– ?El que?
– Ojala pudiera decirtelo. Igual que lo de Rosen. No hay nada concreto que pueda senalar.
Sara se acordo de Tessa, aun en la cama del hospital. Todavia podia oir las palabras de su hermana, ordenandole que encontrara a la persona que les habia hecho eso. La foto de la habitacion de Schaffer le trajo algo a la memoria. Cuando Tessa se fue a estudiar a Vassar, la acompano en coche para ayudarla a instalarse. La habitacion de Tessa en el colegio mayor estaba decorada con el mismo estilo que la de Schaffer. Posteres de la Federacion de la Flora y Fauna Mundial y de Greenpeace clavados en las paredes junto con fotos de hombres arrancadas de algunas revistas. Sobre uno de los escritorios, un calendario con las fechas importantes senaladas en rojo. Lo unico que no habia en el escritorio de Tessa eran los utensilios de limpiar escopetas.
Sara volvio al informe. Sabia que leer sin las gafas le daria dolor de cabeza, pero queria tener la sensacion de estar haciendo algo. Cuando acabo de repasar toda la informacion que Jeffrey habia recogido sobre la muerte de Ellen Schaffer, tenia la cabeza como un bombo y el estomago revuelto por haber leido yendo en coche.
– ?Que opinas? -le pregunto Jeffrey.
– Creo… -comenzo Sara, mirando la carpeta cerrada-. No lo se. Las dos muertes podrian ser un montaje. Supongo que a Schaffer pudieron cogerla por sorpresa. Quiza primero la golpearon en la nuca. Tampoco es que ahora sepamos donde esta la nuca.
Sara saco varias fotos y las ordeno a grosso modo.
– La chica estaba en el sofa. A lo mejor la pusieron alli. O puede que se echara ella sola. El brazo no le llegaba al gatillo, asi que uso el pie. No es algo tan inusual. A veces la gente usa perchas. -Le echo otro vistazo al informe, releyendo las notas de Jeffrey acerca de la discrepancia de calibre entre la escopeta y la municion-. ?No sabia lo peligroso que era utilizar municion de otro calibre?
– Hable con su instructor. Segun el, manejaba el arma con mucho cuidado. Jeffrey hizo una pausa-. Para empezar, ?por que Grant Tech tiene un equipo de tiro al blanco femenino?
– Titulo Noveno -le explico Sara, refiriendose a la legislacion que obligaba a las universidades a ofrecer a las mujeres el acceso a los mismos deportes que los hombres.
Si esa politica hubiera estado en vigor cuando Sara estaba en el instituto, el equipo de tenis femenino al menos habria podido practicar en la pista del colegio. Pero como no era asi, se veian obligadas a jugar a fronton en el gimnasio… y solo cuando el equipo masculino de baloncesto no se entrenaba.
– Me parece estupendo que tengan la oportunidad de aprender un deporte nuevo -dijo Sara.
Para su sorpresa, Jeffrey concedio:
– El equipo es bastante bueno. Han ganado todo tipo de competiciones.
– Por lo que la gente que sabia que estaba en el equipo tambien sabria que tenia una escopeta.
– Puede.
– ?Y que la guardaba en el dormitorio?
– Las dos la guardaban -dijo Jeffrey-. Su companera de cuarto tambien estaba en el equipo.
Sara se puso a pensar en la escopeta.
– ?Habeis sacado las huellas?
– Las saco Carlos -contesto Jeffrey, previendo su siguiente pregunta-. Las de Schaffer estan en el canon, la recamara y lo que queda del cartucho.
– ?Solo un cartucho? -pregunto Sara.
Por lo que sabia, una escopeta de carga inferior llevaba un cargador de tres cartuchos. Cuando cargabas el de delante, otro se colocaba en la recamara para que el arma fuera de repeticion.
– Si -le dijo Jeffrey-. Un cartucho, y de un calibre distinto al del arma; el reductor de tiro al plato estaba enroscado para que el canon fuera mas estrecho.
– ?Coincide el dedo del pie con la huella del gatillo?
– Ni se me ocurrio comprobarlo -admitio Jeffrey.
– Lo comprobaremos antes de la autopsia -dijo Sara-. ?Crees que alguien pudo obligarla a cargar la escopeta, quizas alguien que no sabia mucho de armas?
– Habia muchas posibilidades de que el primer cartucho se quedara encasquillado en el canon. De no haber tenido otro en el cargador, eso le habria concedido a Schaffer un poco de tiempo. Quizas incluso a darle la vuelta al arma y utilizarla para golpear al tipo.
– Y el cartucho, ?no explotaria dentro del canon?
– No necesariamente. De haber tenido lleno el cargador, el segundo cartucho habria golpeado al primero, y los dos habrian explotado cerca de la recamara.
– Quiza por eso solo metio un cartucho -dijo Sara. -O era muy lista o muy estupida.
Sara siguio mirando las fotos. Tenia muchos casos de suicidio, y ese no tenia nada de particular. Si Andy Rosen no hubiera muerto el dia antes, y Tessa no hubiera sido herida, ahora no se estarian haciendo esas preguntas. Ni el aranazo que Andy tenia en la espalda habria sido suficiente para justificar que se abriera una investigacion completa.
– ?Que los relaciona? -pregunto Sara.
– No lo se -dijo Jeffrey-. Tessa es el comodin. Schaffer y Rosen tienen en comun la clase de arte, pero eso es…
– ?Ese apellido es judio? -le interrumpio Sara-. Schaffer, quiero decir.
– Rosen lo es -dijo Jeffrey-. De Schaffer ya no estoy tan seguro.
Sara sintio que la desazon se apoderaba de ella cuando intuyo una posible conexion.
– Andy Rosen es judio. Ellen Schaffer podria serlo. Tessa sale con un negro. No solo sale, sino que espera un hijo de el.
– ?Que estas diciendo? -pregunto Jeffrey, aunque Sara sabia que estaba siguiendo su hipotesis.
– Andy o fue empujado o salto de un puente en el que habia una pintada racista hecha con aerosol.
Jeffrey se quedo con la mirada fija en la carretera, sin hablar durante al menos un minuto.
– ?Crees que esa es la relacion?
– No lo se -respondio Sara-. Habia una esvastica en el puente.
– Y decia: «Die Nigger» -senalo Jeffrey-. No se referia a los judios. -Tamborileo con los dedos sobre el volante-. Si queria decir algo en contra de Andy por ser judio, habria sido mas especifico. Habria dicho: «Die Jews».
– ?Y que me dices de la estrella de David que encontraste en el bosque?
– Tal vez Andy cruzo el bosque y se le cayo antes de saltar. No tenemos nada que relacione eso con el agresor de Tessa. -Hizo una pausa-. Sin embargo, si es verdad que Rosen y Schaffer son nombres judios. Esa podria ser una relacion.
– Hay muchos judios en el campus.
– Cierto.
– ?Crees que esa pintada significa que hay un grupo de supremacia blanca actuando en la universidad?
– ?Quien si no iba a pintar esa mierda cerca de la facultad?
Sara intento encontrar algun fleco en su propia teoria.
– El puente no ha sido pintado hace tiempo.
– Puedo preguntar por ahi, pero no, no creo que esa pintada tenga mas de dos semanas.
– ?De modo que estamos diciendo que hace dos semanas alguien pinto la esvastica y esa porqueria en el puente, sabiendo que ayer empujaria a Andy Rosen al vacio y que luego apareceria yo y llevaria a Tessa hasta alli y que tendria ganas de orinar y la apunalarian en el bosque?
– Ha sido tu teoria -le recordo Jeffrey.
– No dije que fuera buena -admitio Sara. Se froto los ojos y dijo-: Estoy tan cansada que apenas puedo ver con claridad.
– ?Quieres intentar dormir?
Lo intento, pero solo pensaba en Tessa, y en lo unico que le habia pedido cuando desperto: que encontrara al hombre que le habia hecho eso.
– Abandonemos la teoria racista -dijo Sara-. Digamos que los dos fueron un montaje para que parecieran suicidios. ?Crees que es mejor ocultar el hecho de que dos estudiantes han sido asesinados?
– ?Te digo la verdad? -pregunto Jeffrey-. No lo se. No quiero darles falsas esperanzas a los padres, y no quiero que cunda el panico en el campus. Y si se trata de asesinatos, cosa de la que no estamos seguros, a lo