Keller volvio a rodearla con el brazo, y la acerco contra su cuerpo.
– Lo siento mucho -dijo, enterrando el rostro en su pelo-. Deberia haber estado aqui -dijo-. Deberia haber estado aqui. Permanecieron asi unos minutos, como si Jeffrey ya se hubiera marchado. Este se aclaro la garganta.
– Creo que ire a echar un vistazo al apartamento, si no les importa.
Keller fue el unico que alzo los ojos. Asintio y siguio consolando a su mujer. Rosen se desplomo contra el. Parecia una muneca de trapo.
Jeffrey se dio la vuelta para marcharse, y se encontro cara a cara con el desnudo recostado de Andy. Habia algo extranamente familiar en esa mujer que no acababa de identificar.
Consciente de su ensimismamiento, salio de la casa. Queria seguir hablando con Keller y averiguar que era exactamente lo que no queria decir delante de su esposa. Tambien necesitaba interrogar de nuevo a Ellen Schaffer. A lo mejor distanciarse de la escena del crimen la habia ayudado a hacer memoria. Jeffrey se detuvo delante del Mustang y de nuevo admiro sus lineas. Resultaba extrano que Keller lavara el coche poco despues de la muerte de su hijo, aunque desde luego no era un delito. Quiza lo habia hecho en honor de Andy. Quizas intentaba ocultar alguna prueba, aunque a el le costaba imaginar algo que pudiera relacionar el vehiculo con el crimen. Aparte de la agresion a Tessa Linton, ni siquiera estaba seguro de que se hubiera cometido un asesinato.
Se agacho y paso una mano por la superficie de rodadura de los neumaticos. La carretera que conducia al aparcamiento situado junto al puente estaba pavimentada, y en el aparcamiento habia gravilla. Aunque se encontraran marcas de esa misma superficie de rodadura, Andy podria haber ido a ese lugar cientos de veces. Jeffrey sabia por los informes de los agentes que se trataba de uno de los lugares preferidos por las parejas para darse el lote.
Jeffrey se disponia a telefonear a Frank con el movil cuando vio acercarse a Richard Carter con una gran cazuela en la mano. Richard dibujo una amplia sonrisa al ver a Jeffrey, pero la borro de su rostro de inmediato y adopto una expresion mas seria.
– Doctor Carter -dijo Jeffrey, esforzandose en parecer amable. Jeffrey tenia cosas mas importantes que hacer que esquivar preguntas impertinentes que le permitieran a Richard hacerse el importante en el campus.
– He preparado un guiso para Brian y Jill. ?Se apunta? -le pregunto.
Jeffrey se volvio hacia la casa, recordando el ambiente opresivo, el dolor que los padres estaban experimentando.
– Quiza no sea un buen momento.
A Richard se le ensombrecio el semblante.
– Solo queria ayudar.
– Estan muy afectados -le dijo Jeffrey, pensando en como hacerle algunas preguntas acerca de Brian Keller sin que se notara demasiado. Sabiendo la manera de actuar de Richard, decidio abordar el tema desde otro angulo-. ?Era amigo de Andy? -pregunto, diciendose que Richard no seria mas de ocho o nueve anos mayor que el muchacho.
– Dios mio, no -dijo Richard con una carcajada-. Era un alumno y, aparte de eso, era un repelente nino mimado.
Jeffrey ya habia llegado a esa misma conclusion por su cuenta, pero le sorprendio la vehemencia de Richard.
– Pero ?es muy amigo de Brian y Jill? -le pregunto.
– Oh, son estupendos -contesto Richard-. En el campus hay muy buen ambiente. Toda la facultad es como una pequena familia.
– Ya -dijo Jeffrey-. Brian parece un hombre muy familiar.
– Oh, y lo es -asintio Richard-. Para Andy era el mejor padre del mundo. Ojala yo hubiera tenido un padre como ese.
Habia un dejo de curiosidad en su voz, y Jeffrey comprendio que Richard se habia dado cuenta de que le estaba interrogando. Ser consciente de ello le hacia sentirse poderoso, y sonrio mientras esperaba a que Jeffrey le sonsacara algun chismorreo. Jeffrey no perdio el tiempo.
– Parece un matrimonio bien avenido.
Richard torcio la boca.
– ?Usted cree?
Jeffrey no contesto, y a Richard le gusto su reaccion.
– Bueno -comenzo a decir Richard-, no me gusta extender rumores…
Jeffrey reprimio el «Chorradas» que pugnaba por salirle de los dientes.
– Y fue solo eso… un rumor. Yo nunca le di credito, pero puedo decirle que Jill se comporto de una manera muy extrana con Brian en la fiesta del departamento de las navidades pasadas.
– ?Estan en el mismo departamento?
– Como ya he dicho -le recordo Richard-, es un campus pequeno.
Jeffrey lo miro en silencio, y Richard no necesito mas para animarse.
– Se rumoreaba que hubo un problema tiempo atras.
Parecia necesitar que Jeffrey dijera algo, asi que pregunto:
– ?Si?
– Eh, no es mas que un rumor. -Hizo una pausa de verdadero showman-. Se menciono a un estudiante. -Otra pausa-. Una alumna, para ser mas exactos.
– ?Una aventura? -conjeturo Jeffrey, aunque no hacia falta ser un lince.
Seguramente eso seria algo que Keller no querria mencionar delante de su mujer, sobre todo si ella ya estaba al corriente. Jeffrey sabia por propia experiencia que el hecho de que Sara aludiera a las circunstancias que habian acabado con su matrimonio le hacia sentirse como si estuviera suspendido sobre el Gran Canon.
– ?Sabe como se llama la chica?
– Ni idea, pero si hay que hacer caso de los chismes, pidio el traslado cuando Jill se entero.
Jeffrey tenia sus reservas, y estaba harto de la gente que se guardaba informacion.
– ?Se acuerda de que aspecto tenia? ?Que especialidad estudiaba?
– No me acabo de creer que existiera. Como ya he dicho, fue solo un rumor. -Richard fruncio el ceno-. Y ahora me siento fatal por revolver los caldos de la facultad.
Miro la cazuela y se rio de su chiste.
– Richard, si hay algo que no me ha contado…
– Le he dicho todo lo que se. O lo que oi. Como ya he dicho…
– Fue solo un rumor -remato Jeffrey.
– ?Algo mas? -pregunto Richard, dibujando con los labios un puchero.
Jeffrey decidio darle largas.
– Es muy amable por su parte traerles la comida.
Richard sonrio con tristeza.
– Cuando mi madre fallecio hace un par de anos, me gustaba que la gente me trajera cosas; era como un rayo de sol en el periodo mas sombrio de mi vida.
Jeffrey repaso las palabras de Richard en su cabeza, y todas sus alarmas se dispararon.
– ?Jefe? -pregunto Richard.
– Rayo de sol -dijo Jeffrey.
Ahora sabia que le resultaba tan familiar del cuadro obsceno de Andy Rosen. La chica llevaba un rayo de sol tatuado alrededor del ombligo.
Un coche patrulla y el Taurus sin identificacion de Frank Wallace estaban aparcados delante de la residencia universitaria de Ellen Schaffer cuando Jeffrey llego, aunque este no habia pedido ayuda.
– Mierda -dijo Jeffrey, aparcando junto al vehiculo de Frank. Supo que habia ocurrido algo espantoso antes de ver salir de la residencia a dos chicas, abrazadas y sollozando.
Jeffrey corrio hacia el edificio y subio los peldanos de dos en dos. Keyes House se habia incendiado hacia dos anos, pero habian reemplazado la residencia con un duplicado exacto de la vieja mansion, construida antes de la guerra de Secesion, con salones clasicos en la parte de delante y un imponente comedor con cabida para treinta