No habia nada como un desastre en la comunidad para sacar a una persona de un momento de autocompasion, penso Pia mientras estaba en un extremo del parque de la Escuela Elemental Ronan y miraba hacia lo que habia sido una hermosa vieja escuela. Ahora las llamas consumian el tejado y hacian que explotaran las ventanas. El olor a destruccion estaba por todas partes.
Habia oido los camiones de bomberos desde su despacho y habia visto el humo oscureciendo el cielo. Solo habia tardado un segundo en darse cuenta de donde estaba el fuego y que tenia mala pinta. Ahora, mientras estaba en el patio de juegos, sintio como se quedaba sin respiracion cuando uno de los muros temblo antes de caer.
Siempre habia oido a la gente hablar sobre el fuego como si estuviera vivo. Una criatura viviente con determinacion y una naturaleza maligna. Hasta ese momento, nunca lo habia creido, pero al ver el modo en que el fuego sistematicamente destruia la escuela, penso que podria haber algo de verdad en esa teoria.
– Esto esta muy mal -susurro.
– Peor que mal.
Pia vio a la alcaldesa Marsha Tilson a su lado. La mujer, que ya pasaba de los sesenta, tenia una mano posada en el pecho y los ojos abiertos como platos.
– He hablado con la jefa de bomberos. Me ha asegurado que han revisado todas las clases y salas del edificio. No queda nadie dentro, pero el edificio… -se le entrecorto la voz-. Este fue mi colegio.
Pia rodeo a la mujer con un brazo.
– Lo se. Es horrible ver esto.
Marsha controlo sus emociones visiblemente.
– Vamos a tener que encontrar un lugar al que llevar a los ninos. No pueden perder dias de clase por esto, pero los demas colegios estan llenos. Podriamos traer clases portatiles, debe de haber alguien a quien pueda llamar -miro a su alrededor-. ?Donde esta Charity? Ella puede saber algo.
Pia se giro y vio a su amiga junto a una multitud de histericos padres.
– ?Alli!
Marsha la vio y fruncio el ceno.
– No inhalara humo, ?verdad?
Pia comprendio su preocupacion. Charity estaba embarazada de varios meses y era la nieta de la alcaldesa.
– Esta al aire libre, no le pasara nada.
Marsha contemplo tanta destruccion.
– ?Que puede haber provocado esto?
– Lo descubriremos. Lo importante es que todos los ninos y empleados estan a salvo. El colegio podemos arreglarlo.
Marsha le apreto la mano.
– Eres muy racional. Ahora mismo es lo que necesito. Gracias, Pia.
– Lo superaremos juntos.
– Lo se. Eso me hace sentir mejor. Voy a hablar con Charity.
Cuando la alcaldesa se marcho, Pia se quedo en el cesped. Cada pocos segundos, una oleada de calor llegaba hasta ella junto con el olor a humo y a destruccion.
Justo esa manana habia pasado por delante del colegio y todo estaba bien. ?Como podian haber cambiado las cosas tan rapido?
Antes de poder pensar en una respuesta, vio a unos padres llegando alli. Las madres y algunos padres corrieron hacia los ninos, que seguian apinados y protegidos por sus profesores. Hubo gritos de alivio y de terror. Abrazaron a sus hijos, buscaron posibles danos y les dieron las gracias a los profesores. El director del colegio estaba junto a los ninos con un monton de papeles que, probablemente, serian las listas oficiales de alumnos, penso Pia. Dadas las circunstancias, los padres tendrian que firmar antes de llevarse a sus hijos para asi llevar la cuenta de todo.
Llegaron dos camiones de bomberos mas y las alarmas contra incendios del colegio fueron silenciadas finalmente, pero el ruido seguia siendo ensordecedor. La gente gritaba, y los motores de los camiones rugian. Una voz por un megafono advirtio a todo el mundo de que se mantuviera atras, y despues senalo la ubicacion de los vehiculos de emergencias medicas.
Pia miro en esa direccion y quedo sorprendida al ver a un hombre alto y familiar hablando con una de las mujeres de los servicios de emergencias. El pelo de Raul estaba alborotado y su rostro manchado de hollin. Se detuvo para toser y, a pesar de todo, ese hombre seguia teniendo muy buen aspecto.
– Muy tipico -murmuro mientras cruzaba el patio de juegos en direccion hacia el.
– Deja que adivine -dijo ella mientras se acercaba-. Has hecho algo muy heroico.
– Querras decir estupido -le dijo la doctora volteando los ojos-. Es cosa de hombres; no pueden evitarlo.
Pia se rio.
– Como si no lo supiera -se giro hacia Raul-. Dime que no te has metido en un edificio en llamas para intentar salvar a un nino.
El se puso derecho y respiro hondo.
– ?Por que lo dices asi? No es nada malo.
– Aqui hay profesionales que saben lo que estan haciendo.
– Eso es lo que no dejan de decirme. ?Que ha pasado con darme las gracias por arriesgar mi vida?
– Lo mas seguro habria sido que te hubieras desmayado por el humo y que con ello le hubieras dado mas trabajo a los bomberos en lugar de menos -le dijo la doctora. Le quito el pulsimetro de un dedo-. Estas bien. Si tienes algunos de los sintomas de los que hemos hablado, ve a Urgencias -miro a Pia-. ?Va contigo?
Pia sacudio la cabeza.
– Chica lista -dijo el medico y despues fue a atender a otro paciente.
– ?Ay! Este pueblo es muy duro.
– No te preocupes -le dijo Pia-. Estoy segura de que habra muchas mujeres que querran adularte y arrullarte mientras relatas tu acto de valentia.
– Pero tu no eres una de ellas.
– Hoy no.
– ?Como te encuentras?
Durante un segundo, ella no comprendio la pregunta. Despues, volvio a la realidad. Era verdad, el habia presenciado su perdida de nervios ese mismo dia.
– Queria llamarte -dijo ella a su lado mientras se alejaban de los paramedicos- para disculparme. Normalmente tengo mis crisis en privado.
– No pasa nada. Diria que lo comprendo, pero seguro que me arrancas la cabeza de un mordisco si lo hago. ?Y si te digo que te compadezco?
– Te lo agradeceria.
Ella vacilo, preguntandose si debia decir mas o no. O si el preguntaria. Y no es que tuviera nada que decir. Seguia aferrandose a la realidad del legado de su amiga y no habia decidido que hacer. A pesar de la promesa de la abogada de que tenia por lo menos tres anos antes de tener que decidir nada, Pia sentia la presion sobre ella.
Y no iba a discutir su dilema delante de Raul. El ya habia sufrido bastante.
– ?Que estabas haciendo aqui?
El se habia detenido y estaba mirando hacia el colegio, hacia los bomberos.
– ?Estas preocupado por los chicos? -pregunto Pia-. No lo estes. He asistido a muchas reuniones de planes de actuacion en caso de emergencias. Son geniales si tienes problemas para dormir. Bueno, el caso es que hay un plan de actuacion para cada colegio y una lista oficial. Cada dia la oficina del distrito recibe por ordenador los listados de asistencia y una lista con los ninos que han faltado el dia en cuestion. Confia en mi. Se lleva un registro de cada alumno.
El la miro, con sus oscuros ojos llenos de sorpresa.
– Todas son mujeres.
– La mayoria de los profesores lo son.