que si se movia un poco mas…

– Las tienes bien puestas.

Ella se quedo boquiabierta al oir sus palabras y bajo la vista hacia sus pechos.

– Las estanterias -dijo el, despacio y con el ceno fruncido-. Estan bien puestas. Organizadas.

Tonta, penso ella. Tenia que mantener la compostura. Al fin y al cabo, estaba en su terreno, era su clinica y el deseo, o lo que fuera que le pasaba desde que habia visto a Luke, no tenia cabida.

– Hum… Gracias.

Luke habia hecho un cumplido a la clinica. De acuerdo… quiza aquello pudiera funcionar, quiza pudieran encontrar la manera…

– Para ser un clinica tan modernilla.

No. No habria manera…

Capitulo 3

Faith decidio que debia de haber luna llena, puesto que ademas de las consultas de masaje, aromaterapia y digitopuntura habituales, habian tenido varias mujeres de parto y algunas urgencias.

Luna llena o… curiosidad por el doctor Luke Walker. Decidio que no importaba. Le gustaba saber que la gente acudia a Healing Waters en busca de ayuda. Termino almorzando mientras trabajaba, algo que odiaba pero que no podia evitar. Y por la tarde, sintio ese conocido mareo que le indicaba que le quedaba poca resistencia y todavia tenia un terrible dolor de cabeza.

Si no queria enfermar, debia tomar un descanso y tumbarse en el sofa de su despacho. Lo haria, en cuanto terminara con la chica de diecisiete anos que la esperaba en la sala siete y que queria tomar la pildora anticonceptiva sin el permiso de su madre.

– Psst.

Shelby y Guy estaban camuflados detras de una palmera y la llamaban con la mano. Riendose, Faith miro al lado derecho y despues al izquierdo, y se reunio con ellos para intercambiar los informes de los pacientes y algun que otro cotilleo.

– Decidme que alguno de vosotros tiene chocolate -dijo con esperanza.

– ?Es que solo piensas en comer? -pregunto Guy, y se toco los bolsillos-. Lo siento, no tengo nacia.

Con un suspiro, Faith saco una barrita de granola del bolsillo, la partio en tres trozos y se metio uno en la boca. Cuando se percato de que la estaban mirando, dejo de masticar y pregunto:

– ?Que?

Guy miro a Shelby.

– Va a negarlo, asi que no te molestes en decirle nada.

– ?Decirme que?

– Decirte que las chispas que saltan entre el doctor Walker y tu amenazan con quemar el local -dijo Shelby.

?Chispas? -Faith se rio-. Por supuesto que saltan chispas. Nos llevamos muy mal. Siento que os hayais dado cuenta de ello. Se que no es bueno para trabajar en un ambiente tranquilo.

Guy y Shelby se miraron y sonrieron.

– ?Y ahora que? -pregunto Faith.

– Hablamos de chispas sexuales, Faith -le dijo Guy.

– Recuerdas la palabra sexual, ?verdad? -Shelby arqueo las cejas-. Aunque no hayas tenido relaciones sexuales desde los noventa.

– No seas ridicula -Faith forzo una carcajada. Por desgracia, Shelby tenia razon-. Claro que lo recuerdo… Pero no hay nada entre nosotros, ni sexual ni de otro tipo.

– ?De veras? Porque podria haber calentado el burrito que me comi al mediodia con el calor que se formaba entre vosotros -Guy se miro las unas. Se habia pintado la de los dedos meniques de color morado, a juego con el mechon de pelo-. Probablemente lo habria quemado.

– ?Te has comido un burrito? -pregunto Faith al sentir que le rugia el estomago.

– Concentrate, carino -Shelby se atuso el cabello-. El doctor es un especimen asombroso. Sabemos que te has dado cuenta. Toda esa virilidad combinada con la actitud de «aceptame tal como soy». ?Guau! – Shelby se dio aire con la mano-. Y su manera de comportarse con los pacientes… Consiguio que me temblaran las piernas.

– A mi tambien -dijo Guy, abanicandose.

– Entonces, ?vas a hacertelo con el?

Faith estuvo a punto de atragantarse con el ultimo pedazo de granola.

– No todo el mundo esta dispuesto a hacerselo con un hombre demasiado atractivo y seguro de si mismo.

– Habla por ti misma -murmuro Guy.

Shelby miro el reloj.

– Mira, el sexo se supone que es divertido. Comprendo que quiza lo hayas olvidado, pero…

No, Faith recordaba como era eso del sexo. Mas o menos.

– Lo recuerdo, pero en estos momentos tengo que ir a hablar con una chica de diecisiete anos que quiere tomar la pildora.

– Pues no le cuentes lo divertido que es -dijo Shelby-. Los jovenes no deberian saberlo.

Faith se alejo por el pasillo practicando su discurso sobre abstinencia en la cabeza, pero le parecia demasiado anticuado, a pesar de que le parecia el adecuado para una joven de diecisiete anos. Pero tenia que ser mas realista y tener algun consejo mas aparte del de mirar pero no tocar.

Resulto que, en la sala siete, ademas de Elizabeth Stone, la chica de diecisiete anos, tambien estaba su novio. Ambos estaban agarrados de la mano y conversaban con el doctor Luke Walker que estaba sentado frente a ellos. Elizabeth y el chico sonreian, y Luke tambien. El estaba apoyado en el respaldo de la silla, con las piernas cruzadas, hablando con facilidad sobre la ventaja de los preservativos a la hora de mantener relaciones sexuales.

Los tres la miraron al verla entrar, y Luke le entrego el informe de Liz.

– Gracias por atendernos -le dijo Elizabeth al doctor Walker. Sonrio a Faith y se marcho con su novio.

Faith miro a Luke.

– ?Que estas haciendo?

– Tu recepcionista me pidio que atendiera a algunos de tus pacientes. Vais retrasadas.

«Vais retrasadas», Nada de «vamos retrasados». Por supuesto que no, el no formaba parte del equipo, simplemente cumplia con lo que consideraba un castigo por parte del hospital.

– ?Que ha dicho Elizabeth?

– Se negaba a hablar de abstinencia, asi que hemos hablado de las enfermedades de transmision sexual hasta aburrir. Despues estuvimos hablando de los preservativos.

Faith le habria dado la misma charla sobre las enfermedades de transmision sexual, asi que no sabia por que sentia ganas de discutir con el. ?Habria preferido que la decepcionara?

El bostezo y miro el reloj.

– ?Un dia largo?

Ambos estaban de pie, tan cerca que ella podia ver que los ojos de Luke no tenian el color azul casi transparente de siempre, sino que tenian algunas manchitas oscuras en ellos. Eso, combinado con la sombra de la barba incipiente y la cara de sueno, lo hacian parecer tremendamente… sexy. Maldito sea.

Y seguia oliendo a jabon mezclado con aroma varonil. Algo curioso cuando ella sabia que solo olia a jabon desinfectante.

– He tenido un par de noches muy largas admitio el, y algo en su voz la hizo sospechar que estaba en un momento de vulnerabilidad que no solia mostrar a los mortales como ella.

En esos momentos, Shelby asomo la cabeza por la esquina.

– Aqui estas. Amy Sinclair, en la sala tres con otra migrana. Estamos haciendole el tratamiento con aromaterapia y digitopuntura, pero ha preguntado por ti, Faith.

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