– ?Entonces no te importa?

– ?No, por Dios! Ty ha sugerido que limpie el establo manana a primera hora.

– No, no, lo hare yo, no te preocupes. Lo que necesito es que alguien venga a buscarme manana porque no tengo coche.

– ?Te parece bien a las nueve?

– Me parece estupendo.

Phinn se fue a la cama esa noche un poco mareada. Cuantas cosas habian pasado ese dia. Habia tenido que sacar a Ash del riachuelo, su hermano le habia ofrecido una casa, un trabajo y un sitio para Ruby… desde luego, aquel dia habia estado lleno de sorpresas.

Curiosamente, sin embargo, era Ty Allardyce en quien no dejaba de pensar. Podia ser antipatico, tirano incluso, pero tambien podia ser amable y considerado. Un hombre complejo, desde luego.

Recordo entonces como habia tomado sus manos… y el escalofrio que eso la habia hecho sentir.

«No seas tonta», se dijo a si misma. «Piensa que vas a tener una casa en la que vivir y un sitio para Ruby. Eso es lo unico importante».

Desde su punto de vista, las cosas no podian ir mejor. Desde luego, lo de volver a la granja habia sido una idea absurda. Ruby y ella estarian mucho mejor en Broadlands Hall. Si, eran muy afortunadas.

Pero entonces, ?por que se sentia tan inquieta?, se pregunto. Como si algo… como si algo no encajase del todo.

CAPITULO 4

PHINN se levanto mucho antes de las nueve y, despues de atender a Ruby, se dedico a doblar sus mantas, colocar los arreos y limpiar el cajon para que Geraldine no pudiera quejarse de nada. Pero, aunque sabia que el establo de Broadlands Hall seria adecuado, queria comprobarlo antes de llevar a Ruby alli.

Poco despues de las nueve, Ash la encontro esperando en la puerta. Parecia horriblemente cansado, penso, como si no hubiera pegado ojo en toda la noche.

– ?Lista? -le pregunto, con un intento de sonrisa.

– La verdad es que hay muchas cosas que guardar -se disculpo ella.

Casi habian terminado de cargar la camioneta cuando Geraldine aparecio en la puerta y Phinn hizo las presentaciones de rigor.

– Tu te encargas de gestionar la finca, ?verdad? -le pregunto ella.

– Algo asi -murmuro Ash, mientras guardaba la ultima maleta-. ?Queda algo mas?

– No, ya esta todo. Vendre mas tarde a buscar a Ruby, Geraldine.

– No te preocupes, yo me encargo de ella. No hace falta que te des prisa.

Un minuto despues, Ash y Phinn se dirigian a Broadlands Hall. De modo que su trabajo habia empezado…

– ?Ty ha vuelto a Londres? -le pregunto, mas por entablar conversacion que por verdadero interes por su hermano.

Pero Ash se volvio hacia ella para mirarla con lo que solo podia describirse como una «mirada conspiradora».

– ?Te llamo por telefono antes de irse?

?Pensaria Ash que Ty y ella…? No, imposible. Pero como no podian decirle cual era la verdadera razon por la que iba a vivir en Broadlands Hall…

Phinn abrio la boca para decirle que entre Ty y ella no habia nada, pero decidio guardar silencio. Y luego se alegro de no haber dicho nada. Ty saldria con chicas guapisimas en Londres, chicas ricas y sofisticadas, nada parecidas a ella.

Ash la llevo directamente al establo y se disculpo mientras senalaba el desorden.

– Deberia haberlo limpiado antes de que llegases, pero… al final no me dio tiempo.

– No te preocupes, entre los dos no tardaremos nada.

En el interior habia un monton de cajas y antiguos aperos, ademas de una vieja mesa de cocina y otros muebles, pero el establo era mas que adecuado. En cuanto lo hubiesen limpiado un poco, seria una residencia de lujo para Ruby.

– Bueno, hora de ponerse a trabajar.

– ?No quieres ver antes tu habitacion?

– No hace falta, seguro que me gustara. ?Te importa ayudarme un momento?

Ash empezo a mover cajas con cierta desgana pero luego, poco a poco, fue animandose.

– No, deja eso ahi -le ordeno, cuando intentaba mover un viejo mueble de cocina-, ya lo hare yo. De hecho, deberiamos tirar todo esto a la basura.

?Tirarlo? Que sacrilegio. Phinn saco su movil y marco el numero de Mickie Yates.

– Mickie, soy Phinn.

– No he olvidado tu voz -rio el hombre.

– Mira, ahora mismo estoy trabajando en Broadlands Hall y hay un monton de muebles todavia en buen uso… ?conoces a alguien que necesite muebles de cocina?

– Llegare dentro de una hora.

– Estupendo.

Despues de colgar, Phinn guardo el telefono en el bolsillo y se volvio hacia Ash, que la miraba con cara de sorpresa.

– ?Vas a trabajar aqui?

– Pues claro -contesto ella, poniendose colorada.

– Se pone colorada y mi hermano dice que intentara volver esta noche -murmuro Ash entonces. Y, despues de eso, se puso a canturrear Love Is in The Air.

– Ashley -dijo ella, con tono de advertencia.

– ?Que?

– Nada.

– Perdona, ?me estoy metiendo donde no me llaman?

No habia respuesta para esa pregunta, claro. Evidentemente, creia que habia algo entre Ty y ella. ?Pero como iba a haber nada? Se habian visto tres veces y las dos primeras Tyrell Allardyce no habia sido precisamente amable con ella. Y como no podia contarle la verdad, que estaba alli para hacerle compania, tampoco podia hacer nada para disuadirlo de tal idea.

Cuando por fin terminaron de limpiar el establo y Mickie Yates se habia llevado los muebles, Ash parecia estar de muy buen humor.

– Bueno, voy a buscar a Ruby -dijo Phinn.

– ?Quieres que te lleve?

– No, no hace falta, ire dando un paseo. Pero podrias comprobar si hay latas viejas o hierbas venenosas en el corral.

Ty le habia dicho que estaba en buenas condiciones y confiaba en el, pero al menos asi Ash tendria algo que hacer.

En los establos, Phinn fue recibida por una sonriente Geraldine, que se ofrecio a darle paja y heno para su yegua.

– Te lo doy por el precio que pague yo, ni un centimo mas.

Sintiendose animada, Phinn fue a buscar a Ruby.

– Hola, carino. Tengo una sorpresa para ti.

A pesar del paseo hasta Broadlands Hall, Ruby no tenia mucho apetito y, despues de quedarse un rato con ella para que se acostumbrase a su nuevo hogar, Phinn se dirigio a la casa. Entro por la cocina, donde la senora Starkey estaba pelando patatas.

– Ya he preparado tu habitacion.

– No deberia haberse molestado, senora Starkey. Podria haberlo hecho yo…

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