Espere.
– ?Que es lo que no me estas contando, Sosh?
– ?Sabes lo que le sucedio a tu abuela?
– Se lo que nos contaba mi madre.
– Dime -dijo el.
– Noni tambien enfermo. Despues de la muerte de su marido, su corazon empezo a fallar. Es algo que dicen a menudo de las parejas que llevan mucho tiempo juntas. Uno muere, y el otro se rinde.
No dijo nada.
– ?Sosh?
– En cierto modo, supongo que es cierto -dijo.
– ?En que modo?
Sosh siguio con los ojos fijos en lo que fuera que viera por la ventana.
– Tu abuela se suicido.
Mi cuerpo se puso rigido. Empece a sacudir la cabeza.
– Se colgo con una sabana.
Me quede quieto y pense en aquella foto de mi Noni. Pense en aquella sonrisa inteligente. Pense en las historias que mi madre me contaba de ella, sobre lo lista que era y lo bien que se expresaba. Suicidio.
– ?Lo sabia mi madre? -pregunte.
– Si.
– No me lo dijo nunca.
– Puede que yo tampoco debiera haberlo hecho.
– ?Por que lo has hecho?
– Necesito que entiendas como era. Tu madre era una mujer hermosa, bonita y delicada. Tu padre la adoraba. Pero cuando se llevaron a sus padres y despues, bueno, literalmente los condujeron a la muerte, nunca volvio a ser la misma. Lo notabas, ?no? ?Su melancolia? Incluso antes de lo de tu hermana.
No dije nada, pero sin duda lo habia notado.
– Supongo que deseaba que entendieras la situacion -dijo-. Como fue para tu madre, para que lo comprendas mejor.
– ?Sosh?
Espero, pero no desvio la mirada de la ventana.
– ?Sabes donde esta mi madre?
El hombreton tardo un buen rato en contestar.
– ?Sosh?
– Lo sabia -dijo-. Cuando huyo.
Trague saliva.
– ?Adonde fue?
– Natasha volvio a casa.
– No lo entiendo.
– Volvio a Rusia.
– ?Por que?
– No puedes culparla, Pavel.
– No la culpo. Quiero saber por que.
– Puedes huir de casa como hicieron ellos. Puedes intentar cambiar. Odias a tu gobierno, pero no odias a tu pueblo. Tu patria es tu patria. Siempre.
Se volvio y nos sostuvimos la mirada.
– ?Por eso se marcho?
Se quedo quieto sin decir nada.
– ?Fue ese su razonamiento? -dije, casi gritando. Sentia que me hervia la sangre-. ?Que su patria seguia siendo su patria?
– No me estas escuchando.
– No, Sosh, si te escucho. Tu patria es tu patria. Eso es una estupidez. ?Por que no tu familia es tu familia? ?Y tu marido es tu marido? O mas concretamente, ?tu hijo es tu hijo?
No contesto.
– ?Y nosotros, Sosh? ?Y papa y yo?
– No tengo la respuesta que buscas, Pavel.
– ?Sabes donde esta ahora?
– No.
– ?De veras?
– Si.
– Pero podrias localizarla, ?verdad?
No asintio, pero tampoco lo nego.
– Tienes una hija -dijo Sosh-. Tienes un buen trabajo.
– ?Y que?
– Que de esto hace mucho tiempo. El pasado es para los muertos, Pavel. No quieres hacer volver a los muertos. Quieres enterrarlos y seguir con tu vida.
– Mi madre no esta muerta -dije-. ?O si?
– No lo se.
– ?Por que me hablas de los muertos, entonces? ?Sabes que, Sosh? Ya que estamos hablando de muertos, tengo otra noticia para reflexionar -no pude reprimirme y le espete-: Ni siquiera estoy seguro de que mi hermana este muerta.
Esperaba ver una expresion conmocionada, pero no fue asi. Apenas parecio sorprendido.
– Para ti… -empezo a decir.
– ?Para mi que?
– Para ti ambas deberian estar muertas.
Capitulo 11
Me sacudi de la cabeza las palabras del tio Sosh y me dirigi hacia el tunel Lincoln. Necesitaba concentrarme en dos cosas y solo dos, punto uno: condenar a los dos hijos de puta que habian violado a Chamique Johnson. Y punto dos: descubrir donde habia estado Gil Perez los ultimos veinte anos.
Comprobe la direccion de la testigo/novia que me habia dado el detective York. Raya Singh trabajaba en un restaurante indio llamado Curry Up and Wait. No soporto los nombres con juegos de palabras.
?O si me gustan? Seamos positivos.
Estaba en camino.
Todavia tenia la foto de mi padre en el asiento delantero. No me preocupaban mucho las acusaciones respecto al KGB. Casi me lo esperaba despues de mi primera conversacion con Sosh. Pero volvi a leer la tarjeta:
EL PRIMER SECRETO
El Primero. Eso implicaba que habria mas. Evidentemente el senor Jenrette, seguramente con la ayuda economica del senor Marantz, no reparaba en gastos. Si habian descubierto esas viejas acusaciones contra mi padre -habian transcurrido mas de veinticinco anos- es que estaban totalmente desesperados e iban a por todas.
?Que descubririan?
Yo no era un delincuente. Pero tampoco era perfecto. Nadie lo es. Encontrarian algo. Lo sacarian de contexto y lo exagerarian. Podia perjudicar gravemente a JaneCare, mi reputacion, mis ambiciones politicas. Pero Chamique tambien tenia sus secretos y yo la habia convencido para que los sacara a la luz y los mostrara al mundo.
?Podia exigirme menos a mi mismo? Cuando llegue al restaurante indio, aparque el coche y apague el motor. No estaba en mi jurisdiccion, pero no creia que eso importara demasiado. Mire por la ventanilla, volvi a pensar en el secreto y llame a Loren Muse. Cuando respondio, me identifique y dije:
– Tengo un problemilla.
– ?De que se trata? -pregunto Muse.
– El padre de Jenrette va a por mi.
– ?En que sentido?
– Esta indagando en mi pasado.
– ?Descubrira algo?