pero despues consiguio apartar la cara. El seguia abrazandola, inmovilizandola, y ella no podia pegarle.

– ?Sueltame! -exigio ella entre dientes. Los ojos le echaban chispas.

– ?Nunca! Tu y yo ya hemos jugado a esto, Rosamund Bolton. Te amo, aunque no se por que, pues eres la mujer mas dificil que he visto en mi vida. Quiero que seas mi esposa. He atormentado a mi familia negandome a casarme porque no quiero a nadie mas que a ti. Ahora ha llegado el momento de que nos casemos y me des un heredero, porque se que eres capaz, y yo tambien, como atestiguan mis muchos hijos bastardos. No te he robado ninguna oveja. Lo unico que quiero de Friarsgate es a su duena.

– Bien -dijo ella, jadeando-. Maldito seas, Logan Hepburn, no puedo respirar si me aprietas tanto. Si no me estas robando las ovejas, entonces, ?quien lo hace? Supongo que hay muchos escoceses para elegir.

El aflojo el abrazo.

– Te ayudare a encontrar a los culpables, Rosamund -le dijo, con calma-, y despues tu fijaras el dia para la boda, mi hermosa muchacha de cabellos rojizos.

– Yo puedo encontrar a los culpables sola. Ya les puse una trampa. Y no me casare contigo. No pienso volver a casarme. ?Como te atreves, Logan Hepburn! No soy una oveja, para que un carnero escoces me fecunde. Si quieres herederos, puedes hacerselo a alguna de las muchachas sencillas a las que les pareces tan maravilloso. ?A mi no!

– Te quedaras a pasar la noche -replico el, tranquilo.

– ?Jamas! -grito ella, apartandose de el y tirandole un golpe que el apenas pudo esquivar. El puno de Rosamund le resbalo en el hombro, y le quedo doliendo.

– ?Por que me conformaria con una muchachita insulsa cuando puedo tenerte a ti? Me gustan las mujeres con espiritu. Las mujeres asi paren hijos e hijas impetuosos.

– No tendras Friarsgate.

– No la quiero. Es de las hijas que tuviste con Owein Meredith. Nuestros hijos tendran Claven's Carn, no Friarsgate.

– Ahora regresare a mi casa -concluyo ella y le dio la espalda.

– Muy bien. Mis hombres y yo iremos con ustedes, porque no pueden viajar por la frontera tan cerca de la luna llena sin una escolta apropiada. Nos quedaremos con ustedes y los ayudaremos a atrapar a los ladrones.

– ?No!

– ?Si! Mata, por lo que mas quieras, hazla entrar en razones.

– Senora… -comenzo a decir el joven sacerdote, pero Rosamund salio de la casa sin mas palabras.

– Beba un poco de whisky -le dijo Hepburn a lord Cambridge-. ?De verdad es el primo?

– Si, lo soy… ?Pero no la va a detener? -Thomas Bolton estaba algo nervioso.

– No puede ir a ninguna parte hasta que no le traigan el caballo, y no se lo daran hasta que yo no de la orden. Mata, encuentra a mis hermanos y diles que reunan a los hombres y se alisten para partir de inmediato. -Sirvio dos copas de whisky y le dio una a lord Cambridge-. ?Como diablos es su nombre?

– Thomas Bolton, lord Cambridge, a su servicio, senor.

– ?Y esta enamorado de ella? -pregunto Logan Hepburn.

Lord Cambridge rio.

– No, aunque la quiero. Me recuerda a una hermana que perdi. ?De verdad piensa casarse con ella? ?Tiene claro que no es una mujer facil? -Bebio el whisky y se atraganto por lo fuerte que era.

– Si -dijo Logan Hepburn-. Yo hago el whisky en mi propio alambique. ?Le gusta?

– Oh, es estupendo -dijo lord Cambridge, preguntandose si la bebida le habia levantado toda la piel de la garganta o solo la primera capa.

El joven sacerdote regreso.

– Los hombres estan listos, Logan, y Rosamund esta caminando porque no le dieron su yegua.

Salieron al patio, montaron los caballos y encontraron a Rosamund a casi un kilometro camino abajo, adusta y decidida. Los parientes del Hepburn la rodearon y Logan dijo, muerto de risa:

– Subase a su caballo, senora. Llegaremos a Friarsgate mucho mas rapido si lo hace. -Se bajo de su montura y la subio a la suya. Cuando llegaron a la casa acababa de caer el sol y el crepusculo todavia iluminaba el cielo. Edmund salio a recibirlos.

– Dice que no es nuestro ladron, aunque yo no estoy tan segura de creerle -dijo Rosamund mientras se apeaba.

– Vinimos a ayudar -aseguro Logan Hepburn.

– Gracias, senor -respondio Edmund Bolton.

– ?Supongo que no le creeras! -exclamo Rosamund-. Tu espera. Ya vas a ver que vendra la luna llena y nadie nos robara los rebanos.

– Yo le creo -dijo Edmund-. Se sabe que es un hombre honorable, sobrina.

– Que alojen a sus hombres en los establos. Pueden venir a la casa a comer -acepto ella, y entro.

– Dice que se va a casar con ella -comento lord Cambridge mientras desmontaba de su caballo castrado-. Y ya hacen guerra de palabras, como si fueran marido y mujer.

– Claro que voy a casarme con ella -dijo Logan Hepburn, implacable.

En los dos dias siguientes, los hombres de Logan Hepburn permanecieron en los establos y la casa, durmiendo, comiendo y jugando a los dados. Finalmente, una noche aparecio la luna llena y arrojo una luz muy nitida sobre los campos. En los prados donde ahora pacian, los rebanos eran facilmente visibles. El lago que bordeaba los prados relucia como plata con la luna en el medio del cielo. Rosamund y Logan Hepburn estaban escudrinando la noche por el vidrio de la habitacion privada de ella en el segundo piso de la casa.

– ?Alla! -murmuro el de pronto-. Mira la ladera de la izquierda. ?Ves esas sombras que bajan? Creo que nuestros amigos han llegado. Vamos, muchachita, vamos a ver quienes son.

Ella no discutio, sino que lo siguio. Los caballos los esperaban junto con los parientes del escoces.

– Tom -le dijo Rosamund a su primo-, si me sucede algo, te dejo a mis hijas para que las cuides. Prometemelo.

Maybel sollozaba.

– Deja eso, mujer -le dijo su sobrina-. No va a suceder nada, pero el es mas joven que tu, y puede hacer que el rey lo favorezca a el y no al tio Henry. Padre Mata, bendiganos, y confirme mis deseos si es necesario.

– Si, milady -dijo el joven clerigo, y bendijo al grupo.

Salieron despacio, con cuidado, para que los ladrones no se dieran cuenta de que los habian descubierto. A medio camino, una fogata se encendio en uno de los prados. Eso significaba que los ladrones estaban dentro del circulo de las ovejas. Logan Hepburn levanto la mano y todos espolearon sus caballos y echaron a galopar. Dentro del circulo, los pastores de Friarsgate y sus companeros ya estaban en una lucha mano a mano contra los ladrones. Los perros ladraban y atacaban cuando se les ordenaba. Antes de que los huespedes indeseables pudieran escapar, los parientes del Hepburn reforzaron el circulo, y la batalla termino pronto: el enemigo fue desarmado y obligado a arrodillarse ante la senora de Friarsgate.

Rosamund desmonto y se acerco a los ladrones arrodillados. De pronto, vio una cara que reconocio. Estiro el brazo y agarro una cabeza de espesos cabellos y la hizo levantar.

– ?Mavis Bolton! -exclamo, muy sorprendida.

– Me estas lastimando -exclamo Mavis.

– ?Suelta a mi madre! -dijo una voz joven junto a Mavis.

– Caramba, primo Henry, como has crecido -le dijo Rosamund al muchachito arrodillado junto a Mavis.

El la miro, con los ojos llenos de odio.

Rosamund rio.

– ?Sabe tu padre lo que estas haciendo, joven Henry? ?O mi tio tambien esta entre ustedes?

– ?Ese?-dijo Mavis, despectiva-. Que ocurrencia.

– ?Por que me has estado robando las ovejas, desgraciada?

– Porque estaban ahi. Porque todo lo que dice ese viejo inutil que se hace llamar mi esposo es que Friarsgate tendria que ser suya, no tuya. Bien, como no es lo bastante hombre para quitartela, yo decidi que la tomaria de a poquito. Otterly es un lugar pobre, y no se hara mas rico bajo la pesada administracion de Henry Bolton. ?Estoy cansada de ser pobre! Mis muchachos y mis hijas se merecen algo mejor. ?Por que tu tienes que tenerlo todo? -

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