mire a otra chica mientras estuve con ella. Jamas la engane. Si, despues de romper, tuve una epoca salvaje, pero Hawk me devolvio al buen camino y me calme. Sali con muchas mujeres, pero de una en una. Cuando Caro y yo empezamos a salir, ahi termino todo. Me volque en ella.

Se movio como si quisiera acercarse a ella, como si las palabras no fueran suficientes para convencerla y necesitara el magnetismo de su presencia.

– Cuando me comprometo, me entrego al cien por cien. No importa si es en el futbol americano, en el matrimonio o en los negocios. Estare a tu lado.

Ella se sintio abrumada. Todo estaba sucediendo muy deprisa y lo peor de todo era que estaba tentandola. Oir que un hombre se volcaria en ella era suficiente como para dar el salto sin pararse a pensar.

No era amor. Eso Pia lo comprendia. Raul queria una familia sin el trauma de tener que entregar su corazon. Queria ayudarlos a ella y a Keith y a cambio tener una familia sin arriesgarse mucho.

– Tengo mis defectos. Puedo ser impaciente, no tengo muy buen humor por las mananas y puedo ser muy testarudo para salirme con la mia, pero tambien soy razonable -le acaricio una mejilla-. Yo jamas te haria dano.

Pia tenia la sensacion de que hablaba en serio, pero nadie podia prometer no hacerle dano a otro. Las cosas no funcionaban asi.

– Raul, estas siendo muy agradable, pero esto no va a suceder.

– ?Por que no?

– ?El matrimonio? Es un gran paso y apenas nos conocemos.

– Te deseo.

– No, solo quieres hacer una buena causa.

– ?Asi que tu eres alguien que quiere a su amiga y yo no soy mas que un tipo haciendo una buena accion? No eres la madre biologica de estos ninos, pero estas renunciando a tu vida para cuidarlos. ?Por que no puedo yo hacer lo mismo? Eso es lo que ofrezco. Necesitas apoyo y un companero. Yo quiero una mujer e hijos. Quiero ser su padre. Para siempre. Si, casarnos es la solucion mas practica para los dos, pero eso no la hace menos real.

Ella lo miro a los ojos deseando poder ver dentro de su corazon. ?Hablaba en serio?

– Define «real» -dijo ella en voz baja.

– Un anillo, un juez, un pedazo de papel. Viviremos juntos, criaremos a esos ninos juntos. Me gustaria que tomaras mi apellido, pero me parecera bien si no lo haces. Apareceremos como los padres en las partida de nacimiento. Compraremos una casa, haremos el amor, discutiremos, haremos las paces, criaremos a lo» ninos, compraremos un perro y envejeceremos juntos. No hablo de algo temporal, Pia. Te ofrezco todo lo que tengo. Sere un marido para ti y un padre a tiempo completo para esos ninos. Y si decidieras dejarme, podras hacerlo.

Estaba diciendo lo correcto y lo mejor de todo era que parecia creerlo… con lo que ella deseaba creerlo mas aun.

Tenia que admitir que se veia tentada; desde el punto de vista practico, tener a alguien de quien depender mientras criaba a los trillizos seria increible. Raul ya le habia mostrado que era un hombre responsable y que le daba todo su apoyo. A nivel personal si que le gustaba… probablemente mas de lo que debiera. La idea de compartir una cama con el durante los proximos cincuenta anos era bastante excitante.

El no estaba ofreciendole amor y al menos en eso estaba siendo sincero. Ella siempre habia esperado enamorarse desesperadamente en algun momento, pero aun no habia sucedido. Y una vez que tuviera a los ninos, ?que probabilidades tendria? ?Tan malo era un matrimonio practico basado en una necesidad mutua?

– ?Y que pasa con tener hijos propios? -le pregunto ella.

– Espero que estes de acuerdo en tenerlos dentro de unos anos. ?No te gustaria tener tu propio bebe?

Ella asintio lentamente. Eso tambien habia sido parte de su fantasia y Raul le ofrecia unos genes magnificos.

– Hablo en serio. Estoy volcado al cien por cien, Pia. Estare a tu lado pase lo que pase. Sere tu marido y companero en todos los aspectos posibles. Te doy mi palabra. Podras contar conmigo hasta que muera.

Ella sabia lo suficiente como para reconocer que era esa clase de hombre en quien se podia confiar. Le estaba ofreciendo todo… menos su corazon. Pia creia que la cuidaria y despues de todo por lo que habia pasado en la vida, eso era algo casi imposible de rechazar. Comparado con la seguridad, el amor quedaba en un segundo lugar.

Pero no se trataba solo de ella.

– Una cosa es casarse sin estar enamorado, pero lo de los ninos es distinto. No puedes actuar de manera distinta con ellos solo porque no sean biologicamente tuyos.

– Lo se. Ellos tambien tienen mi palabra. Casate conmigo, Pia. Di que si.

Ella lo miro a los ojos y supo que estaria a su lado en todo momento. Que por razones que no podia explicar, ese hombre queria cuidar de ella y de tres ninos que no tenian ninguna relacion con el.

La idea de no tener que hacerlo todo sola, de saber que alguien estaria ayudandola era de lo mas tentadora. Y el hecho de que ese hombre en cuestion fuera Raul, hacia que resultara irresistible.

– Si -susurro ella.

El la miro.

– ?Si? ?Estas aceptando?

Pia asintio y una vez mas se sintio como si fuera a desmayarse. Tal vez no era por el embarazo, tal vez era por el.

Y entonces Raul la beso y ella ya no pudo pensar mas. Solo pudo sentir la calidez y el afecto e incluso algo de pasion.

– No lo lamentaras. Voy a comprarte la casa mas grande que haya, el diamante mas grande. Me ocupare de todo.

Ella se aparto ligeramente y lo miro.

– ?No iras a convertirte en uno de esos tipos controladores, verdad?

El sonrio.

– No. ?Estas poniendole pegas al diamante o a la casa?

– Ha sido eso de «me ocupare de todo» lo que me ha puesto un poco nerviosa.

– ?Y que tal si te digo que me ocupare de todo despues de que tu tomes las decisiones?

– Eso me parece bien.

– Bien.

Volvio a besarla y despues se puso recto y se abrocho el cinturon. Ella hizo lo mismo. Arranco el coche y salieron del aparcamiento.

Pia observaba la carretera y se decia que todo iria bien, que esa sensacion que tenia en el estomago no era temor, sino emocion. Casarse con Raul era algo bueno. Jamas podria cansarse de mirarlo y a pesar de la fama y la fortuna, era un buen tipo. Y eso importaba mucho en los matrimonios.

Funcionaria, se dijo. Es mas, estaba teniendo mucha suerte y estaba haciendo lo correcto para los bebes. Lo de su sueno de enamorarse y encontrar a su principe… bueno, dado todo lo que habia sucedido en su vida, esto era lo que mas podria acercarse a su fantasia.

Despues de dejar a Pia en la oficina, Raul volvio a su casa. Recorrio la vivienda de dos dormitorios y supo que ahi no podria vivir una familia de cinco. Habia estado pensando en comprar una casa, pero antes no habia tenido ninguna prisa. Ahora todo eso habia cambiado. Ahora tendria una familia a la que darle un hogar.

Estaba emocionado con la idea. Estaba preparado para casarse otra vez, preparado para ser padre. Si las cosas con Caro hubieran salido bien, ya seria padre de al menos un hijo.

Cierto, su acuerdo con Pia no era nada tradicional, pero pocas cosas en su vida lo habian sido. Era un chico de la calle que habia sido bendecido con la habilidad de pensar con los pies y lanzar un balon a metros de distancia. Por otro lado, Hawk y Nicole estarian emocionados de ser abuelos de trillizos. Hawk estaria orgulloso de que hiciera lo correcto.

Salio de su casa alquilada y se dirigio al centro. De camino, paso por una joyeria situada en una zona de tiendas exclusivas. Probablemente habia pasado por alli cientos de veces y jamas se habia fijado. Ahora, sin embargo, entro.

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