Una vez sentados y mientras Daphne servia la ensalada, Murat le menciono que habia una revista americana interesada en entrevistarla.

– Si, se han puesto en contacto conmigo, pero les he dicho que no me interesa -contesto Daphne.

– ?Por que?

– Porque no sabria que decirles. Quieren hacer un reportaje romantico y van a entrevistar a varias parejas y quieren saber como se han conocido y como se han enamorado. No me ha parecido que contar la verdad fuera una buena idea. ?Como les iba a decir que me encerraste en el haren y que te casaste conmigo aprovechando que estaba inconsciente? No me apetecia tener que inventarme algo y tener que mentir, asi que he preferido rechazar la entrevista.

Dicho aquello, Daphne siguio hablando, contandole que Billie y Cleo le habian propuesto ir a la Ciudad de los Ladrones, pero Murat no la escuchaba. El impacto de lo que Daphne le habia dicho con total naturalidad hizo mella en su cerebro y lo dejo inmovil.

Murat entendio por primera vez lo que Daphne llevaba tanto tiempo intentando hacerle comprender. La habia mantenido prisionera como a una delincuente. Por supuesto, en una prision muy lujosa donde se la habia tratado como a una princesa, pero la habia encerrado de todas maneras. Ademas, sabiendo que no queria nada con el, se habia aprovechado de su situacion medica para casarse con ella.

Si le hubiera dado a elegir, Daphne no se habria casado con el. Se habria ido. No estaba con el porque quisiera.

La verdad se colo en su corazon como un cuchillo y Murat se dio cuenta de que, si aquella mujer hubiera ido con su caso ante el en el desierto, la habria dejado libre y habria mandado encarcelar al hombre que le hubiera hecho aquello.

En aquel momento, sono el telefono y, mientras Daphne iba a atenderlo, Murat se excuso y volvio a su despacho.

De camino hacia alli, se fijo en la nueva obra ceramica de Daphne. Se trataba de dos amantes abrazados. Aquello le dio esperanza, pero, al acercarse, vio que ninguna de las figuras tenia rostro.

?Querria decir eso que Daphne pensaba en otro hombre? Murat sabia que le daba placer en la cama, pero ?era eso suficiente? ?Era suficiente con tener el cuerpo de una mujer cuando no se podia llegar ni a su mente ni a su corazon?

Capitulo 15

Daphne estaba sentada sola en la suite mirando por la ventana mientras dos gatos dormian en el sofa, acompanandola y dandole consuelo, pero no habia consuelo para su dolor. No estaba embarazada. Se habia enterado hacia una hora. Por supuesto, ella ya lo sospechaba y, precisamente por eso, no habia querido hacerse la prueba, porque no queria verse en la tesitura de tener que escoger.

Un mes atras, habria estado encantada con la posibilidad de escapar, pero ahora todo era diferente. En lugar de alivio, sentia una espantosa tristeza, lo que le dejaba claro algo que hacia tiempo se venia negando a si misma.

No se queria ir.

Murat no era un hombre perfecto, pero ella lo amaba y queria estar con el a pesar de sus defectos, queria tener hijos con el, queria formar parte de su mundo y de su historia porque amaba aquel pais tanto como amaba al heredero al trono.

Desde que Murat habia vuelto del desierto, no habian hablado de su futuro. No era de extranar que Murat hubiera dado por hecho que su silencio queria decir que Daphne estaba de acuerdo con el matrimonio, pero ella no era asi. A Daphne le gustaba hablar a las claras, asi que decidio ir en busca de Murat para contarle lo que habia decidido, para decirle que queria sentir sus brazos alrededor de su cuerpo, que queria que la abrazara y que la besara y que la llevara a su cama para concebir a su primer hijo.

Cuando llego a su despacho, su ayudante le dijo que Murat se habia ido a dar un paseo. Daphne salio al jardin a buscarlo y lo encontro sentado en un banco con actitud abatida y triste.

– ?Murat?

Al oir su voz, Murat la miro y sonrio. Su rostro se alegro y la tristeza desaparecio y, en respuesta, el corazon de Daphne dio un vuelco de felicidad y se pregunto como habia dudado de lo mucho que amaba a aquel hombre.

– Te estaba buscando.

– Pues ya me has encontrado -contesto Murat haciendole un hueco en el banco.

– ?Que te pasa?

– He estado pensando en nuestro matrimonio -contesto Murat.

– Yo, tambien y te quiero decir una cosa – contesto Daphne con el pulso acelerado y sin saber como decirle que lo amaba, que queria quedarse con el y que queria que su matrimonio funcionara-. No estoy embarazada - anadio sin embargo.

Murat no reacciono.

– ?Estas segura?

– Completamente.

Murat no dijo nada.

– ?No deberias decirme que es una pena y que tenemos que ponernos manos a la obra cuanto antes para remediarlo? ?Que te pasa, Murat?

– Antes, te lo hubiera dicho, pero ahora se que esto es lo mejor que podria pasarnos.

– ?Como? -exclamo Daphne como si la hubiera abofeteado.

– Si, es mejor que no estes embarazada porque un hijo nos complicaria mucho las cosas.

– Pero si estamos casados.

– Segun la ley, si, pero en nuestros corazones, no es asi. Lo siento mucho, Daphne. He tomado las decisiones sin tenerte en cuenta y la unica manera que se me ocurre de arreglar todo este entuerto es devolverte tu libertad.

Daphne sintio que le faltaba el aire.

– No te entiendo -murmuro poniendose en pie.

Murat la imito.

– Me equivoque al mantenerte encerrada en contra de tu voluntad y casandome contigo cuando estabas inconsciente. No me tome tus protestas en serio, pero tenias toda la razon. Te pido perdon por lo que he hecho. Ya no hace falta que lleves ese anillo. Hablare con el rey para que nos conceda el divorcio. Eres libre y puedes irte cuando quieras.

Y, dicho aquello, se giro y se fue, dejando a Daphne sola en el jardin. Daphne volvio a sentarse en el banco y comenzo a llorar. Sentia unas inmensas ganas de ponerse a gritar de dolor.

Aquello no podia estar sucediendo.

– Te quiero -dijo en voz alta-. Quiero quedarme contigo.

Pero Murat no le habia ofrecido nada parecido. ?Acaso no lo habia hecho porque no creia que Daphne pudiera estar interesada o porque no la amaba lo suficiente?

Daphne paso un par de horas en el jardin, llorando sin parar. Cuando se le secaron los ojos, tomo la decision de ir a hablar con Murat, de decirle lo que sentia por el y, si entonces le decia que no estaba interesado en ella, se iria, pero no estaba dispuesta a irse sin luchar por lo que queria.

Asi que fue al despacho de Murat, pero no lo encontro alli. Su ayudante la informo de que el principe habia partido de viaje al extranjero y no volveria hasta dentro de varias semanas.

Daphne no se lo podia creer.

– No entiendo nada -se lamento-. No puede haberse ido.

– Lo siento mucho, Alteza, el viaje ya estaba preparado -la informo Fouad.

Daphne asintio y volvio a su suite, donde se encontro con el rey.

– Pequena, acabo de hablar con Murat.

– Se ha ido -balbuceo Daphne-. Va a estar fuera varias semanas. Me dijo que me fuera. ?A usted se le ha

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