que resultaba fascinante, y cualquier otro dia Lena se habria sentido tentada de comprobar si podia sacarle de quicio.

– Eres como un puerco espin. ?Nadie te lo ha dicho antes? -le pregunto Ethan.

Lena no contesto. De hecho, Sibyl siempre le decia lo mismo. Y como siempre, pensar en su hermana le hizo sentir ganas de llorar. Bajo la vista y empezo a girar el cafe en la taza para ver como se agarraba a los lados.

Levanto la mirada cuando considero que ya habia disimulado bastante sus sentimientos. Ethan la habia llevado a uno de los nuevos cafes de moda de las afueras del campus. El local era pequeno, pero incluso a esa hora del dia estaba abarrotado. Lena se giro, pensando que Jeffrey estaria alli, observandola. Aun sentia su colera, pero lo que mas le dolia era la manera en que el la habia mirado, como si hubiera cometido un delito. Dejar de ser poli era una cosa, pero obstruir una investigacion -quizas incluso estar implicada y mentir acerca de ello- la incluia en la lista negra de Jeffrey. A lo largo de los anos Lena habia agotado su cupo de cabrear a Jeffrey, pero ese dia sabia, sin duda alguna, que acababa de perder lo unico por lo que habia luchado: su respeto.

Al pensar en ello, un sudor frio le recorrio el cuerpo. ?Realmente Jeffrey la consideraba sospechosa? Lena le habia visto trabajar muchas veces, pero nunca habia sido la interrogada. Sabia la facilidad con que un interrogatorio podia llevarte al calabozo, aunque solo fuera un par de noches, mientras Jeffrey elaboraba algun plan. Lena no podia pasar ni un solo segundo en una celda. Ser policia, incluso ex policia, y estar en la carcel era peligroso. ?En que pensaba Jeffrey? ?Que pruebas tenia? Era imposible que sus huellas estuvieran en el apartamento de Rosen. Ni siquiera sabia donde vivia el chico.

Ethan interrumpio sus pensamientos.

– Todo esto es por la chica que apunalaron, ?verdad?

Ella le miro y le pregunto:

– ?Que estamos haciendo aqui?

A Ethan parecio sorprenderle la pregunta.

– Solo queria hablar contigo.

– ?Por que? -pregunto ella-. ?Porque leiste un articulo en el periodico? ?Te fascina el hecho de que me violaran?

Ethan miro nervioso a su alrededor, probablemente porque Lena habia levantado la voz. Ella penso en bajar un poco el volumen, pero todos los que estaban en el local sabian lo de su violacion. No podia comprarse una Coca-Cola en el cine sin que el capullo que estaba tras el mostrador le mirara las cicatrices de las manos. Nadie queria hablar de ello con Lena, pero les encantaba comentarlo con cualquiera a sus espaldas.

– ?Que quieres saber? -le pregunto Lena, intentando mantener un tono de conversacion-. ?Estas haciendo algun trabajo para la facultad?

Ethan intento tomarselo a broma.

– Eso es para los de sociologia. Yo me dedico a la ciencia de los materiales. Polimeros. Metales. Amalgamas. Tribomateriales.

– A mi me clavaron al suelo con clavos. -Lena le enseno las manos, dandoles la vuelta para que pudiera apreciar que los clavos las habian atravesado de parte a parte. De haber estado descalza, tambien le habria ensenado los pies-. Me drogo y me violo durante dos dias. ?Que mas quieres saber?

Ethan nego con la cabeza, como si eso fuera un malentendido.

– Solo queria invitarte a un cafe.

– Bueno, pues ya puedes borrarlo de tu lista -le dijo, apurando su taza.

El liquido caliente le quemo el pecho cuando dejo la taza sobre la mesa de golpe y se levanto para marcharse.

– Nos vemos.

– No.

Como un rayo, Ethan extendio el brazo y le apreto los dedos en torno a la muneca izquierda. El dolor fue insoportable. Los nervios de su brazo sufrieron unas bruscas sacudidas. Lena seguia de pie, manteniendo la expresion neutral aun cuando el dolor le revolvia el estomago.

– Por favor -dijo el, aprisionandole la muneca-. Quedate un minuto mas.

– ?Por que? -pregunto ella, intentando no levantar la voz. Si seguia apretandole la muneca, le romperia los huesos.

– No quiero que pienses que soy de esa clase de hombres.

– ?Que clase de hombre eres? -pregunto Lena, mientras bajaba la vista hacia la mano de Ethan.

El espero un instante antes de soltarle la muneca. Lena no pudo reprimir un leve grito ahogado de alivio. Dejo que la mano colgara junto a ella, sin verificar si los huesos o los tendones habian sido danados. La muneca le palpitaba a medida que la sangre volvia a circularle, pero no le dio a Ethan la satisfaccion de bajar los ojos.

– ?Que clase de hombre eres? -repitio Lena.

La sonrisa de el no era ni mucho menos tranquilizadora.

– De los que les gusta hablar con una chica guapa.

Ella solto una sonora carcajada y miro a su alrededor. En los ultimos minutos, el cafe habia empezado a vaciarse. El hombre que estaba detras del mostrador los observaba con detenimiento, pero cuando Lena le miro a los ojos, volvio la mirada hacia la cafetera que estaba limpiando.

– Vamos -dijo Ethan-. Sientate.

Lena se lo quedo mirando.

– Siento haberte hecho dano.

– ?Que te hace pensar que me has hecho dano? -pregunto ella, aunque aun le palpitaba la muneca.

Doblo la mano, para comprobar si estaba bien, pero el dolor se lo impidio. Le haria pagar por eso. Ese tipo no iba a hacerle dano y salir indemne.

– No quiero que te enfades conmigo -dijo Ethan.

– No te conozco -afirmo Lena-. Y por si no te has dado cuenta, tengo problemas, asi que gracias por el cafe, pero…

– Yo conocia a Andy.

Lena recordo que Jeffrey habia dicho que ella estuvo en el apartamento de Andy. Intento estudiar la expresion de Ethan para saber si mentia, pero le fue imposible. Recordo la amenaza de Jeffrey.

– ?Que sabes de Andy? -pregunto.

– Sientate -dijo Ethan, y fue mas una orden que una peticion.

– Te oigo perfectamente desde aqui.

– No voy a seguir hablando contigo si te quedas de pie -dijo el. Se sento y espero.

Lena se quedo junto a la silla, evaluando sus opciones. Ethan era estudiante. Lo mas seguro es que estuviera al corriente de mas habladurias que ella. Si conseguia alguna informacion para Jeffrey acerca de Andy, a lo mejor reconsideraria sus absurdas acusaciones. Lena sonrio para sus adentros al imaginar que le daba a Jeffrey las claves para resolver el caso. El le habia dejado claro que ya no era policia. Haria que Jeffrey lamentara haberla dejado marchar.

– ?Por que sonries? -pregunto Ethan.

– No es por ti -dijo Lena, dandole la vuelta a la silla.

Se sento con las manos colgando sobre el respaldo, aun cuando a causa de la presion le parecia que la muneca le quemaba por dentro. Habia algo seductor en controlar la intensidad de su dolor. Para variar, la hacia sentirse fuerte.

Dejo la mano colgando, sin hacer caso del dolor.

– Cuentame lo que sabes de Andy.

Ethan parecio pensar en algo que contarle, aunque al final tuvo que admitir:

– No gran cosa.

– Me estas haciendo perder el tiempo.

Lena hizo ademan de ponerse en pie, pero el volvio a extender la mano para detenerla. Esta vez no la toco, pero el recuerdo del dolor fue suficiente para que se quedara sentada.

– ?Que sabes? -pregunto Lena.

– Conozco a alguien que era muy buen amigo suyo. Un amigo intimo.

– ?Quien?

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