– Me alegra saberlo.

– Y no quiero que te sientas presionada.

– Gracias. No lo estoy.

– La unica razon por la que he sacado el tema es para tranquilizarte. Quiero que sepas que si decides… aventurarte, prometo que me comportare como un perfecto caballero.

– ?Acaso podrias comportarte de otro modo?

– Sabes a que me refiero.

La lluvia les dejo atrapados en la villa durante toda la manana y parte de la tarde. Harry dio vueltas de una habitacion a otra con su telefono movil apretado contra la oreja, evitando entrar en las habitaciones donde estaba Tracy. Esta jugo con las munecas Barbie hasta que le dieron ganas de arrancarle la cabeza a aquella zorrita anorexica. Intento entretener a Jeremy con juegos de cartas que el no queria jugar. Los ninos se pelearon, a Connor le tiraron de la oreja y a Tracy los tobillos empezaron a fallarle, lo que significaba que necesitaba tomar sal, ?y que era la vida sin sal? El mero hecho de pensarlo le hizo sentir ganas de comerse una bolsa de patatas fritas.

Finalmente, se llevo a Connor abajo para hacer la siesta, dejo de llover, y los otros ninos pudieron salir a jugar. Le habria dado gracias a Dios por ello, pero ver a Harry haciendo otra llamada con su movil la sumio en el desaliento. Habia pensado en lo que Isabel le habia dicho -la pregunta que, en teoria, tenia que formular-: ?que tres cosas podia hacer ella para hacerle feliz? Pero ?que pasaba con las cosas que podia hacer el para hacerla feliz a ella? En ese momento, odio a Isabel Favor casi tanto como a Harry.

El cometio el error de pasar a su lado justo cuando ella tropezaba con el maletin del ordenador portatil que Connor habia estado arrastrando de un lado a otro. Ella lo recogio y se lo lanzo. El no grito, pero nunca lo hacia. Ella era la gritona de la familia. El se limito a acabar la llamada y a mirarla con ceno, del mismo modo en que miraba a los ninos cuando se comportaban mal.

– Estoy seguro de que has tenido una razon para hacerlo.

– Lo unico que lamento es que no fuese una silla. Ha estado lloviendo toda la manana y no me has ayudado con los ninos.

– Tenia que hacer varias llamadas urgentes de larga distancia. Te lo dije. He cancelado todas mis reuniones y he buscado nuevas fechas para dos presentaciones, tenia que hacerme cargo.

Ella sabia que se encontraba en un momento critico del proyecto, y ya se habia quedado mucho mas tiempo del que habria imaginado. Tambien habia pasado muchas mas horas que ella con los ninos desde que habia llegado, pero se sentia demasiado herida para ser justa. Solo le preocupaba ser hiriente.

– Ojala pudiese permitirme el lujo de llamar por telefono cada vez que quisiese.

?Cuando se habia convertido en semejante arpia?

Cuando su marido dejo de quererla.

– Calmate, ?de acuerdo? ?Podrias, por una vez en tu vida, fingir ser razonable?

Cuando se distancio de ella… Siempre se distanciaba. Fingiendo que ella no tenia sentimientos para, de ese modo, no tener que lidiar con ellos.

– ?Que pasa, Harry? ?Por que tenemos que fingir nada? Estoy embarazada otra vez, no puedes estar conmigo, ni siquiera te gusto. Dios, me das pena.

– Deja ya el melodrama. Me gustara tener otro hijo. Sacas las cosas de quicio porque estas aburrida y quieres entretenerte.

Lo unico que sabia era menospreciarla. No podia tolerar un minuto mas su fria indiferencia, el saber lo poco que significaba para el su amor.

– Tus excesos interpretativos se deben al embarazo -dijo Harry-. Tus hormonas te han convertido en alguien completamente irracional.

– No estaba embarazada hace un ano. ?Me comporte de modo irracional cuando fuimos a Newport y te pasaste todo el tiempo pegado al telefono?

– Eso fue una emergencia.

– ?Siempre hay emergencias!

– ?Que quieres que haga? Dime, Tracy, ?que puedo hacer para que seas feliz?

– ?Demuestramelo!

La expresion de Harry era de fria neutralidad.

– Intenta controlarte, ?de acuerdo?

– ?Para convertirme en un robot como tu? No, gracias.

El meneo la cabeza.

– Esto es una perdida de tiempo. Quedarme aqui ha sido una perdida de tiempo.

– ?Pues vete! De todas formas, es lo que quieres hacer. Vete para que no tengas que tratar con la gorda histerica de tu mujer.

– Tal vez lo haga.

– ?Vamos, largate!

– ?Muy bien! En cuanto me despida de los ninos, me marcho. -Dejo a un lado el maletin del ordenador y echo a andar.

Tracy se dejo caer en una silla y rompio a llorar. Finalmente, lo habia logrado. Habia acabado sacandole de sus casillas.

Dime, Tracy, ?que puedo hacer para que seas feliz?

Por unos segundos se pregunto si Isabel tambien habria hablado con el. Pero no, su pregunta habia sido como un latigazo. Aun asi, le habria gustado poder decirle la verdad.

Amame, Harry. Solo amame como me amabas antes.

Harry encontro a su hijo mayor y a la mas pequena frente a la villa. Al bajar a Brittany de una de las estatuas que Jeremy le habia animado a escalar, se dio cuenta de que estaba sudando. No podia permitir que sus hijos fuesen testigos de su ansiedad, por lo que se forzo a sonreir.

– ?Donde esta Steffie?

– Ni idea -respondio Jeremy.

– Sentaos, chicos. Tengo que deciros una cosa.

– Te vas otra vez, ?verdad? -Los brillantes ojos de Jeremy, del mismo color azul que los de su madre, le miraron de forma acusadora-. Vuelves a Zurich, y mama y tu os vais a divorciar.

– No vamos a divorciarnos. -Pero ese era el siguiente paso logico, y a Harry le dolia tanto el pecho que apenas podia respirar-. Tengo que volver al trabajo, eso es todo.

Jeremy le miro como si su padre hubiese apagado el sol.

– No es nada importante. En serio.

Harry los tomo en brazos a los dos y les llevo hasta un banco, donde les explico todo, a excepcion de lo que no les habia dicho cuando los tenia cerca, tanto alli como en Zurich. Que no podia hacer planes ni pensar. Que no dormia bien desde hacia meses. Que las dos noches anteriores, con los ninos arremolinados a su alrededor, habia podido dormir un poco, pero sin llegar a ser el reposo profundo y reparador que experimentaba cuando Tracy le ponia el brazo sobre el pecho, trayendole en suenos la suave y exotica esencia de su oscuro y vibrante cabello.

– Volvere antes de que os deis cuenta.

– ?Cuando? -Jeremy se habia parecido siempre mas a Tracy que a Harry. Su hijo mayor no era de trato sencillo, pero bajo la superficie era una personita emocional y muy sensible. ?Que le suponia eso a el?

– Os llamare cada dia -dijo Harry, ofreciendole la mejor respuesta posible.

Brittany se metio el pulgar en la boca y se saco los zapatos.

– No quiero que te vayas.

Gracias a Dios, Connor seguia dormido. Harry no habria podido resistir la sensacion de aquellos confiados

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