permanecer tan ortodoxa y conservadora como en los ultimos siglos.

El duque de Norfolk observo al obispo de Winchester mientras este se alejaba. ?El muy beato!, penso. Le importa un bledo lo que le ocurra a Nyssa Wyndham con tal de que su poder y su influencia sobre el rey queden intactos. Se niega a tomar parte en el plan pero no hara ascos a los beneficios que obtendra. Se volvio y empezo a buscar a su hombre. Cuando le hubo encontrado, llamo a su paje personal y le dijo:

– Busca al conde de March y dile que deseo verle. Abandono el campo de tiro y regreso al palacio lentamente.

– Cuando llegue el conde de March, hazle pasar -dijo mientras tomaba la copa de vino que un criado le ofrecio cuando entro en sus aposentos-. No quiero que nadie nos moleste mientras hablamos.

El duque entro en la habitacion destinada a sus reuniones mas secretas y se sento junto a la chimenea. A pesar de que corria el mes de abril, todavia hacia mucho frio. Thomas Howard era un hombre muy friolero y mantenia la chimenea encendida hasta bien entrada la primavera. Mientras contemplaba las llamas suspiro pesadamente y se llevo la copa a los labios. Ya habia cumplido sesenta y siete anos y empezaba a cansarse de ser el cabeza de su familia pero no confiaba en su hijo Enrique, quien preferia la poesia a la politica.

Me hago viejo, se dijo negando con la cabeza mientras apuraba su copa. He engendrado a cuatro hijos y dos de ellos han muerto. Habia sido padre por primera vez a los quince anos y el nacimiento de Maria Eliza-beth, su hija ilegitima, habia causado un gran revuelo. La madre de la pequena habia sido su prima Bess, una huerfana que habia muerto tras dar a luz a la nina. Bess solo tenia catorce anos pero era una de sus mejores amigas y su muerte le habia hecho cambiar: nunca mas habia vuelto a enamorarse. La nina habia crecido con la familia y el duque le habia encontrado un buen marido. Maria Elizabeth se habia casado a los veinte anos, la misma edad a la que habia muerto Tom, el primer hijo legitimo que le habia dado Ana de York.

No le habia sido facil encontrar a un hombre dispuesto a casarse con Maria Elizabeth Howard pero, gracias a que los Howard eran una familia rica y poderosa y a que la nina habia sido reconocida, habia conseguido casarla con Enrique de Winter, conde de March, un hombre ambicioso que sabia que el matrimonio con un Howard, aunque se tratara de un miembro ilegitimo de la familia, ofrecia numerosas ventajas.

La familia del conde nunca habia sido muy rica y Enrique de Winter habia acabado enamorandose de su esposa, por lo que se habia sentido muy desconsolado cuando la joven habia muerto al dar a luz a su primer hijo. No habia vuelto a casarse y no sabia que hacer con el bebe que Maria Elizabeth le habia dejado. Afortunadamente, su suegro habia tomado cartas en el asunto.

Ana de York, la primera esposa de Thomas Howard, habia muerto en 1513 y el conde se habia casado con lady Elizabeth Stafford tres anos despues. Su hijo Enrique habia nacido al ano siguiente. Su hija habia nacido en 1520 y su esposa se habia empenado en poner le el nombre de Maria. Maria Elizabeth llevaba diez anos muerta y el duque no se habia atrevido a protestar pero nunca olvido el gesto cruel de su esposa, quien sabia de la existencia de su hija ilegitima y el nieto que vivia en su casa.

Tras llamar a la puerta, Varian de Winter, conde de March, entro en la habitacion.

– Buenos dias, abuelo -saludo-. Teneis cara de estar tramando algo grande. ?De que se trata?

– Sirvete una copa de vino y sientate conmigo, Varian -contesto el anciano-. Necesito tu ayuda para resolver un pequeno problema.

Varian de Winter enarco una ceja sorprendido y se apresuro a obedecer. Su abuelo poseia una magnifica bodega y le habia ensenado a apreciar las cualidades de un buen vino. Se sirvio una copa y observo al anciano con disimulo. Aspiro el aroma que desprendia el vino, sonrio satisfecho y bebio un sorbo mientras se acomodaba en un sillon frente al ocupado por Thomas Howard.

– Os escucho, senor.

Ha heredado mi rostro alargado y mis ojos, pero por lo demas es un De Winter de los pies a la cabeza, penso el duque mirando fijamente a su nieto. Es una lastima porque razona como un autentico Howard.

– Las tierras que di a tu madre como dote… -empezo.

– ?Os referis a las tierras que olvidasteis entregar a mi padre? -le interrumpio Varian sonriendo divertido-. Si, deben ser esas. Continuad, por favor.

– ?Te gustaria tenerlas, Varian?

– ?Que precio tendria que pagar por ellas, senor?

– ?Que te hace pensar que quiero pedirte algo a cambio?-replico el duque, dolido.

– ?Habeis olvidado la primera leccion que nie ensenasteis, abuelo? -contesto el conde-. Siempre habeis dicho que todo aquello que se puede conseguir a cambio de nada no tiene ningun valor, que todo tiene un precio.

– Has sido un alumno muy aplicado -rio Thomas Howard-; mucho mas que tu tio Enrique. Tienes razon, tendras que pagar un precio por esas tierras, pero antes de revelarte mi plan deseo saber si estas comprometido con alguna mujer.

– No -contesto Varian de Winter, extranado-. ?A que viene esa pregunta?

– Tengo una mujer para ti pero te advierto que mi plan es algo peligroso. Por esta razon estoy dispuesto a recompensarte generosamente. Esa muchacha es una heredera y posee tierras al otro lado del rio.

– ?Que quereis que haga?

– Deseo que tu prima Catherine se convierta en la proxima reina de Inglaterra -contesto el duque. Sorprendido, su nieto enarco las cejas, pero guardo silencio y dejo que su abuelo terminara de exponer su plan-. Me consta que Enrique Tudor la mira con buenos ojos y cuando su matrimonio sea anulado quiero que la tome como esposa. Solo hay una cosa que se interpone en su camino.

– Lady Nyssa Wyndham -adivino Varian de Winter-. Yo tambien he oido las habladurias que corren por palacio. El rey esta confuso como un joven de dieciseis anos y no acaba de decidirse. Si no me equivoco, Nyssa Wyndham tiene tantas posibilidades de convertirse en la proxima reina de Inglaterra como nuestra Catherine. ?Como la llama el rey? Su rosa salvaje, o algo parecido. Os advierto una cosa, abuelo: esa rosa tiene espinas. Es la mujer mas decente que he conocido y solo vive para servir a la reina.

– En cambio, a tu prima Cat la llama «mi rosa sin espinas» -repuso el duque-. Debemos asegurarnos de que su majestad escoge a la mas docil de entre las rosas de su jardin y esa es nuestra Catherine. Nyssa Wyndham debe caer en desgracia y ahi es donde entras tu. Tengo un plan.

– Apuesto a que es asi -rio Varian de Winter.

– Si el rey descubriera a lady Nyssa en brazos de su amante, se sentiria tan defraudado que abandonaria inmediatamente la idea de casarse con ella y entonces Catherine tendria el campo libre. ?No te parece un plan infalible?

– Casi infalible -contesto el conde-. ?No se os ha ocurrido pensar que el rey se pondra tan furioso que ordenara decapitar al amante de la joven?

– No debes preocuparte, muchacho -le tranquilizo su abuelo-; te garantizo que conservaras la cabeza sobre los hombros. Oficialmente, Enrique Tudor todavia es un hombre casado y, aunque puede tener todas las amantes que desee, la elegida no debe ser una joven de buena familia; una cosa asi no estaria bien vista. Toda la corte sabe que esta cortejando a esas dos muchachas pero hacemos la vista gorda y guardamos un silencio prudente. Si te atrevieras a acusarle de prestar demasiadas atenciones a esas jovenes delante de su esposa, entonces si podrias perder la cabeza. Enrique Tudor es un mojigato que se cree un monarca justo y piadoso. Antes seduciria a una mujer casada que a una doncella. Catherine Howard y Nyssa Wyndham son su ideal de pureza e inocencia. Cualquiera de las dos seria una esposa perfecta y nosotros vamos a ayudarle a decidirse. Cuando el rey descubra que Nyssa Wyndham no es la muchacha decente y virtuosa que el creia, solo tendra ojos para nuestra Catherine -anadio frotandose las manos-. En cuanto a lady Nyssa, su familia la envio a la corte para encontrarle un buen marido. Cuando el rey os descubra en la cama ordenara que te cases con ella como castigo por haberla deshonrado. Yo mismo me encargare de meterle esa idea en la cabeza e intercedere por ti. El rey se prendara de nuestra Catherine y tu tendras una preciosa heredera como esposa. Su familia tampoco podra protestar: tu habras cumplido con tu deber casandote con ella y su preciosa hijita se habra convertido en la condesa de March.

– ?Y si te digo que no pienso hacerlo? -pregunto Varian de Winter-. Tu plan no es tan brillante como pretendes hacerme creer. El rey reacciona de manera imprevisible cuando esta furioso y sabes que podria enviarnos a la muchacha y a mi a la Torre.

– Si te niegas encontrare a otro que lo haga por ti -contesto su abuelo-. ?Hablas en serio, Varian? Hasta ahora, siempre has hecho todo cuanto te he pedido. Sabes cuanto confio en ti.

– Asi es, abuelo. Siempre he hecho todo cuanto me habeis pedido. Vuestro hijo Enrique sedujo a la hija de

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