Los huesos no solo estaban rotos, estaban pulverizados.

Se oyo cerrarse una serie de portezuelas.

– Mierda -susurro Jeffrey.

Segundos mas tarde, Chuck Gaines descendia hacia el cauce, la camisa de su uniforme de seguridad color tostado tensa en el pecho. Sara conocia a Chuck desde la escuela primaria, donde el siempre se metia con ella de manera inmisericorde, ya fuera por su estatura, por sus buenas notas o su cabello pelirrojo, y le alegraba tanto verlo ahora como cuando, muchos anos atras, jugaban juntos en el patio.

Lena Adams estaba junto a Chuck, y llevaba un uniforme identico, pero, como era menuda, le quedaba al menos dos tallas grandes. Se sujetaba los pantalones con ayuda de un cinturon, y, con sus gafas de sol de aviador y el pelo remetido bajo una gorra de beisbol de visera ancha, parecia un nino vestido con las ropas de su padre, sobre todo cuando perdio pie en el terraplen y cayo, bajando de culo el resto del camino.

Frank acudio en su ayuda, pero Jeffrey le detuvo con una mirada de advertencia. Lena habia sido detective - uno de ellos hasta hacia siete meses. Jeffrey no la habia perdonado por haberse ido, y estaba decidido a asegurarse de que nadie mas bajo su mando la imitara.

– Maldita sea -dijo Chuck, bajando los ultimos pasos al trote.

Un leve brillo de sudor le cubria el labio, a pesar de que el dia era fresco, y tenia el rostro congestionado por el esfuerzo de descender el terraplen. Chuck era extremadamente musculoso, pero parecia poco saludable. Siempre sudaba, y una fina capa de grasa hacia que su piel pareciera tensa e hinchada. Tenia la cara redonda, lunar, y los ojos demasiado grandes. Sara no sabia si era por tomar esteroides o por hacer pocos levantamientos de pesas, pero parecia como si fuera a darle un infarto de un momento a otro.

Chuck le lanzo a Sara un guino seductor.

– Hola, Red -le dijo antes de extender su mano carnosa hacia Jeffrey-. ?Que hay de nuevo, jefe?

– Chuck -dijo Jeffrey, estrechandole la mano a reganadientes. Le dirigio una rapida mirada a Lena, y a continuacion regreso a la escena del crimen-. Informaron del suceso hace una hora. Sara acaba de llegar.

– ?Que hay, Lena? -pregunto Sara.

Lena hizo un leve movimiento de cabeza, pero Sara fue incapaz de leer su expresion tras sus gafas oscuras. Era obvio que Jeffrey desaprobaba que la saludara y, de haber estado solos, Sara le habria dicho lo poco que le importaba su opinion.

Chuck dio una palmada, como para imponer su autoridad.

– ?Que tenemos aqui, Doc?

– Probablemente un suicidio -respondio Sara, intentando recordar cuantas veces le habia dicho a Chuck que no la llamara «Doc».

Probablemente tantas como le habia dicho que no la llamara «Red».

– ?Si? -pregunto Chuck, alargando el cuello-. ?No te da la impresion de que lo han toqueteado un poco? - Chuck indico la parte inferior del cuerpo-. A mi me lo parece.

Sara se reclino sobre los talones, sin responder. Volvio a mirar a Lena, preguntandose como lo aguantaba. Lena habia perdido a una hermana hacia un ano, y habia pasado un infierno durante la investigacion. Aun cuando se le ocurrian muchas cosas que no le gustaban de Lena Adams, no le deseaba a nadie la compania de Chuck Gaines.

Chuck parecio darse cuenta de que nadie le prestaba atencion. Volvio a dar otra palmada y ordeno:

– Adams, compruebe los alrededores. A ver si puede husmear algo.

Sorprendentemente, Lena asintio y echo a andar corriente abajo.

Sara levanto la vista hacia el puente, haciendo visera con la mano.

– Frank, ?puedes subir hasta ahi y ver si hay una nota o algo?

– ?Una nota? -repitio Chuck.

Sara se dirigio a Jeffrey.

– Imagino que salto del puente -dijo-. Cayo de pie. Sus zapatos se hundieron en el suelo. El impacto le bajo los pantalones y le rompio casi todos, si no todos, los huesos de los pies y las piernas. -Miro la etiqueta de la parte posterior de sus tejanos para comprobar la talla-. Eran holgados, y desde esa altura la fuerza seria considerable. Imagino que la sangre es de los intestinos al desgarrarse. Se puede ver que parte del recto se le salio y se separo del ano.

Chuck solto un silbido por lo bajo, y Sara, antes de poder reprimirse, le lanzo una mirada. Vio moverse sus labios mientras leia el epiteto racial del puente. Chuck le dedico una sonrisa zafia y alegre antes de preguntarle:

– ?Como esta tu hermana?

Sara vio como Jeffrey apretaba los dientes y tensaba la mandibula. Devon Lockwood, el padre del bebe de Tessa, era negro.

– Esta bien, Chuck -respondio Sara, obligandose a no morder el anzuelo-. ?Por que lo preguntas?

Chuck le sonrio de nuevo, asegurandose de que ella le veia mirar hacia el puente.

– Por nada.

Sara siguio observando a Chuck, consternada de lo poco que habia cambiado desde el instituto.

– Esta cicatriz del brazo -interrumpio Jeffrey-. Parece reciente.

Sara se obligo a mirar el brazo de la victima. La colera le formo un nudo en la garganta al responder:

– Si.

– ?Si? -repitio Jeffrey, interrogativamente.

– Si -dijo Sara, haciendole saber que era capaz de librar sus propias batallas. Inhalo profundamente, para calmarse, antes de decir-: Mi suposicion es que fue deliberada, siguiendo la arteria radial. Debieron de llevarlo al hospital.

Chuck de pronto se intereso por los progresos de Lena.

– ?Adams! -le grito-. Compruebe en esa direccion.

Le hizo una sena de que se alejara del puente, en direccion opuesta a la que habia seguido hasta ese momento.

Sara puso las manos en las caderas del muchacho y pregunto a Jeffrey:

– ?Puedes ayudarme a darle la vuelta?

Mientras esperaba a que Jeffrey se pusiera unos guantes, Sara miro en direccion a la linea de arboles en busca de Tessa. No habia rastro de ella. Por una vez Sara se alegro de que Tessa estuviera en el coche.

– Listo -dijo Jeffrey, con las manos sobre los hombros del cadaver.

Sara conto hasta tres y le dieron la vuelta con mucho cuidado.

– ?Oh, joder! -chillo Chuck, y su voz subio tres octavas. Reculo rapidamente, como si el cadaver se hubiera incendiado de pronto. Jeffrey se irguio de inmediato, con una expresion de horror. Matt emitio lo que sono como una arcada seca mientras se volvia para darles la espalda.

– ?Vaya! -exclamo Sara, a falta de algo mejor que decir.

La parte inferior del pene de la victima estaba completamente despellejada. Un faldon de piel de diez centimetros colgaba separado del glande, y una serie de pendientes en forma de pesas desgarraban la piel a intervalos escalonados.

Sara se arrodillo junto al area pelvica para examinar el destrozo. Oyo que alguien sorbia aire a traves de los dientes cuando devolvio la piel a su posicion normal, estudiando los bordes irregulares alli donde la carne se habia separado del organo. Jeffrey fue el primero en hablar.

– ?Que demonios es eso?

– Piercings -dijo-. Se le llama escalera del frenillo. -Sara indico los aretes metalicos-. Pesan bastante. El impacto debio de bajarle la piel como si fuera un calcetin.

– Joder -volvio a murmurar Chuck, mirando abiertamente el desgarro.

Jeffrey no creia lo que veia.

– ?Se lo hizo el?

Sara se encogio de hombros. Los piercings en los genitales eran poco corrientes en Grant County, pero Sara habia visto en la clinica suficientes infecciones provocadas por piercings para saber que tambien alli algunos los llevaban.

– Cristo -murmuro Matt, dando una patada en el suelo, aun de espaldas a ellos.

Sara indico un fino aro de oro prendido a la nariz del muchacho.

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