– ?Que te parece?

– Bueno, no hay nadie gritando en la sala de espera -dijo Luke-. Supongo que es una buena senal. Hum. Imagino que puedo pasar por alto las cortinas de cuentas que hay detras de la recepcionista. ?A quien tienes trabajando?

«Es un hombre acostumbrado a hacerse cargo de todo -recordo ella. No podia culparlo por ello. Tenia un talento increible, y ese era el motivo por el que habia aceptado que trabajara alli».

– Hoy tenemos a dos naturopatas, Shelby Dodd y yo, y tambien un fisioterapeuta.

Pero anadir a Luke al equipo, un doctor con prestigio e increible reputacion, haria que aumentara la clientela.

Y los ingresos. Odiaba tener que pensar siempre en eso, pero estaba al borde de los numeros rojos y no le quedaba mas remedio.

– Antes de que comencemos -dijo el en voz baja-. Quiero que sepas que nunca dije que la clinica no mereciera la pena.

Ella lo miro y sintio que se perdia en la inmensidad de sus ojos azules.

– En el periodico ponia…

– Exageraron -al ver que arqueaba una ceja, el continuo-. El hospital echo a veinticinco personas de mantenimiento. Eran empleados que estaban obligados a trabajar cuatro horas semanales, menos de las horas necesarias para conseguir todas las prestaciones. El hospital insistio en ello para asi ahorrarse dinero, y despues los echaron, alegando problemas de presupuesto. Al dia siguiente, destinaron una buena suma para tu clinica.

– Y tu te quejaste por ello.

– Si -apreto la mandibula-. Me queje por ello.

– Yo tambien me habria quejado -dijo ella.

El la miro sorprendido, pero antes de que pudiera decir nada, Shelby aparecio llamando a Faith.

– Acabo de llamarte por el busca. Tenemos a una mujer de parto en la sala cuatro. Ha dilatado por completo, esta asustada, no empuja y no nos permite que la volvamos a explorar.

Faith dejo el bolso y comenzo a caminar deprisa, con Shelby a su lado.

– ?Es el primer bebe?

– Si. Y ella es una gritona.

– Llama a Guy…

– Ya esta alli. Si hay alguien capaz de tranquilizar a una mujer embarazada…

– Es Guy -Guy Anders, el masajista, tenia una voz que podia sedar a cualquiera y unas manos benditas. El era la pieza clave en situaciones como aquella. Pero, cuando doblaron la esquina y oyeron los gritos, Faith se estremecio, sintiendo lastima por la mujer que estaba de parto.

– Doctor Walker…

– Yo la asistire -dijo el desde detras y, de hecho, entro el primero en la sala. Shelby arqueo una ceja y Faith suspiro.

– Esta acostumbrado a estar al mando.

Shelby solto una carcajada.

– Bueno, puesto que tu tambien, esto va a ser interesante.

Cuando entraron en la habitacion, los gritos se habian detenido. La paciente, una mujer de veintitantos anos, estaba tumbada en la cama mirando al doctor Luke Walker mientras el se lavaba las manos sin dejar de hablarle. Despues, el se agacho junto a ella y le murmuro unas palabras que Faith no pudo escuchar.

Al otro lado de la cama estaba Guy. Era alto y atractivo, a pesar de que llevaba un mechon morado en el cabello y tenia varios piercings y tatuajes. Miro a Faith con cara de diversion al ver que le habian usurpado el puesto, pero no dijo nada.

Luke levanto la cabeza para dirigirse a Faith.

– Margaret esta lista para empujar. Voy a explorarla primero. ?Tienes un par de pantalones de uniforme extra?

?No!- Margaret se sento derecha y agarro a Luke del cuello de la camisa-. ?Nada de cambiarse! ?Quiero empujar ahora!

Con sus punos aferrados a la camisa, Luke asintio con calma.

– Podemos hacerlo -dijo en tono autoritario pero amable. Acepto los guantes que le daba Faith y se los puso-. La atendere en ropa de calle -les dijo a los presentes.

Faith acababa de cambiarse y se acerco al pie de la cama. Como enfermera habia asistido muchos partos, basicamente porque los medicos no solian llegar a tiempo. Desde que habia abierto la clinica, habia asistido cientos de partos mas. Era la parte favorita de su trabajo.

Luke se acerco a ella y murmuro:

– Es evidente que tiene baja tolerancia ante el dolor, vamos a ponerle la epidural.

– Su informe dice que ha pedido que no se le suministren medicamentos.

– ?No crees en la epidural?

– Ella pidio parir de forma natural -repitio Faith.

– Ah, la forma barbara -dijo el-. ?Has tenido alguna vez un hijo de forma natural, Faith McDowell?

– No, y estoy casi segura de que tu tampoco. Hay muchos otros metodos de aliviar el dolor; hierbas, visualizaciones, digitopuntura…

– Deja que la paciente decida en contra de los metodos para aliviar dolor convencionales -dijo el en un susurro-. Deja que lo decida ahora, en el momento, y no antes de saber a lo que se va a enfrentar. No dejes que tus creencias lideren la decision. Es injusto.

– Perfecto -dijo ella-. Esta claro que tienes la situacion bajo control. Atendere a otros pacientes.

Sin responder, el se centro de nuevo en Margaret y se dirigio a ella con una voz dulce que no habia empleado con Faith.

Ella debia estarle agradecida, porque la voz que no empleaba con ella hacia que se le formara un nudo en el estomago y que le temblaran las piernas.

Ojala tuviera un poco de chocolate.

Margaret dio a luz a una nina preciosa de ocho libras, sin epidural.

Faith consiguio tener un fuerte dolor de cabeza, de esos que tenia a diario cuando trabajaba en el hospital.

– Necesito un uniforme -le dijo Luke un par de horas mas tarde cuando encontro un hueco entre pacientes.

– Bien dijo ella. Se dirigio al armario de la ropa y encendio la luz. Podia sentir el aroma de Luke detras de ella y, a pesar de llevar varias horas trabajando a ritmo frenetico, olia delicioso-. ?Como lo consigues?

– ?El que?

– Seguir oliendo bien.

– Mi madre siempre me decia que oliera bien.

Ella solto una carcajada.

– ?De veras?

– No -el estaba sonriendo. Era mejor que no lo hiciera porque, igual que su voz, su sonrisa provocaba que ella se derritiera por dentro-. Mi madre no me decia nada -dijo el-. Tenia una ninera para que me lo dijera.

– Ah. ?Eras un pobre nino rico, doctor Walker?

– Luke. Y no, no era rico. A mi madre no le gustaban los desastres, y mi hermano y yo haciamos bastantes desastres.

No. No. Faith no queria oir aquello, que el era humano, que tenia una madre que no lo habia criado, que tenia un hermano con el que compartia muchas cosas, que quiza… quiza hubiera tenido una infancia tan solitaria como la de ella.

Encontro un par de pantalones y, cuando los saco de la estanteria, contuvo una carcajada. Eran de flores rosas. Sonriendo, se volvio para entregarselos y se encontro con que el estaba mucho mas cerca de lo que esperaba. La ultima vez que habia estado tan cerca de el habia sido por la manana e iba semidesnudo. En aquel momento iba bien peinado, pero sin afeitar, probablemente porque ella no le habia dado tiempo. Estaba tan cerca

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