propongas matrimonio.

– Oh, claro. Es facil para ti decirlo, pero ahora ya no tengo nada con que entretenerme durante el postre.

Mientras Julie se reia, se admitio a si misma que Todd no era en absoluto como se habia imaginado. Cualquiera con un numero detras de su nombre tenia que ser estirado, pero el no lo era. Le gustaba… mucho.

– Deberias haber conseguido algo por la cita -dijo el-. Cincuenta mil, al menos.

– ?Sabes? Ni siquiera habia pensado en eso. Pero, si la abuela Ruth vuelve a mencionarlo, le pedire un cheque.

– Yo tambien me alegro de que perdieras -dijo el, mirandola a los ojos.

– Gracias. Aunque no era dificil de predecir. Me encantan las tijeras y mis hermanas lo saben. Asi que alguien siempre saca la piedra.

– Una manera interesante de determinar tu destino.

– ?Destino? -pregunto ella, arqueando las cejas-. ?Estas diciendo que tu eres mi destino?

– Ninguno de los dos pensabamos que las cosas iban a ir tan bien -dijo el, encogiendose de hombros-. Tal vez el destino haya metido baza esta noche.

– No me hables del destino ni del universo, por favor. Mi hermana Willow siempre me dice que todos tenemos un destino al que no podemos escapar. Es muy dulce y la quiero mucho, pero a veces me dan ganas de estrangularla. Ademas, si vieras las cosas que come… repollo y tofu, y bebidas adelgazantes -Julie se estremecio.

– ?Vegetariana?

– Casi siempre. Aunque tiene una lista de comida que no esta considerada como carne. Como las hamburguesas en un picnic o los perritos calientes en un partido de los Dodger.

– Interesante.

– Es genial. Marina tambien. Es la pequena de la familia. Imaginate, podrias haber salido con cualquiera de ellas.

– Estoy contento con la hermana que tengo.

– Pero no me tienes-aunque penso que podria tenerla, recordando como se habia sentido en sus brazos.

– Dame tiempo.

Julie miro por el retrovisor por enesima vez en los ultimos siete minutos. La cena habia sido fabulosa. No recordaba nada de la comida, aunque estaba segura de que habia sido fantastica. Era la conversacion lo que recordaba. Las palabras sexys, las risas… la conexion.

No recordaba la ultima vez que un hombre le habia atraido tanto. Todd era increible. Divertido, listo, y entendia su sentido del humor, cosa que no siempre ocurria. Y la quimica entre ambos… Todd podia hacer que se derritiese con solo mirarla.

Todo eso estaba muy bien, ?pero estaba preparada para llevar las cosas hacia donde evidentemente se dirigian? Su oferta de seguirla a casa para asegurarse de que llegaba bien era una excusa muy pobre para lo que verdaderamente estaba ofreciendo: Todd desnudo en su cama.

La pregunta no era si lo deseaba; porque lo deseaba intensamente. No se trataba del deseo, sino de ser sensata. No habia tenido un hombre en su vida desde Garrett… Aunque no iba a pensar en ese bastardo mentiroso en ese momento. El tema era que hacia mucho tiempo que no tenia una cita. Estaba desentrenada. La noche habia ido bien, ?pero significaba eso que debia invitar a Todd a entrar para acostarse con el?

Aun no lo habia decidido cuando llegaron a su casa. Aparco frente al garaje y salio del coche. La noche estaba tranquila y no era demasiado fria pues, aun estando en otono, aquello seguia siendo Los Angeles, donde el tiempo real no servia.

Estaba nerviosa. Todas las celulas de su cuerpo le rogaban que aceptase la oferta de aquel hombre. Su piel ansiaba ser tocada, y a sus hormonas no les vendria mal un poco de accion. Pero su cerebro le advertia que tuviera cuidado. Todd era encantador, ?pero que sabia realmente de el? Ademas, el sexo en la primera cita no era algo bueno.

El aparco en la calle y salio, luego miro a su alrededor.

– No es lo que esperaba-dijo mientras se aproximaba a ella-. Pense que vivirias en un lugar nuevo y brillante.

El vecindario era antiguo, con muchas casas que habian sido convertidas en duplex. A Julie le gustaban la atmosfera tranquila y los detalles rusticos.

– Estoy cerca del trabajo e incluso tengo un pedazo de cesped-dijo ella-. No soy de vivir en apartamentos.

Todd le dirigio una sonrisa y le acaricio la mejilla con el pulgar.

– Menos mal que no hemos ido a mi casa -dijo.

– Dejame averiguar. Todo es cristal y acero.

– Eso tambien, pero principalmente porque esta mas lejos.

Y, sin mas, la beso.

Su boca era calida y firme, aunque gentil. Se movia lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, y a ella le gustaba. Le gustaba sentir sus manos en la cintura.

Julie se acerco un poco mas y le coloco los dedos en los hombros. Por suerte, su bolso tenia una correa larga, de modo que no tenia que perder tiempo en sujetarlo. Queria tener la libertad de explorar sus brazos y su espalda.

Deseaba que el beso continuara. A pesar de que Todd no lo intensificara, sintio cosquilieos en todas las partes de su cuerpo, incluyendo algunas que le sorprendieron. Sentia presion en el pecho, las piernas temblorosas y tuvo la sensacion de que jamas podria recuperar el aliento.

Todd se giro levemente, le beso la mejilla y bajo por la mandibula, Le mordisqueo el lobulo de la oreja, lo que hizo que diera un respingo y se estremeciera. Luego deslizo la lengua por su cuello.

Julie sintio como el vello se le erizaba y supo que no podria sobrevivir un segundo mas si no la besaba. Besarla de verdad.

Por suerte, Todd parecia ser bueno adivinando el pensamiento. La beso de nuevo en la boca, Julie separo los labios y el introdujo la lengua en su boca, como si su deseo se equiparase al de ella.

Julie recibio su lengua, saboreando la pasion entre ellos. Mientras exploraba su boca con la lengua, Todd bajo las manos hasta sus caderas y la acerco mas.

Julie penso dos cosas en ese momento. Que la presion de sus pechos contra su torso era una tortura maravillosa, y que Todd estaba tremendamente excitado.

Se los imagino a los dos desnudos, tocandose. Se moria de deseo, y ese deseo la volvia loca. Trato de controlar el deseo que sentia hacia un hombre al que apenas conocia, pero era como tratar de agrupar gatos; sin sentido y un poco absurdo.

Todd se aparto un poco y le tomo la cara entre las manos.

– Ahora es cuando se supone que yo digo que deberia irme -dijo el mientras la miraba a los ojos-. Es como me educaron y lo correcto.

– Las buenas maneras son importantes -murmuro ella.

– Estoy de acuerdo. Aunque hay una opcion alternativa.

– ?Las malas maneras?

Todd sonrio y la beso suavemente.

– Te deseo, Julie. Puedo darte una lista de buenas razones por las que esto es una mala idea, pero te deseo. Desesperadamente.

– Buenas maneras, un conversador inteligente y unos besos fantasticos -susurro ella-. ?Quien podria negarse a eso?

– Yo no.

– Yo tampoco.

Julie saco las llaves del bolso y condujo a Todd hacia la puerta principal. Una vez dentro, dejo las llaves y el bolso en la mesa que habia junto a la entrada.

Todd se quito lo que parecia ser una chaqueta muy cara y la dejo caer al suelo. Luego la acerco a su cuerpo y

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