– Vengandose -susurro y luego pregunto en voz muy alta-: ?Millicent, acaso no es sir Walter quien pasea a la vera del rio con Philippa Meredith?
– No puede ser -respondio la muchacha irritada-. ?Que asunto podria estar conversando con ella?
Todas las mujeres que la rodeaban soltaron una carcajada. Hasta la reina Catalina sonrio.
– Si, sin duda es Philippa -insistio Cecily-. Y mira que juntos caminan y como el se inclina hacia ella. ?Creo que la beso! No, espera. No la beso. Solo esta hablando con ella, sus labios estan tan cerca que me confundi.
Millicent miro con furia hacia el rio.
– Ese hombre no es sir Walter -aseguro Millicent, aunque sabia, como todo el mundo, que se trataba de su prometido. ?La muy zorra la estaba humillando delante de toda la corte! ?Como era posible? Le contaria todo de inmediato a su padre. El no permitiria que su hija se casara con un hombre tan indecente. Sin embargo, recapacito enseguida, y empezo a recordar las propiedades de sir Walter en Kent, su hermosa casa y el oro que su padre estaba comprando para agregar a la dote. Ademas, sabia perfectamente lo que le diria el senor Langholme: los hombres debian hacer su vida y las mujeres inteligentes debian mirar para otro lado. Pero ?como podia mirar para otro lado cuando sir Walter estaba flirteando tan escandalosamente frente a todo el mundo? Lo unico que deseaba era abofetear a aquella muchacha atrevida. Sus ojos volvieron a dirigirse hacia el rio y fruncio el ceno.
Philippa reia junto a sir Walter.
– Usted es un picaflor infatigable. Me pregunto si su prometida lo sabe.
– Todo hombre tiene derecho a admirar la belleza, senorita Philippa.
– Usted desea besarme, ?no es asi? -replico la joven provocativamente.
– Asi es, seria un honor darle el primer beso.
– Mmmh, lo pensare. He guardado ese beso durante anos para el hombre con quien me iba a casar. Pero el decidio abandonarme y dedicar su vida a Dios. ?No deberia seguir reservandolo para mi futuro marido?
– Su virtud es admirable, senorita Philippa. Pero no creo que una bella dama deba privarse de un inocente beso. Un poco de experiencia en ese arte no puede considerarse indigno ni arruinar su reputacion. ?Acaso cree que todas las doncellas de la reina son tan inocentes como usted? Por lo que se, no es asi. -Y le dedico una sonrisa lasciva.
– Usted habla muy bien, sin embargo, me pregunto si es correcto besar a un hombre que esta a punto de comprometerse. Diran que soy una mujer descarada por hacer algo semejante. Sir Walter, debo pensar seriamente a quien dare mi primer beso. -Le sonrio con dulzura y picardia-. Ahora deseo volver con mis companeras. No quiero que nuestro paseo de lugar a rumores. -Asi fue como Philippa se escapo. Alzo su falda y atraveso el parque, dejando a sir Walter Lumley solo e insatisfecho.
La primera en acercarse fue Cecily. La tomo del brazo y caminaron juntas entre los invitados.
– Millicent esta furiosa. Me las arregle para mostrarle que estabas paseando con sir Walter.
– Ahora, debo decidir si lo besare o no. Como sabes, nunca he besado a nadie, me mantuve casta durante anos para el traidor de tu hermano.
– ?No, Philippa! No le regales tu primer beso a sir Walter. Ademas, escuche que no besa bien. Daselo a Roger Mildmay, ?el si que sabe besar! -replico Cecily.
– ?Fue el primer hombre que besaste?
Cecily asintio con una pequena sonrisa.
– Ademas, es encantador. Llegue a pensar que podria ser un buen partido para ti, Philippa. Sus propiedades estan cerca de las de Tony, en Oxfordshire. Pero luego supe que planeaba casarse con la hija de un vecino. Aun asi, insisto en que es un buen candidato para tu primer beso. ?Quieres que le pregunte?
– ?Cecily! -grito Philippa ruborizada.
– Es mejor que lo beses ya mismo para sacarte de encima a sir Walter. Ya molestaste bastante a Millicent hoy. Ella no merece que le dediques mas tiempo. -Tomo la mano de su amiga y le sugirio-: Ven conmigo. Alli estan sir Roger Mildmay y Tony. Le preguntare si quiere besarte.
Philippa se echo a reir.
– Tengo quince anos, nunca nadie me ha besado y mi mejor amiga tiene que pedirle a un hombre que me rinda los honores. Es una verguenza, quedare como una tonta.
– No, no con Roger. Es muy gentil y comprensivo. El apreciara que hayas guardado ese beso para Giles. ?Vamos!
Arrastro a Philippa a traves del parque hasta el sitio donde su prometido conversaba animadamente con Roger Mildmay. En puntas de pie, Cecily le susurro algo a sir Roger. Luego, solto la mano de Philippa y tomo la de Tony para llevarselo a otra parte.
Sir Roger Mildmay le sonrio con ternura.
– Esto es ridiculo -se quejo Philippa-. ?Que le dijo Cecily?
– Que si yo no le daba su primer beso, Walter Lumley lo haria. De seguro usted no desea eso, ?o si senorita Philippa?
Sir Roger era un hombre joven de contextura mediana, calidos ojos marrones y cabello color arena.
– No -respondio.
– ?Por que nadie la ha besado? Ya hace tres anos que esta en la corte. Lo recuerdo porque llego junto con Cecily FitzHugh. ?Por que no quiere ser besada?
– Me estaba reservando para Giles FitzHugh, mi prometido.
– Es una actitud muy tierna de su parte. Algun dia encontrara al hombre apropiado del que sera una esplendida y fiel esposa. Mientras tanto, senorita Philippa, sientase libre de buscar el amor como lo hacen todas las doncellas de la reina.
– ?No le parece una conducta libertina, senor?
– Solo si se cometen excesos. Le propongo que pasemos el resto del dia juntos. Las damas aseguran que mi compania es muy agradable -se jacto con una sonrisa.
Philippa rio.
– Cecily tiene razon. Usted es muy agradable.
– Entonces, ?estamos de acuerdo? Le dare su primer beso. Y luego vendran muchos mas, espero. Pero, antes que nada, quiero ser muy claro. Tengo entendido que su familia esta buscandole otro candidato, debo advertirle que no estoy disponible. Al final del verano volvere a mis tierras para casarme con Anne Brownley, la hija de un vecino. Estamos comprometidos desde que eramos ninos y estoy muy contento de desposarla. -Sir Roger la miro a los ojos y le sonrio con calidez-. Se que su corazon esta destrozado por lo ocurrido y no quiero agregarle otro pesar.
– Cecily me dijo que usted era un autentico caballero y tambien me informo de su compromiso con otra mujer. Por otra parte, es poco probable que alguien se interese en mi ahora. Ya tengo quince anos y mis tierras estan casi en Escocia.
– Pero usted es muy bella. Pronto aparecera el hombre de sus suenos.
Philippa sacudio (a cabeza con pesimismo.
– Mi madre querra que mi marido viva en Friarsgate conmigo. Si al menos mis tierras quedaran cerca de Londres… -Philippa suspiro-. Para colmo, no tengo un nombre importante ni familiares de alcurnia.
– ?Entonces como llego a la corte? -pregunto el caballero con curiosidad.
– Mi madre era la heredera de Friarsgate. Cuando tenia apenas tres anos de edad, murieron sus padres y tambien su hermano mayor, y quedo bajo la tutela del tio de su padre. Henry, asi se llamaba, la caso con su hijo de cinco anos. Cuando mi madre cumplio cinco, su pequeno esposo fallecio. Muchas familias querian desposar a mi madre con sus hijos. Pero Henry deseaba apoderarse de Friarsgate. Entonces caso a mi madre con un caballero anciano para alejarla de los candidatos mas jovenes. Su intencion era casarla, llegado el momento, con su hijo menor. Contra todo lo previsto, el viejo esposo se ocupo de la educacion de mama como si fuera una hija y le enseno a administrar sus propiedades. Poco antes de morir, escribio en el testamento que su viuda debia quedar bajo la custodia del rey Enrique VIL Asi fue como se frustraron los planes del tio Henry, quien, pese a sus furiosos arrebatos, no pudo evitar que m? madre fuera a la corte. Al principio, se ocupo de ella la reina Isabel y, cuando la pobre murio, la cuido la Venerable Margarita, la abuela del rey Enrique. Sus dos mejores amigas eran Margarita Tudor y la princesa de Aragon.
– ?Que afortunada! -exclamo sir Roger impresionado.
– Mama volvio a su hogar cuando Margarita Tudor se convirtio en la reina de Escocia. Pero antes de retornar