Paul se levanto del banco. Por primera vez en su vida, a Georgie le parecio mas mayor de lo que en realidad era.

– ?A veces te pareces tanto a ella! Tu risa. Tu amabilidad. Pero tu eres mas practica que ella, y no tan inocente.

– Como tu.

– En ultima instancia, tu eres tu misma. Por eso te quiero. Por eso te he querido siempre.

– Yo nunca he sentido que… que me quisieras mucho.

– Lo se, pero no sabia… no se me ocurria como transmitirtelo, asi que intente compensarte siendo muy escrupuloso con tu carrera. Tenia que asegurarme de que estaba haciendo todo lo que podia por ti, pero siempre supe que no era suficiente. Ni de cerca.

Un sentimiento de compasion hacia su padre crecio en Georgie, y tambien otro de tristeza por todo lo que ella se habia perdido. Y tambien tuvo la certeza de que su madre, la mujer que el le habia descrito, no habria soportado verlo de esa manera.

El cogio sus gafas y se apreto el puente de la nariz.

– Y cuando te vi despues de que Lance te abandonara, cuando vi lo que sufrias sin que yo pudiera hacer nada para consolarte… Desee matarlo. Y despues te casaste con Bram. No puedo olvidar el pasado, pero se que lo quieres y lo estoy intentando.

Una protesta broto en los labios de Georgie, pero la contuvo.

– Papa, se que te hago dano al decirte que quiero dirigir mi propia carrera, pero yo solo… quiero que seas mi padre.

– Eso ya me lo has dejado claro. -Volvio a sentarse en el banco, justo delante de Georgie; mas preocupado que ofendido-. Pero tengo un problema. Conozco bien esta ciudad. Quiza se trate de una cuestion de ego o sobreproteccion, pero no creo que nadie mas que yo sea capaz de poner tus intereses por encima de todo lo demas.

Georgie penso que eso era algo que el siempre habia hecho, aunque ella no siempre hubiera estado de acuerdo con los resultados.

– Tendras que confiar en mi -contesto con dulzura-. Te pedire tu opinion, pero las decisiones finales, correctas o equivocadas, las tomare yo.

Paul asintio con lentitud y vacilacion.

– Supongo que ha llegado la hora. -Se inclino y cogio lo que antes era la camara de Georgie-. Siento lo de la camara. Te comprare otra.

– No importa. Tengo una de recambio.

El silencio se instalo entre ellos. Un silencio incomodo, pero los dos lo soportaron.

– Georgie… No estoy seguro de como ha sucedido, pero por lo visto… -jugueteo con la carcasa vacia de la camara- existe una posibilidad remota, muy remota, de que vuelva a… concentrarme en mi carrera.

Y le conto la visita de Laura, su insistencia en tomarlo como cliente y lo de las clases de interpretacion a las que habia empezado a asistir. Parecia un poco avergonzado y, al mismo tiempo, perplejo.

– Me habia olvidado de cuanto me gustaba actuar. Me siento como si por fin estuviera haciendo lo que deberia haber hecho durante todo este tiempo. Como si hubiera llegado… a casa.

– No se que decir. Es maravilloso. Estoy impresionada. Emocionada. -Georgie le acaricio la mano-. No te lo habia dicho, pero la noche que leimos La casa del arbol estuviste brillante. Supongo que tu no eres el unico que ha estado reprimiendo sus sentimientos. ?Cuando tienes la audicion? Cuentame mas cosas.

Paul se las conto: le resumio el guion, le describio el personaje y le hablo de la clase de interpretacion a la que habia asistido. Al verlo tan animado, Georgie tuvo la impresion de que estaba contemplando a un hombre que empezaba a liberarse de una prision emocional.

La conversacion giro hacia Laura.

– Si me odiara, no la culparia. -El sentimiento de culpabilidad de Georgie resurgio-. Quiza no deberia haberlo hecho, pero quiero empezar desde cero y no se me ocurrio otra forma de hacerlo.

– Te resultara dificil creerlo, pero Laura parece sentirse bien con tu decision. No me pidas que lo entienda. Has abierto una enorme brecha en sus ingresos, pero en lugar de deprimirse, ella esta… no se… entusiasmada, vigorizada… no se como llamarlo. Laura es una mujer fuera de lo comun. Mucho mas valerosa de lo que yo creia. Es una persona… interesante.

Georgie lo miro con atencion y Paul se levanto del banco. Otro incomodo silencio surgio entre ellos. El apoyo la mano en una columna.

– ?Que haremos ahora, Georgie? Me gustaria ser el padre que deseas, pero creo que es un poco tarde para eso. No tengo ni idea de que hacer.

– Pues a mi no me mires. Yo estoy emocionalmente traumatizada por todas las broncas que me has echado.

Un sabelotodo nunca dejaba de serlo, pero a ella lo unico que se le ocurria era pedirle que la abrazara, que simplemente la rodeara con los brazos.

Se cruzo de brazos y dijo:

– A menos que quieras empezar con algun tipo de abrazo patetico.

Para su sorpresa, su padre cerro los ojos angustiado.

– No creo que me acuerde de como se hace.

Su vulnerabilidad emociono a Georgie.

– Quiza podrias intentarlo.

– ?Oh, Georgie…! -Paul extendio los brazos, estrecho a su hija contra su pecho y la abrazo tan fuerte que le hizo dano en las costillas-. ?Te quiero tanto!

Apoyo la mandibula en la cabeza de Georgie y la balanceo como si fuera una nina. Fue un gesto torpe, incomodo… y maravilloso.

Ella hundio la cara en el cuello de su padre. Aquello no seria facil, ni para el ni para ella. Georgie tendria que tomar las riendas de la relacion, pero ahora que sabia cuales eran los sentimientos de el, no le importaba hacerlo.

Capitulo 22

La mansion Eldridge, construida en piedra gris, habia sido utilizada como escenario para una docena de peliculas y programas de television, pero nunca nadie habia visto las dos entradas de la fachada cubiertas con sendos doseles. La mas grande y ornamentada, con un dosel de un blanco inmaculado, indicaba «LOS SCOFIELD» y conducia a la puerta principal. Un dosel verde y de menor tamano situado a un lado de la anterior indicaba «SOLO CRIADOS».

Conforme salian de sus limusinas, Bentleys y Porsches, los invitados se echaban a reir. Siguiendo el espiritu del evento, los que iban vestidos con traje de fiesta, esmoquin, ropa de tenis o el clasico de Chanel, levantaron la barbilla y se dirigieron a la entrada principal. Pero Jack Patriot no era tonto. Vistiendo sus vaqueros mas comodos, una camisa a cuadros y con unos guantes de jardinero y unas bolsas con semillas colgando de su cinturon, la legendaria estrella del rock entro alegremente por la puerta de servicio acompanado por su esposa. El sencillo vestido negro de ama de llaves de April habria resultado simple si ella no lo hubiera modificado para la ocasion con un corpino ajustado y un escote pronunciado. Un par de llaves antiguas que colgaban de una cinta negra de seda se acomodaban en su escote y habia recogido su rubio pelo en un mono flojo y muy sexy.

Rory Keene, disfrazada con un sencillo traje de doncella, se dirigio, como Jack y April, a la entrada de servicio con su cita para aquella noche, un inversor de riesgo bien plantado que iba disfrazado de mayordomo. Era el acompanante habitual de Rory para las ocasiones especiales, un amigo, pero sin derecho a roce.

Los padres de Meg utilizaron la entrada principal. El actor y dramaturgo Jake Koranda lucia un traje blanco que acentuaba su tez morena, y su esposa, la famosa Fleur Savagar Koranda, vestia un vaporoso vestido de chiffon con un estampado floreado. Meg, que iba vestida de Zoey, la hippy y mejor amiga de Scooter, decidio utilizar la entrada de servicio con su cita para la fiesta, un musico sin trabajo que era el

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