que el creia que no te habias enamorado de otro hombre porque seguias enamorada de Murat aunque no quisieras admitirlo ante nadie, ni siquiera ante ti misma, al principio pense, y se lo dije, que estaba loco, pero luego me lo pense y comprendi que tenia razon.
– Dios mio.
– Asi que dije que me iba a casar con Murat para que te preocuparas y esas cosas, que fue exactamente lo que sucedio. En el avion, me senti fatal. Me estaba comportando mal porque te estaba enganando, pero era necesario hacerlo.
– ?Lo sabia alguien mas?
– No, por supuesto que no. Mi madre se hubiera opuesto a la idea. Pero todo va bien, ?no? Quiere decir, te has casado con el y eres feliz, tia, ?verdad? Sabes que jamas haria nada que te hiciera dano.
– Ya lo se, carino, no te preocupes. Te aseguro que sigues siendo mi sobrina preferida -la tranquilizo Daphne.
Aquello hizo reir a Brittany.
– Te recuerdo que soy la unica sobrina que tienes.
– En cualquier caso, te quiero mucho y estoy bien.
– Yo tambien te quiero, tia. Llamame pronto.
– Claro que si. Adios.
Daphne colgo el telefono y miro a su marido.
– Es cierto. Brittany estaba implicada en todo esto con tu padre desde el principio. Por lo visto, accedio a hacernos creer que se queria casar contigo para que yo la acompanara hasta aqui.
– Y yo cai tambien en la trampa perdiendo la compostura y encerrandote en el haren, que era lo que mi padre queria -contesto Murat.
«Por no hablar de lo que hiciste luego», penso Daphne.
– Estoy enfadada, pero, sobre todo, me siento como una estupida. No me puedo creer que esos dos nos hayan enganado. ?Y ahora que hacemos?
– No deberia haberte gritado -contesto Murat-. Cuando te he encontrado en el jardin, creia que me habias abandonado.
A Daphne le parecio que el principe heredero Murat de Bahania estaba pidiendo perdon.
– Lo siento, no fue mi intencion darte esa impresion. Simplemente, queria modelar un rato.
– Claro que si, tienes todo el derecho del mundo a hacer lo que tu quieras.
Daphne sintio que se le encogia el corazon de emocion.
– ?Sabes? En realidad, no me queria ir del desierto, pero no se lo que me paso.
Murat se puso en pie y se sento a su lado, tomandole las manos entre las suyas.
– Daphne, te he echado de menos.
Daphne estaba encantada disfrutando de su mirada sincera y del hecho de que acabara de admitir que la habia echado de menos.
– Estaba tan mal que los ancianos jefes de las tribus vinieron a verme para ofrecerme su consejo.
– ?Y que te dijeron?
– Uno me sugirio que te pegara y le dije que se fuera.
– Gracias. No me hubiera gustado nada la experiencia.
– Soy muchas cosas, pero te aseguro que no soy un maltratador.
– Ya lo se -contesto Daphne sinceramente.
– Otro me dijo que deberia tener una amante.
Daphne sintio un terrible dolor en la boca del estomago.
– ?Y que te parecio esa sugerencia?
– Yo no quiero otra mujer, Daphne -contesto Murat acariciandole la mejilla.
Daphne sintio que el dolor desaparecia.
– Al final, el mayor de todo ellos me aconsejo que te tratara como a una flor y que atendiera tu jardin.
– ?Que quiere decir eso?
– Yo creia que tu me lo ibas a explicar.
– No tengo ni idea.
Murat se miro en los profundos ojos azules de Daphne y le acaricio los labios con las yemas de los dedos.
– Quedate conmigo.
Daphne no sabia si Murat le estaba pidiendo que se quedara aquella noche o que se quedara para siempre, pero su corazon le decia que se rindiera, que con el tiempo Murat aprenderia a tenerla en cuenta mientras que su cabeza le recordaba que quedarse por un inesperado cambio de comportamiento era una locura.
?Podria aceptar a Murat tal y como era? ?Podria vivir con el sabiendo que siempre haria con ella lo que quisiera y que jamas la consideraria una igual? Daphne era consciente de que podia volver a enamorarse de el, pero no sabia si Murat se enamoraria algun dia de ella.
– Quedate -insistio Murat besandola y consiguiendo que Daphne cediera ante sus caricias.
– Aunque se que me arriesgo a que volvamos a discutir y demos al traste con la tregua que iniciamos hace tres dias, te recuerdo que hace tres semanas casi desde la primera vez que hicimos el amor y que todavia no has tenido el periodo -comento Murat mientras cenaban.
– Ya lo se, voy con retraso -contesto Daphne.
A continuacion, lo observo detenidamente para ver si la expresion del rostro de Murat cambiaba, pero no fue asi.
– ?Crees que estas embarazada?
– No me siento diferente, pero tampoco se si deberia sentirme diferente. Si quieres, me puedo hacer una prueba de embarazo.
– ?Tu que quieres hacer?
– Yo preferiria esperar unos dias mas porque, a veces, el estres me altera el ciclo.
Y, desde luego, ultimamente habia tenido un monton de estres.
– Como quieras.
Daphne sonrio sorprendida.
– ?Te encuentras mal?
– No -contesto Murat-. ?Por que?
– Porque tu nunca cedes.
Murat suspiro.
– Estoy haciendo todo lo que puedo para mimar adecuadamente la flor de mi jardin. ?Te sientes suficientemente mimada?
– Si, mas que de sobra.
Era cierto que Murat habia cambiado y estaba pendiente de ella constantemente.
– Te estas burlando de mi -dijo Murat dejando la servilleta sobre la mesa y poniendose en pie-. Me parece que mi flor necesita una buena poda.
– Murat, no -contesto Daphne poniendose tambien en pie y retrocediendo.
– Pero si no sabes lo que te voy a hacer.
– Por favor, para. Piensa en tu florecilla delicada con la que tienes que ser bueno.
Murat se rio y corrio tras ella. Daphne intento escapar, pero el no tardo mucho en alcanzarla y tomarla entre sus brazos. Lo cierto era que Daphne estaba encantada de encontrarse de nuevo pegada a su cuerpo.
– ?Y la cena? -le pregunto cuando Murat la levanto por los aires, la llevo al dormitorio, la sento en la cama y le desabrocho la cremallera del vestido.
– Tengo hambre de otras cosas -contesto Murat.
Murat entro en la suite que compartia con Daphne y la encontro esperandolo para comer juntos como todos los dias.
De momento, Daphne no se habia hecho la prueba de embarazo y el tampoco habia vuelto a insistir porque queria que la decision fuera suya. En cualquier caso, si Daphne estaba embarazada, no tardarian mucho en saberlo.