tu vida por tener los hijos de tu amiga. ?Cuanta gente haria eso?

El cambio de tema la sorprendio.

– Crystal me dejo sus embriones. ?Que iba a hacer? ?Ignorarlos?

– Eso es lo que quiero decir. No podias. Tuviste que cuidar de tu amiga incluso despues de que muriera. Puede que yo no conociera a Crystal, pero si que conoci a su marido. No puedo explicarlo, pero se que se lo debo. Tambien son sus hijos y quiero cuidar de ti y de ellos.

Lo de Keith tenia sentido, pero lo del matrimonio…

– Apenas me conoces -aunque tenia que admitir que el modo en que la habia descrito habia sido de lo mas halagador.

– Se lo suficiente. ?Lo dices porque tu no me conoces a mi? Preguntame lo que sea. ?Que quieres saber?

Pia se sentia como si se hubiera adentrado en un universo paralelo.

– No se que preguntar.

– Pues entonces yo te lo dire -y en esta ocasion, cuando fue a tomarle la mano, ella se lo permitio-. Conoces partes de mi pasado, ya te he contado que tuve una novia en el instituto y que estuve loco por ella. Ni siquiera

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