Georgie se arreglo el humedo pelo con los dedos, enrollo la toalla por debajo de sus axilas y entro en la casa para hurgar en la nevera. Cuando estaba sacando un yogur de moras, Chaz entro en la cocina y dejo un monton de cartas en la isla central.
– Te agradeceria que te mantuvieras alejada de la nevera. Todo esta organizado como a mi me gusta.
– No tocare nada que no vaya a comerme.
Chaz era una lata insufrible, pero aun asi Georgie la compadecia. No creia que fuera la amante de Bram, pero se veia que estaba enamorada de el. Al recordar el dolor que producia esta enfermedad, decidio enfocar su relacion con Chaz de otra manera.
– Hablame de ti, Chaz. ?Creciste en esta ciudad?
– No.
La chica saco un cuenco de un armario.
Georgie volvio a intentarlo.
– Yo soy un desastre cocinando. ?Como aprendiste tu?
Chaz cerro el armario de un portazo.
– No tengo tiempo para charlas. He de preparar la comida para Bram.
– ?Que hay en el menu?
– Una ensalada especial que a el le gusta mucho.
– A mi ya me va bien.
Chaz cogio un trapo de cocina.
– No puedo cocinar para los dos. Ya tengo mucho que hacer. Si no quieres que me vaya, tendras que ocuparte de ti misma.
Georgie lamio la tapa del yogur.
– ?Quien ha dicho que no quiero que te vayas?
Chaz enrojecio de rabia. Georgie era comprensiva, pero la hostilidad de Chaz estaba empeorando una situacion ya de por si desagradable. Georgie saco una cucharilla de un cajon.
– Prepara comida para dos, Chaz. Es una orden.
– Yo solo acepto ordenes de Bram. El me dijo que nunca se meteria en como hago mi trabajo.
– Cuando te lo dijo no estaba casado, pero ahora si lo esta, y tu forma de actuar destructiva esta pasada de moda. Tienes dos opciones: o eres amable conmigo o contratare a mis propios empleados, y entonces tendras que compartir tu cocina. No se por que, pero tengo la impresion de que eso no te gustaria.
Georgie y su yogur salieron de la cocina.
Conforme los pasos de Georgie se iban desvaneciendo en el aire, Chaz se apreto el estomago con los punos intentando contener todo el odio que pugnaba por desbordarse. Georgie York lo tenia todo. Era rica y famosa. Tenia una ropa preciosa y una gran carrera. Y ahora tambien tenia a Bram, pero Chaz era la unica que tenia que cuidar de el.
Un colibri se acerco volando a los ventanales de la cocina que comunicaban con el porche trasero. Chaz arranco un trozo de papel de cocina y abrio la nevera. La leche no estaba donde ella la habia dejado y dos envases de yogur se habian volcado. Incluso los huevos estaban en el lado equivocado de la estanteria.
Lo puso todo en orden y limpio una mancha de la puerta de la nevera. No soportaba que nadie hurgara en su cocina. En su casa. Echo el papel a la basura. Georgie ni siquiera era tan guapa, al menos no como las mujeres con las que Bram solia salir. Ella no se lo merecia. No se merecia nada de lo que tenia. Todo el mundo sabia que solo era famosa porque su padre habia hecho de ella una estrella. Georgie habia crecido mientras todos le besaban los pies y le decian que era la mejor. Pero a Chaz nadie la habia halagado. Ni siquiera una vez.
Miro alrededor. La luz del sol que entraba por los seis estrechos ventanales hacia que los motivos azules de los azulejos centellearan. Aquel era su lugar favorito. Incluso mas que su apartamento situado encima del garaje, y Georgie queria entrometerse en su mundo.
Todavia le costaba creer que Bram no le hubiera contado que se iba a casar. Eso era lo que mas le dolia. Pero habia algo que no acababa de estar bien. El no trataba a Georgie de la forma que Chaz pensaba que trataria a la mujer que amara. Chaz decidio averiguar que pasaba exactamente.
Georgie se mantuvo fuera de la vista mientras Aaron supervisaba a los hombres de las mudanzas que descargaban sus cosas. A ultima hora de la tarde, Aaron ya habia montado el despacho de Georgie y ella habia sacado la ropa de las cajas que llenaban su dormitorio, aunque solo contenian su ropa de uso diario. Cuando Aaron se fue, las paredes se cernieron sobre ella. Aunque su Prius estaba aparcado en el camino de entrada, no podia ir sola a ningun lugar, al menos no el cuarto dia de su matrimonio, pues todos los fotografos de la ciudad estaban apostados enfrente de la casa. Decidio intentar leer.
Mucho mas tarde, Bram la encontro junto a las puertas del balcon de su dormitorio, animandose interiormente acerca de aspectos como la independencia y la propia identidad.
– Vayamos a la playa -propuso el-. Aqui me estoy volviendo loco.
– Pronto habra oscurecido.
– ?Y a quien le importa? -Se froto la rubia barba de varios dias con los nudillos-. Ya me he fumado dos paquetes de cigarrillos. Tengo que salir de aqui.
Ella tambien, aunque tuviera que hacerlo con el.
– ?Has estado bebiendo?
– ?Mierda, no! Pero me pondre a beber si sigo atrapado aqui mucho tiempo mas. ?Quieres venir o no?
– Dame veinte minutos.
En cuanto Bram salio de la habitacion, Georgie consulto el apartado «Superinformal» de la carpeta de anillas que Aaron mantenia al dia con fotografias de toda la ropa de Georgie junto con instrucciones de April sobre como combinarla. Quizas algun dia Georgie podria disfrutar del lujo de salir de casa sin tener que preocuparse acerca de su aspecto, pero de momento no podia permitirselo. Eligio sus vaqueros Rock & Republic, una camiseta de tirantes ajustada y un sencillo jersey Michael Kors sobre el que April habia anotado que «armonizara el conjunto».
Georgie era capaz de vestirse sola, pero April tenia mucho mejor gusto que ella. El publico no tenia ni idea de lo perdidas que estaban respecto a la moda la mayoria de las famosas y de lo mucho que dependian de sus estilistas. Georgie siempre le estaria agradecida a April por seguir aconsejandola.
Los
– Me siento como si estuvieramos encabezando un cortejo funebre -comento Georgie-. Solo por una vez me gustaria poder salir de casa sin arreglarme el pelo y sin maquillaje e ir a algun lugar sin que me fotografiaran.
Bram miro por el retrovisor.
– No hay nada mas patetico que un famoso quejandose de los infortunios de la fama.
– Yo llevo soportando esta situacion desde que Lance y yo empezamos a salir, mientras que tu solo has tenido que aguantarlo durante unos dias.
– A mi tambien me fotografian.
– Los videos de sexo no cuentan. Ya veremos lo contento que estaras dentro de un par de meses.
Bram se detuvo ante un
El trafico solo era moderadamente espantoso y el sequito los siguio hasta Malibu. Unos cuantos todoterrenos mas se incorporaron a la procesion funebre, aunque los
A quienes visitaban por primera vez Malibu siempre les sorprendia ver largos tramos de carretera bordeados de garajes privados que formaban una solida pared que restringia el acceso a la playa a todos, salvo a los pocos privilegiados que vivian en aquellas casas. Bram aparco delante de uno de los garajes de color pardo, un poco mas alla de la casa de Trevor. Segundos despues, atravesaban la antigua casa de la playa de Trev, la que el habia puesto a la venta.
La noche era un verdadero cliche romantico. La luz de la luna tenia de escarcha las crestas de las olas y el