Rosen levanto la barbilla, dandose por enterada de la disculpa, aunque sin aceptarla.
Lena levanto la silla del suelo. El deseo de salir disparada de la sala era tan fuerte que le dolian las piernas.
– Digame lo que paso. Necesito saberlo -le pidio la doctora.
Lena doblo las manos sobre el respaldo de la silla y las apreto con fuerza.
– Al parecer salto desde el puente que hay junto al rio -dijo-. Le encontro una estudiante y llamo a la policia. La forense llego alli poco despues y dictamino la muerte.
Rosen inhalo y retuvo el aire en el pecho unos segundos.
– Era el camino que cogia para ir andando a clase.
– ?Iba por el puente? -pregunto Lena.
Creia que Rosen debia de vivir cerca de la calle Mayor, donde residian muchos profesores.
– Siempre le robaban la bici -dijo Rosen, y Lena asintio.
En el campus acostumbraban a robar las bicicletas y el personal de seguridad no tenia ni idea de quien lo hacia.
Rosen volvio a suspirar, como si dejara que su colera se liberara en pequenas rafagas.
– ?Fue rapido? -pregunto.
– No lo se -contesto Lena-. Creo que si. Esa clase de cosas… tuvo que ser rapido.
– Andy es maniaco depresivo -le dijo Rosen-. Siempre ha sido muy sensible, pero su padre y yo estamos…
No acabo la frase, como si no quisiera confiarle a Lena tanta informacion. Considerando el arrebato de Lena, esta no podia culparla.
– ?Dejo alguna nota? -pregunto Rosen.
Lena saco un papel del bolsillo de atras y lo puso sobre la mesa. Rosen no se atrevia a cogerla.
– No son de Andy -dijo Lena, indicando las huellas de sangre que Frank y Jeffrey habian dejado sobre el papel.
Incluso teniendo en cuenta todo lo que habia pasado con Tessa, a Lena le sorprendio que Frank le hubiera dejado llevar la nota a la madre de Andy.
– ?Es sangre?
Lena asintio pero no le explico nada. Que Jeffrey decidiera cuanta informacion queria proporcionar a la madre.
Rosen se puso las gafas, que le colgaban de una cadena al cuello. Aunque Lena no se lo habia pedido, leyo en voz alta: -«No puedo soportarlo mas. Te quiero, mama. Andy.» Rosen respiro profundamente, como si pudiera contener el aire junto con el resto de sus emociones. Se quito las gafas lentamente y dejo la nota de suicidio en la mesa. La miro como si pudiera seguir leyendola y dijo:
– Es casi identica a la otra que escribio.
– ?Otra? ?Cuando? -pregunto Lena; de pronto, su mente se centro en la investigacion.
– El dos de enero. Se corto las venas casi hasta el codo. Le encontre antes de que perdiera mucha sangre, pero… -Apoyo la cabeza en la mano, mirando la nota.
La rozo con los dedos, como si tocara una parte de su hijo: la unica que le quedaba.
– Necesitare que me la devuelva -le dijo Lena, aunque Jeffrey y Frank habian destruido su valor como prueba.
– Oh. -Rosen aparto la mano-. ?Podre recuperarla?
– Si, cuando todo acabe.
– Oh -repitio Rosen. Se puso a enredar con la cadenilla de las gafas-. ?Puedo verle?
– Tendran que hacerle la autopsia.
Rosen comprendio lo que eso significaba.
– ?Por que? ?Han encontrado algo sospechoso?
– No -dijo Lena, aunque no estaba segura-. Se trata de pura rutina, porque nadie presencio el fallecimiento. No habia nadie.
– El cuerpo… ?esta destrozado?
– No -dijo Lena, sabiendo que la respuesta era subjetiva. Lena aun se acordaba de cuando vio a su hermana en el deposito el ano anterior. Aunque Sara la habia limpiado, las pequenas magulladuras y cortes que habia en la cara de Sibyl parecian mil heridas.
– ?Donde esta ahora?
– En el deposito. Dentro de un dia o dos lo trasladaran al tanatorio -le dijo Lena.
A continuacion, por la expresion consternada de Rosen, comprendio que la madre aun no se habia hecho a la idea de que tendria que enterrar a su hijo. Lena penso en disculparse, pero sabia lo poco que significaban las palabras.
– Andy queria que lo incineraran -dijo Rosen-. No creo que sea capaz. No creo que pueda permitir que… - Nego con la cabeza y no acabo la frase.
Se llevo la mano a la boca, y Lena vio que llevaba un anillo de casada.
– ?Quiere que se lo diga a su marido?
– Brian no esta en la ciudad -dijo Rosen-. Tiene una beca.
– ?Tambien trabaja en la universidad?
– Si. -Rosen fruncio el ceno mientras reprimia sus emociones-. Andy trabajaba con el, intentaba ayudarle. Pensabamos que estaba mejorando… -Intento contener un sollozo, pero finalmente estallo.
Lena seguia agarrada al respaldo de la silla, mirando a la otra mujer. Rosen lloraba en silencio, con los labios separados, pero sin emitir ningun sonido. Se llevo la mano al pecho, y apreto los ojos cuando empezaron a caerle las lagrimas. Sus hombros delgados se doblaron hacia dentro, y le temblo la barbilla al caerle hasta el pecho.
Lena se moria de ganas de marcharse. Ni siquiera antes de la violacion habia servido para consolar a la gente. En los momentos de dificultad, se sentia amenazada, como si tuviera que renunciar a una parte de si misma para poder consolar al otro. Queria volver a casa para recuperarse, para quitarse el gusto del miedo de la boca. Lena tenia que encontrar una manera de recobrar las fuerzas antes de volver al mundo. Sobre todo antes de ver a Jeffrey.
Rosen debio de intuir sus sentimientos. Se seco una lagrima y su tono se hizo energico.
– Tengo que llamar a mi marido -dijo-. ?Me concede un momento?
– Por supuesto -contesto Lena, aliviada-. La vere en la biblioteca. -Puso una mano en el pomo, pero no tiro de el. Sin mirar a la doctora, dijo-: Se que no tengo derecho a pedirselo -comenzo, consciente de que Jeffrey le perderia todo el respeto si Rosen le contaba lo ocurrido.
Rosen parecio intuir que era exactamente lo que preocupaba a Lena.
– No, no tiene derecho a pedirlo -le espeto.
Lena giro el pomo, seguia sintiendo la mirada de Rosen, taladrandola. Lena se sintio atrapada, pero consiguio preguntar:
– ?Que?
Rosen le propuso lo que parecia un acuerdo.
– Si esta sobria, no se lo contare -contesto.
Lena trago saliva, y sintio en la boca el sabor del whisky que su mente habia estado deseando en los ultimos minutos. Sin responder, cerro la puerta a su espalda.
Lena estaba sentada a una mesa vacia, junto al mostrador de prestamo de la biblioteca, viendo como Chuck hacia el ridiculo con Nan Thomas, la bibliotecaria. Dejando aparte el hecho de que Nan Thomas, con su pelo castano rata y sus gruesas gafas, no merecia la pena el esfuerzo, Lena sabia que la mujer era lesbiana. Nan habia sido la amante de Sibyl durante cuatro anos. Las dos mujeres vivian juntas cuando Sibyl fue asesinada.
Para no pensar mas en Chuck, paseo la vista por la biblioteca, mirando a los estudiantes que estudiaban en las mesas alargadas que se alineaban en la parte central de la sala. Se acercaban los parciales y, aunque era domingo, habia bastantes estudiantes. Ademas de la cafeteria y el centro de orientacion, la biblioteca era el unico edificio que aquel dia estaba abierto.
En lo referente a bibliotecas, Grant Tech era realmente impresionante. Lena imaginaba que, como la facultad no tenia equipo de futbol, eso permitia gastar mas dinero en instalaciones, pero seguia pensando