en una oficina con paredes acristaladas, en la tercera planta del edificio Starlight Artists Management. Laura tenia cuarenta y nueve anos, estaba soltera y perpetuamente a dieta para perder los cinco kilos de sobra que, segun los estandares de Hollywood, la convertian en una autentica obesa. Tenia el pelo castano y suelto -de momento, sin el menor rastro de canas-, ojos color conac y una larga nariz equilibrada por una potente barbilla. No era ni guapa ni fea, lo que la convertia en invisible en Los Angeles. Los trajes y las chaquetas de disenadores conocidos, que eran el uniforme exigido a los agentes de artistas en Hollywood, nunca acababan de encajar con su baja estatura, y hasta cuando iba vestida de Armani alguien le pedia que fuera a buscar el cafe.
– Hola, Laura.
Al oir la voz de Paul York, Laura casi volco su Pepsi Diet. Despues de una semana de evitar sus llamadas, por fin la habia atrapado. Paul era un hombre muy atractivo, de pelo espeso y gris y facciones armoniosas, pero tenia la personalidad de un carcelero. Aquel dia, iba vestido con su uniforme habitual: pantalones grises, una camisa azul de vestir y unas Ray-Bans colgadas del bolsillo de la camisa. Su caminar tranquilo y relajado no la engano. Paul York estaba tan relajado como una cobra.
– Por lo visto, ultimamente tienes problemas para devolver las llamadas -declaro Paul.
– Esta semana ha sido una locura. -Laura tanteo con el pie por debajo del escritorio en busca de los zapatos de tacon de aguja que se habia quitado un rato antes-. Justo ahora iba a telefonearte.
– Cinco dias tarde.
– He tenido una gripe estomacal.
Mientras buscaba los zapatos, se obligo a recordar todo lo que admiraba en Paul. Podia ser el estereotipo de padre sobreprotector de nina famosa, pero habia educado bien a Georgie. A diferencia de tantos otros ninos famosos, Georgie nunca habia necesitado pasar una temporada en un centro de rehabilitacion, no habia cambiado de novio todas las semanas ni se habia «olvidado» de que no llevaba puestas unas bragas al salir de un coche. Paul tambien habia sido muy escrupuloso gestionando el dinero de su hija y solo se habia reservado unos modestos honorarios que le permitian vivir de forma confortable pero no ostentosa. Lo que no habia hecho era proteger a Georgie de su propia ambicion.
Paul se dirigio a la pared detras del sofa del despacho de Laura y se tomo su tiempo examinando las placas y fotografias que colgaban de ella: menciones civicas, titulos profesionales, tomas de ella con varias celebridades a ninguna de las cuales representaba… Georgie era su unico cliente de categoria y su fuente de ingresos mas importante.
– Quiero a Georgie en el proyecto Greenberg -declaro Paul.
Laura consiguio mantener una sonrisa serena.
– ?La historia de chica-vampiro sexy y tonta? Interesante idea.
«Una idea horrible.»
– El guion es fantastico -comento Paul-. Me sorprendio lo bueno que es.
– Realmente divertido -corroboro ella-. Todo el mundo habla de el.
– Georgie aportara una nueva dimension a la historia.
Una vez mas, Paul no tenia en cuenta los deseos de su hija.
Laura tamborileo con las unas encima del escritorio.
– El papel podria haber sido escrito para ella. Lastima que Greenberg este tan empenado en que lo interprete una actriz dramatica.
– El solo cree que sabe lo que quiere.
– Es probable que tengas razon. -Laura miro el techo-. Cree que contratar a una actriz seria y dramatica dara mas credibilidad al proyecto.
– Yo no he dicho que vaya a ser facil. Ganate tu quince por ciento y consigue que le conceda una entrevista. Dile que a Georgie le encanta el guion y quiere hacerlo por encima de todo.
– Desde luego. Lo llamare enseguida.
?Como demonios convenceria a Greenberg para que se reuniera con Georgie? Laura tenia mas confianza en la habilidad de Paul para convencer a su hija para que interpretara un papel que no queria, que en la suya propia para convencer al director para que la contratara.
– Otra cosa… -Solo habia encontrado un zapato, asi que no podia ponerse de pie, lo que le otorgaba a Paul la ventaja de estar por encima de ella-. Empiezan a rodar el mes que viene y Georgie ha pedido seis meses de baja.
– Yo me encargare de Georgie.
– Practicamente esta de luna de miel y…
– He dicho que me encargare de ella. Cuando hables con Greenberg, recuerdale la vis comica de Georgie y lo mucho que la audiencia femenina se identifica con ella. Ya conoces el rollo. Y recuerdale tambien que en estos momentos es el centro de atencion de la prensa. Eso vende entradas.
No necesariamente. La presencia de Georgie en la prensa del corazon nunca se habia traducido en exito de audiencia. Laura empujo a un lado el bloc que tenia encima del escritorio.
– Si, bueno… Ya sabes que hare lo que pueda, pero no debemos olvidar que esto es Hollywood.
– Nada de excusas. No lo intentes, hazlo, Laura. Y que sea deprisa.
Paul se despidio con gesto malhumorado y salio del despacho.
Le dolia la cabeza. Seis anos atras, cuando Paul la habia elegido entre todos los agentes de Starlight para representar a Georgie, Laura se habia sentido entusiasmada. Lo interpreto como su gran oportunidad, como un tardio reconocimiento por una decada de duro trabajo durante la cual una docena de jovenes que frecuentaban el Ivy y que tenian la mitad de experiencia que ella la habian adelantado. Entonces no se dio cuenta de que habia cerrado un trato con el demonio, un demonio llamado Paul York.
Y ahora sus suenos de convertirse en una agente influyente parecian cosa de risa. Ella no tenia ni el engreimiento ni la apariencia de los otros agentes. La unica razon por la que Paul la habia contratado era porque queria una portavoz que pudiera controlar, y los agentes reputados de Starlight no se prestarian a seguirle el juego. El sustento de Laura, que ahora incluia un apartamento de lujo, dependia de su habilidad para convertir en realidad los deseos de Paul.
Ella solia enorgullecerse de su integridad, pero ahora apenas recordaba el significado de esa palabra.
Durante los cuatro dias siguientes, Bram se reunio con otro inversor potencial, pero no estuvo mas dispuesto a apostar por el que los anteriores. Georgie asistio a dos clases mas de baile, fue a que le cortaran el pelo un par de centimetros y se preocupo acerca de su futuro. Cuando eso le resulto demasiado deprimente, intento persuadir a Meg para que fuera de compras con ella, pero su amiga conocia bien el funcionamiento de Hollywood.
– Si quisiera que mi cara apareciera en todas las paginas de
Asi que se fue a montar a caballo y Georgie tuvo que soportar una dificil comida con su padre en el restaurante de moda mas reciente, donde se sentaron en un compartimiento con asientos de piel y debajo de una lampara de arana fabricada con metal laminado.
–
Le tendio la cesta del pan a Georgie, pero ella no tenia mucho apetito. Durante las ultimas dos semanas, Chaz le habia preparado montones de hamburguesas con queso y raciones de lasana. La verdad era que las aristas de sus huesos habian empezado a perder su caracter afilado y sus mejillas habian dejado de parecer cavidades funestas, aunque estaba casi segura de que esa no era la intencion de Chaz.
– Estoy segura de que sera un gran exito, pero… -Removio el