– No hemos solucionado nada.

– ?No?

– No, en absoluto. Yo tengo para ti un sitio mucho mas especial.

– ?Ash te ha dicho lo bien que se me da la oficina? ?Vas a ofrecerme un trabajo?

– Hay un trabajo para ti… si todo lo demas falla.

– ?Que clase de trabajo?

?Uno en el que pudiera verlo todos los dias? No, gracias, decia su orgullo. Si, por favor, decia su corazon.

– Cuando Ash se traslade a la granja Honeysuckle me hara falta alguien que gestione la finca.

– ?Yo? -exclamo Phinn-. Pero si vas a vender la granja Yew Tree y tu hermano se va a ocupar de Honeysuckle… aunque tardara algun tiempo en ponerla en marcha.

– Supongo que conoceras a alguien que pueda echarle una mano.

– Pues si, Jack Philips, que ha trabajado estas tierras durante toda la vida. Se retiro hace un ano, pero empieza a aburrirse y cuando fui con Ash al pub me dijo que estaba buscando algo que hacer. Pero aun asi… llevar la finca a partir de ahora no seria un trabajo de ocho horas diarias. Y yo no tengo experiencia.

– Si la tienes. Vas a dar un paseo por el campo y sabes exactamente que arbol hay que cortar y cual hay que replantar. Llevas el campo en la sangre. Por no decir que puedes controlar una oficina con los ojos cerrados.

Phinn tuvo que sonreir. Si, eso podia hacerlo bien y le encantaria quedarse… pero en Broadlands Hall no habia mas que dos o tres dias de trabajo a la semana.

– Y no olvides que hay un par de casas alquiladas de las que hay que ocuparse.

– No, lo siento, tengo que irme.

Ty la miro en silencio durante unos segundos.

– Soy yo, ?verdad? Te has cansado de mi actitud tiranica.

– Yo…

– ?Te quedaras si prometo comportarme… y pedirte perdon por cada impertinencia?

– No es eso -suspiro ella. En realidad, podria perdonarle cualquier cosa porque estaba enamorada-. A veces has sido muy esplendido… y muy carinoso.

– ?De verdad? Lo de esta manana… no se como pedirte disculpas.

– Es mejor que no hablemos de eso -lo interrumpio Phinn-. Me referia mas bien a detalles como subir la mesa de mi abuela a mi habitacion, por ejemplo. O llamar al senor Timmins para que afinase el piano. O que… -no termino la frase. Iba a decir que le prestase el reloj, pero no queria recordarle lo que habia pasado cuando fue a su habitacion a devolverselo.

– ?Y los buenos tiempos cuentan mas que los malos?

– Si, claro que si. No se que habriamos hecho Ruby y yo si tu no nos hubieras ayudado.

– Cuando pienso en lo que tu has hecho por Ash y por mi, eso no tiene la menor importancia.

– Bueno, vamos a dejarlo ya o tendremos que crear una sociedad de admiracion mutua -intento bromear ella-. Gracias por todo, de verdad. Gracias por hacer que los ultimos meses de Ruby fuesen tan agradables. Te lo agradecere siempre -poniendose de puntillas, Phinn le dio un beso en la mejilla.

Era un simple gesto de despedida, pero cuando intento dar un paso atras descubrio que Ty sujetaba sus manos.

– ?Debo entender que… te gusto?

Phinn lo miro, perpleja.

– ?Tu sabes que me gustas! -exclamo-. Yo pense que… en fin, de verdad es hora de marcharme.

– No, aun no -insistio el con tono firme-. Antes me has acusado de no hablar nunca con mi hermano…

– Yo no te he acusado de nada.

– Bueno, has dicho que Ash y yo no hablamos de nuestras cosas y tienes razon. Pero creo que tu y yo tambien deberiamos empezar a hablar… abiertamente.

– No se si…

– ?De que tienes miedo? -sonrio Ty-. Yo puedo decirte que, aunque se que te he herido alguna vez con mi actitud, prometo no volver a hacerlo nunca mas. Ven, sientate a mi lado.

– Pero tengo que irme…

– Como he sido un bruto en el pasado, vas a tener que perdonarme -siguio el, como si no hubiera dicho nada-. Pero, en mi defensa, dire que cuando volvi de Londres y vi en que estado se encontraba mi hermano…

– ?El te hablo de Leanne?

– No, en realidad lo supe casi todo por la senora Starkey. Y cuando la pobre mujer me lo conto, yo no estaba de humor para ser amable con nadie de la familia Hawkins.

– Me pediste de muy malas manera que me fuera de tus tierras.

– Y hasta el dia de mi muerte te estare agradecido por no haberme hecho caso.

Phinn sintio un abrumador deseo de besarlo en ese momento, pero decidio que no seria buena idea.

En cualquier caso, Ty ya sabia que le gustaba y lo mejor seria no hacerlo pensar que habia algo mas.

– Creo que empezaste a gustarme aquella tarde, en el riachuelo.

– ?Empece a gustarte?

– Pues claro. Y cuanto mas te conocia, mas me gustabas.

A Phinn se le quedo la boca seca.

– ?En serio? -consiguio decir-. Me alegro mucho.

– Pero ahi fue donde empezaron los problemas.

– ?Que problemas?

– Pronto descubri que hacias con mi hermano las cosas que a mi me hubiera gustado hacer contigo…

Ella parpadeo, cada vez mas sorprendida.

– ?De verdad?

– Por eso volvia a Broadlands Hall siempre que me era posible.

– Por Ash, quieres decir.

– Si solo es por Ash, ?por que quiero que me lleves tambien a mi a pescar? ?Y por que me sento tan mal cuando Ash me dijo que a ti te parecia «encantador»?

Phinn solo podia mirarlo, perpleja.

– ?Quieres que diga que tu tambien eres encantador?

– Me conformaria con que dijeras que soy simpatico, agradable… o con la mitad de las sonrisas que le dedicas a mi hermano.

– ?Entonces estas…?

– Celoso, la palabra que estas buscando es celoso, si.

– No puede ser.

– Si puede ser, Phinn. Yo nunca habia tenido celos de mi hermano, te lo aseguro. De hecho, es como una segunda naturaleza para mi cuidar de el. Por eso no entendia mi deseo de volver aqui siempre que me era posible. No era para ver a mi hermano, era para verte a ti. Siempre pareciais pasarlo tan bien que queria quedarme en casa y pasarlo bien contigo. Incluso el trabajo empezaba a perder atractivo para mi. Fue entonces cuando supe que estaba en un aprieto.

Phinn trago saliva, nerviosa.

– ?Que quieres decir?

– Al principio queria que estuvieras aqui para ayudar a mi hermano a salir de su depresion, pero cuanto mas te conocia, querida Phinn, mas te queria en esta casa por mi y solo por mi. Sabia que no tenia ningun sentido esperar hasta el lunes por la manana para volver a Londres cuando siempre tengo toneladas de trabajo, pero esperaba hasta el ultimo momento posible…

Esperaba por ella.

Phinn penso que estaba sonando. Era tan increible que tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para controlarse.

– Mira, yo… se que no quieres que me marche, pero no tienes que…

– ?Es que no me has oido? Claro que no quiero que te vayas. No dejo de pensar en ti a todas horas…

– Un momento -lo interrumpio Phinn-. Tuviste una oportunidad conmigo, Tyrell Allardyce. Si crees que vas a

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