Vavrinecke de Moravia del sur que habia bebido con su platillo principal. Sabia muy bien que Ven era la causa. La habia hecho reir tanto al divertirse con lo que ella habia dicho en broma, recordo, y toda la velada habia pasado como en un sueno.

– Has sido una compania encantadora -murmuro el escritor para coronarlo todo mientras esperaban que el mesero llevara la cuenta.

?Yo!, hubiera querido exclamar Fabia, porque segun ella habia sido Ven, con su natural encanto, el era una excelente compania.

– Me he divertido muchisimo -declaro ella y cuando iban ya en el taxi de regreso al hotel pensaba que habia sido una velada ensonadora.

– ?Gustas tomar algo antes de dormir? -le ofrecio Ven cuando entraron a la suite.

?Fabia estaba tentada a aceptar!, pero, a pesar de querer con toda su alma extender esa noche de ensueno, una parte de ella la empujaba a no caer en la tentacion a pesar de las frases de Ven: 'No te invitaria a ninguna parte, si no quisiera' y su 'Has sido una compania encantadora'. No debia aprovecharse de tanta hospitalidad.

– No, muchas gracias, creo que ya es hora de irme a dormir -dijo con tono cortes. Luego anadio con toda sinceridad-. Gracias por esta velada inolvidable.

– De nada, el placer fue mio. Buenas noches, Fabia.

– Buenas noches -respondio ella y fue rapido a su habitacion donde paso unos minutos recargada en la puerta con una sonrisa ensonadora en el rostro.

Unos minutos despues escucho el ruido de una puerta que cerraban y penso que Ven tampoco habia tomado una copa y que se habia ido a acostar. Lo que era una buena idea y se retiro de la puerta.

Se puso el camison y llevo su vestido negro al armario para colgarlo. Luego tomo una ducha.

Todavia estaba sonando con esa maravillosa cena cuando, ya vestida con su camison, salio del bano y salio de la habitacion. Se quedo pasmada al ver que Ven, con un libro en la mano y un whisky en la otra, acababa de entrar a la sala.

Fabia era consciente de su delgada bata de algodon, de su cara lavada, su cabello cepillado flotando en su espalda, y sintio un gran deseo de entrar a su dormitorio.

– Buenas noches -dijo por segunda vez, apresurada, andando hacia su habitacion. Sin embargo, como Ven caminaba en la misma direccion ella penso que se encontrarian frente a frente. La chica se detuvo, titubeo, lo miro de reojo y noto que el estaba dandole una interpretacion a su caminata apresurada, y siendo Ven como era, pronto le revelo lo que pensaba. Dejo el libro y el vaso en una mesa y le pregunto en seco:

– ?Me tienes miedo, Fabia?

– ?Miedo! -exclamo ella horrorizada de que el pensara eso-. ?No!, claro que no -y lo miro de frente. Sin embargo, como su negativa no era excusa para la forma en que habia intentado huir, sintio que le debia alguna explicacion.

– Yo… um… creo que soy… um… un poco timida -logro murmurar, sintiendose como idiota.

– ?Timida? -pregunto el extranado, ya que ella no habia parado de hablar en toda la noche sin dar senal alguna de timidez.

– Yo… este… yo creo que es timidez. Eso o… -callo y lo miro desvalida, encontrando una expresion en el rostro de el que agradecia que no le tuviera miedo y que hacia un esfuerzo por comprenderla-. Ya se que le parecera una locura -indico con tristeza-, pero no estoy acostumbrada a andar trotando por alli en camison con…

– ?Un hombre desconocido? -no tuvo ella que concluir, Ven levanto una ceja y parecio comprender.

– Bueno, tu… no eres un desconocido -intento bromear para aligerar el ambiente-, pero creo que te has dado una idea de lo que quiero decir.

– Si -comento el despacio, pero luego, sorprendido cuando una idea entro en su mente, exclamo-. Corrigeme si me equivoco, ?quieres decir que ningun hombre conocido o no, te ha visto cuando te vas a dormir? -era una forma diferente de exponerlo, pero Fabia sabia lo que le estaba preguntando.

– Bueno, solo mi padre, claro -dijo ella tratando de bromear, pero al notar la mirada seria en los ojos negros de Ven tuvo que responder con la verdad a secas-. No -dijo sencillamente.

– ?Eres virgen?

– Bueno, no suelo anunciarlo por el mundo -musito sintiendose un poco incomoda-, pero… hmm… si.

– ?Fabia! -murmuro Ven mirandola, comprensivo-. Pobrecita, no te sientas avergonzada -y se inclino para darle un beso casi reverencial en la frente.

– ?Oh! -suspiro ella, emocionada por el contacto de Ven. Podia sentir sus labios en la frente.

– Buenas noches, pequena -dijo y Fabia, de pronto, estuvo de nuevo en el mundo de la ensonacion. Un mundo en el cual, esa vez, ella queria que el no tuviera la menor duda de que no le tenia miedo. Su beso en la frente, sentia, le daba libertad para demostrarle que no sentia temor alguno.

– Buenas noches, Ven -expreso por tercera vez, y se puso de puntillas y lo beso en la mejilla.

Sin embargo, de pronto, por mas que quiso, no pudo alejarse. Queria estar cerca de el. De hecho, sus cuerpos se tocaban cuando Ven levanto el brazo y como queriendo dirigirla hacia donde debia ir, lo coloco en su hombro.

Pero ella no se fue, tal vez porque el no la movio. El brazo solo la rodeo y Fabia lo acepto de buena gana.

La chica lo estaba abrazando tanto como Ven a ella cuando se besaron, suspiro y quiso estar todavia mas cerca de el. El beso de Ven era satisfactorio y profundo, pero cuando termino y se miraron a los ojos, ella queria mas.

Por un momento tuvo miedo de que el la soltara y con mayor atrevimiento del que esperaba recargo su cuerpo contra el de el. El emitio un jadeo y de nuevo se inclino para besarla, para estrecharla con mas fuerza, colocando su mano ardiente en su espalda y moldeandola a el.

– ?Ven! -musito cuando alejo sus labios, pero luego el beso la linea de su cuello y el espacio que dejaba libre el escote del camison. Cuando volvio a reclamar sus labios, ella sentia que estaba en el paraiso y luego perdio la cuenta de cuantos besos compartieron.

Fabia sentia sus manos calidas acariciar su espalda y contuvo el aliento cuando sus dedos apasionados reclamaron sus senos. Ella no estaba segura si habia vuelto a gritar su nombre.

Luego, como si el algodon del camison fuese un obstaculo para el, quiso desamarrar las cintas en los hombros. Solo entonces empezo la chica a darse cuenta de que si lo hacia, el camison caeria el suelo y… quedaria completamente desnuda.

– ?No! -exclamo con panico y dio unos pasos hacia atras.

En ese preciso instante, como si hubiera sido un pedazo de carbon ardiendo, el bajo las manos.

– ?Esta bien! ?No te voy a hacer dano! -le aseguro y mientras ella pensaba como habia el aceptado su negativa sin cuestionarla, cuando durante los ultimos cinco minutos le habia estado diciendo: si, si, si, el retrocedio y declaro-. A pesar de las apariencias, Fabia, no te invite a Praga para seducirte.

– ?Ya lo se! -exclamo con certeza y prontitud porque a pesar del torbellino en su cabeza, de eso estaba bien segura. A el le complacio su respuesta y habia esbozado una sonrisa.

– Creo, querida, que lo mejor es que mantengas la distancia entre los dos, todo lo que te sea posible - declaro, y eso la complacio.

– ?Buenas noches!-le deseo ella por cuarta vez, y fue a su dormitorio sintiendose muy bien. Porque cuando, sin protestar, Ven la solto, comprendio que no la deseaba tanto como ella a el.

?Pero, si le dijo que, si no queria que la sedujera, debia mantenerse alejada de el, queria decir que la deseaba?, ?o no?

Capitulo 7

Cualquier sentimiento de timidez que ella tuvo al dia siguiente al pensar en volver a ver a Ven no perduro cuando se encontraron. El estaba vestido con una bata corta de toalla, su cabello estaba mojado y era obvio que acababa de banarse cuando, camino al bano, ella paso junto a el en la sala.

– Te veo en el desayuno en media hora -la saludo el.

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