– Se lo que significa, yo no soy… Olvidalo.

Agarro el picaporte de la puerta y, al abrir, se encontro mirando a los ojos humeantes de la mujer inteligente que se suponia seria su jefa durante los sabados de los tres meses siguientes.

«Incluso te gustaban las mujeres».

Y seguia siendo asi. Solo que no estaba acostumbrado a que lo miraran como si fuera basura, y menos una mujer salvajemente atractiva a la que le salia humo por las orejas.

Sin duda, llevaba mucho tiempo sin mantener relaciones sexuales.

– Todavia no estas preparado -dijo ella, enojada.

El nego con la cabeza. Decidio que deberia estar prohibido enfrentarse a una mujer furiosa sin haberse tomado una taza de cafe. La pregunta era, ?estaria preparado alguna vez para pasar un dia lleno de aromaterapia y yoga?

– Necesito mas de sesenta segundos.

– No tenemos mas de sesenta segundos -murmuro, sin dejar de mirarle el torso desnudo.

El habia salido medio desnudo de la cama para abrir la puerta pero, por como lo miraba, tuvo que bajar la vista y comprobar que los pantalones le cubrian sus partes mas intimas. Si estaban cubiertas, pero si ella seguia mirandolo como si fuera un vaso de agua y ella estuviera sedienta, sus partes mas intimas iban a hacerse notar a pesar de su enfado.

– Toma -Carmen aparecio detras de el con una taza de cafe humeante. El sintio ganas de abrazarla, pero fue entonces cuando ella le dijo a Faith McDowell a modo de disculpa-. Dejale que se tome el cafe. En dos minutos, volvera a ser persona. Lo prometo.

Oh -Faith sonrio con dulzura. A Carmen, no a Luke-. Si, lo comprendo. Gracias -dijo con amabilidad. Su voz, cuando no se dirigia a el, era lo mas suave dulce y musical que Luke habia oido nunca.

Le recordaba al… sexo. Era increible lo que la falta ele sueno podia hacer con un hombre.

Carmen y la pelirroja lo miraban con expectacion, como si esperaran que el cafe hiciera el milagro que no iba a suceder.

– Voy arriba -elijo el-. A ducharme y a vestirme.

– ?Eso va a llevarte mas de cinco minutos? -su nueva jefa miro el reloj con impaciencia.

– Diez -dijo el-. ?Te parece bien?

– Solo recuerda que los pacientes cuentan contigo -dijo con frialdad.

Al llegar una rafaga de aire, se echo la melena hacia atras. El jersey que llevaba era fino y poco efectivo contra el frio. Al moverse, uno de los lados del jersey se desplazo hacia abajo y dejo su hombro al descubierto.

Luke sintio una extrana reaccion fisica al verlo.

«Falta de sueno», se recordo. Algo peligroso.

Faith se coloco el sueter y se cruzo de brazos.

– Yo te ayudare.

– ?Como es eso posible?

– Tu practicaras y, con un poco de suerte, mejoraras tu trato con la gente.

Una cosa era estar tan cansado como para admirar a una mujer que lo consideraba un idiota insensible, y otra muy diferente permitir que ella creyera que el la necesitaba de alguna manera. El no necesitaba a nadie y, desde luego, no necesitaba ayuda en el trato con la gente.

– Puede que no te des cuenta de eso, pero una de las cosas basicas en el trato con la gente es el encanto. Yo puedo ayudarte en eso.

Carmen solto una carcajada, pero cuando el le echo una mirada fulminante, se metio en la cocina.

– Tienes que estimular a la gente de tu alrededor -dijo Faith-. ?Puedes hacerlo?

El penso en la inexplicable manera en que habia reaccionado su cuerpo al verla.

– La estimulacion no es un problema -dijo con seriedad.

– Bien, porque es muy importante. La clinica es muy importante, y tenemos mucho que hacer. Hoy solo tenemos partos, alergias y sinusitis, fracturas y… -Luke no podia dejar de mirarla. ?Como podia estar tan atractiva con esos pantalones?-. ?Doctor Walker? -lo llamo con las manos en las caderas-. ?Me estas escuchando?

– Estimulacion -dijo el.

Ella dio un paso atras con precaucion. «Si, pelirroja, te advierto que salgas corriendo».

– Bueno, te dejare que vayas a prepararte -se mordio el labio y lo miro de arriba abajo una vez mas. Y esa vez, el cuerpo de Luke reacciono del todo.

Ella salio de la casa y bajo los escalones del porche.

– Estare… estare esperandote.

Luke recibio la amenaza como si fuera una promesa.

– De acuerdo -dijo el, y se pregunto por que tenia ganas de que lo esperara.

Faith rodeo el edificio de Healing Waters Clinic y aparco. Entonces, miro por el retrovisor.

Si, el doctor Luke la habia seguido en su elegante coche. Ella habia oido hablar mucho de el, pero nadie le habia mencionado como eran sus ojos azules, su expresion feroz, ni su cuerpo musculoso que la hacia pensar en muchas cosas que nada tenian que ver con la medicina.

Agarro el bolso con fuerza y respiro hondo, pero no le sirvio de nada.

Maldita la hora en la que habia decidido abandonar el vicio del chocolate. Cuando estaba a punto de sacar la caja de chocolatinas de la guantera, oyo que Luke cerraba la puerta de su coche y salio a recibirlo con una sonrisa fria y distante que esperaba ocultara lo que sentia. Tanto su desesperada necesidad de comer chocolate como la atraccion que sentia por el hombre que tenia delante. Porque lo que estaba claro era que bajo esa piel bronceada y ese destacable talento, latia el corazon frio de un hombre que habia despreciado su clinica.

El exito era muy importante para ella. Al fin y al cabo, todos los miembros de su familia lo habian alcanzado. Era una especie de requisito para los McDowell. Pero sobre todo lo deseaba para ayudar a aquella gente a la que ella estaba convencida de poder ayudar y a la que la medicina convencional no podia.

Y deseaba que Luke admitiera que, quiza, el no fuera el unico que podia marcar la diferencia en la vida de los demas. Ella tambien podia hacerlo. Y se lo demostraria mostrandole lo importante que podia ser la clinica.

Luke se acerco a ella sin sonreir, pero tampoco de manera distante. Todavia estaba enfadado, pero Faith tenia que admitir que estar enfadado le quedaba bien.

Por suerte, ella no tenia tiempo para los hombres.

Juntos, se dirigieron hasta el edificio. Como todos los edificios de South Village, aquel databa del ano 1900, pero estaba bien conservado. Estaba rodeado de arbustos, flores y hierbas que Faith cultivaba para utilizar en la clinica. El cartel que colgaba sobre la puerta decia: Healing Waters.

La clinica era el resultado de largas noches de trabajo como enfermera. En los dias en los que la medicina convencional era lo unico que existia. La manera correcta. Los dias en los que sus ideas de curar en profundidad, no solo el cuerpo, sino tambien el corazon y el alma, habian sido malinterpretadas y atacadas por el personal del area de urgencias en el que trabajaba en San Diego.

Faith se habia preparado para trabajar de esa manera y habia estudiado diferentes aspectos de la naturopatia. Podia hacer diagnosticos, poner vacunas, asistir partos naturales e incluso preparar algunas recetas.

Si, todavia trabajaba largas horas, pero esos dias de duro trabajo la dejaban satisfecha porque estaba realizando su sueno, curando a la gente de cosas en las que la medicina convencional habia fallado.

Pero lo unico que Luke sabia era que ella le fastidiaba los fines de semana.

– ?Preparado? -pregunto ella, y cuando el asintio, lo guio al interior.

La sala del personal estaba organizada. Contenia archivos, las pertenencias personales de los empleados e incluso un pequeno semillero que ella cuidaba. A medida que avanzaban por el interior de la clinica, Faith le presentaba a todos los trabajadores con los que se encontraban, mientras ella intentaba ver la clinica con los ojos de el.

La fuente que habia en la zona de la recepcion estaba encendida, el sonido del agua cayendo sobre unas rocas, la musica suave y la iluminacion tenue tranquilizaban a los pacientes que estaban esperando en confortables sillas ergonomicas.

Sin duda, un mundo completamente diferente al del area de urgencias.

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