Cuando le pasaron la llamada y ella levanto el auricular y dijo 'hola' comprendio que ya no iba a tener que preguntarle a Lubor cuando regresaria Ven, porque ya lo sabia. ?Era el el que le habia contestado!
Contuvo el aliento sorprendida, su corazon empezo a latir rapidamente, y su mente quedo en blanco, no se le ocurria nada que decir. Hasta que Ven bromeo:
– ?Me estas llamando a mi!
– Ah, si -ella desperto de su embeleso-, aunque queria hablar con Lubor.
– ?Quieres hablar con mi secretario? -pregunto con helada hostilidad.
De nuevo Fabia recordo que ese hombre pensaba que ella trataba de conseguir informacion de el y sintio que la embargaba la ira.
Pero no podia darse el lujo de indignarse, ni de ofenderlo, y respiro profundo para tranquilizarse.
– Para ser mas exacta, queria hablar con Lubor para preguntarle si tenia idea de cuando iba usted a regresar de Praga -siguio un silencio y cuando empezaba a sentir de nuevo ansiedad, el hablo.
– ?Querias verme? -pregunto Ven.
– Si -respondio Fabia y decidio arriesgarse-. Usted me dijo… -callo pero no debia desperdiciar ese momento, lo sabia-. Es acerca de la entrevista… -intento ella y se arrepintio.
– ?Que, es muy urgente? -grito el y a Fabia le dieron ganas de darle una bofetada.
Estaba siendo fastidioso a proposito, penso irritada, pero como sabia que el hombre tenia poca paciencia, trato de recuperar de nuevo la calma.
– Es que estaba pensando que quisiera ir a conocer Praga -se aferro tratando de mantener el control de si misma-. Si usted fuera tan amable de concederme unos minutos de su tiempo, con gusto pospondria mi viaje - sugirio y anadio en silencio, 'o no iria y ya'.
Una larga pausa fue su respuesta. Pero con elevada angustia de nuevo, se quedo esperanzada en que lo siguiente que le dijera iba a ser favorable. Sin embargo, cuando el hablo no fue respecto a la entrevista.
– ?Y como piensas irte a Praga? ?Ya te entregaron tu auto?
– Todavia no -respondio la joven, comprendiendo por eso que el debio haberle dicho al mecanico su nombre y el del hotel donde se hospedaba-. Puedo tomar el tren, solo tengo que…
– Creo que podemos organizar algo mejor -dijo el con amabilidad, haciendo que Fabia se emocionara y senalo-. Solo he regresado a casa para recoger unos papeles. Tengo que regresar hoy en la tarde manejando a Praga.
– ?Ah, si? -pregunto ella con cautela, mientras se decia si la estaba invitando a ir con el.
– ?Tienes reservaciones en algun hotel? -siguio Ven, antes que ella pudiera decir algo.
– No, pero…
– No conseguiras habitacion con tan poca anticipacion -comento el escritor. Pero en el momento en que a ella se le estaba bajando el animo hasta los pies; ya que aunque el estuviera dispuesto a llevarla a Praga no iba a poder aceptar, dado que no tenia reservacion en algun hotel, dijo para su asombro-: Hay un dormitorio vacio en una suite que reserve para este mes, puedes ocuparlo si deseas.
– ?De veras? -la chica quedo pasmada. ?Dios santo, eso era demasiado! Sintio que perdia la cabeza, pero recupero el sentido comun y se concentro en lo mas importante en ese momento. Sin embargo, no era adecuado insistir mas sobre una entrevista formal. Lo que debia de hacer era tomar ventaja de su buena suerte-. Muchas gracias -se apresuro a decir-. Es muy amable de su parte.
– ?Pasare por ti a las dos! -le aviso el y termino la conversacion.
Minutos despues Fabia seguia sentada, pasmada e incredula de que iba a ir a Praga con Vendelin Gajdusek y de que le habia ofrecido una habitacion vacia en la suite de su hotel en Praga.
Paso una hora y todavia estaba azorada cuando se percato de que casi no se habia movido desde que hablo por telefono y de que tenia que apurarse, ya que a Ven no le gustaria que lo hiciera esperar.
Fabia hizo el equipaje y bajo a la recepcion para pagar su cuenta. Cuando le informo al recepcionista que regresaria, pero que no sabia todavia la fecha, el le sugirio que podia dejar parte del equipaje en la bodega.
– Muchas gracias -ella acepto y pensando que era muy buena idea, regreso a su habitacion a reacomodar sus maletas para llevarse a Praga solo lo indispensable.
A diez para las dos habia guardado la maleta mas grande, habia almorzado un emparedado de queso y una taza de cafe y estaba sentada en el vestibulo esperando a Ven y de nuevo plagada con la ansiedad de conseguir la maldita entrevista. Se pregunto entonces, ya que Ven era bastante evasivo, si debia aprovechar la oportunidad y entrevistarlo en el camino; cien kilometros a Praga servirian para hacerle algunas de las preguntas de Cara.
Sin embargo recordo que en el camino a Karlovy Vary habia decidido no preguntar para que el pudiera concentrarse en la carretera, y comprendio que eso era lo que debia hacer. No era justo que le hiciera una pregunta tras otra desde el momento en que subiera a su auto hasta que bajara de el en Praga. Sobre todo considerando que el embotellamiento de trafico en la ciudad debia ser intenso. Pero iba a tener que interrogarlo pronto. Cara lo hizo parecer tan sencillo cuando le dijo: 'Lo unico que te estoy pidiendo es que consigas hechos, datos y respuestas concretas'. Solo tratar de insinuar una pregunta a ese hombre habia convertido la entrevista en un monstruo que dominaba casi todos sus pensamientos.
De pronto Fabia sintio que ya era demasiado. No iba a desilusionar a su hermana, jamas lo haria. Pero por lo pronto habia decidido no volver a pensar en la odiosa entrevista hasta llegar a Praga. Claro que no tenia idea de que tan seguido podria ver a Ven en el poco tiempo que compartirian la suite. Pero estaba decidida a encontrar algun momento oportuno para hablar del asunto.
Observaba el reloj cuando en punto de las dos entro el alto checoslovaco al hotel. Sintio que se agitaba su corazon a medida que se acercaba a ella.
– ?Solo una? -pregunto el, tomando la maleta con facilidad.
– Pienso dejar la otra aqui.
– Entonces podemos irnos -declaro y poniendo la mano en su brazo salieron del hotel.
– ?Cuanto tiempo nos tomara llegar a Praga? -pregunto por hacer conversacion al dejar atras a Marianske Lazne.
– No mucho. Dos horas cuando mucho -respondio el escritor con tono cordial-. ?Has estado alguna vez de vacaciones en Praga?
– No, nunca.
– ?Nunca has tenido que viajar a la ciudad por tu trabajo? -pregunto el, cosa sensata ya que se trataba de una reportera profesional. Pero junto con un sentimiento de culpa, Fabia se percato de que siempre habia sido ella misma con Ven. De alguna manera, aunque la angustiaba tanto, se las habia arreglado para olvidar que se suponia que ella era Cara Kingsdale, una reportera profesional.
– No -murmuro y sintio tanta culpa que tuvo que mirar por la ventana.
Esa sensacion la acompano casi todo el camino a Praga. Apenas entonces comprendio que nunca debio aceptar la invitacion de Ven. No era correcto. Lo estaba enganando. El pensaba que ella era otra persona y se pondria furioso, justificadamente, cuando averiguara la verdad. No iba a servirle decir que solo habia querido personificar a su hermana durante una hora, porque nada habia resultado como lo habian planeado. Y de todas maneras era un engano, aunque fuese solo por un minuto. Habia aceptado la invitacion con falsedades y eso era enganar. Tenia el presentimiento de que Ven era un hombre que odiaba la traicion. Por lo tanto lo unico que podia esperar, era que nunca se enterara.
– Ya estamos en las afueras de Praga -la informo Vendelin de repente y Fabia se concentro en el paisaje.
– Aqui todo parece mas adelantado -menciono ella al ver una hilera de castanos ya con hojas, un mes mas adelantados que los de Marianske Lazne.
– Y mas acogedor, ya veras -replico el y enseguida llegaron al hotel.
No les tomo mucho tiempo registrarse y pronto subian al ascensor que los condujo hasta un pasillo por el que llegaron a la suite de Ven. La puerta daba a un vestibulo, a la derecha estaba un lujoso cuarto de bano y a la izquierda varios armarios. En el centro del vestibulo estaba otra puerta y, adelantandose, Fabia entro por alli a una amplia y comoda sala.
Ya un muchacho les habia subido el equipaje y ella observo que a los lados de unas puertas que daban a un balcon, habia otras dos entradas.
– Tu habitacion esta de este lado -senalo Ven, levantando su maleta y dirigiendose a la puerta, a su izquierda, mientras ella lo seguia hasta la encantadora habitacion.