observaba a un grupo de chavales en el aparcamiento del sindicato de estudiantes, se trago el Motrin sin agua, y se puso a toser porque se le desvio por el conducto equivocado.
– ?Te encuentras bien? -le pregunto Ethan.
– Si -dijo ella, golpeandose el pecho con la mano.
– ?Estas cogiendo frio?
– No -contesto Lena, tosiendo-. ?A que hora empieza esa fiesta?
– Ya deberia estar en marcha.
Se dirigio hacia un sendero que surgia entre dos arbustos. Lena sabia que era un atajo que cruzaba el bosque y desembocaba en los colegios mayores del oeste del campus, pero no queria meterse por ahi de noche, ni con luna llena.
Ethan se volvio al ver que ella no le seguia:
– Por aqui llegaremos antes.
Por razones obvias, Lena se mostraba reacia a seguir a alguien hacia una zona oscura y apartada. A primera vista, Ethan parecia lamentar haberle hecho dano, pero Lena ya habia descubierto que su temperamento era tornadizo.
– Vamos -dijo Ethan, en tono de broma-. No tendras miedo de mi, ?verdad?
– Que te den -dijo Lena, obligandose a andar.
Se llevo la mano al bolsillo de atras, con la esperanza de que semejara un movimiento fortuito. Sus dedos rozaron la navaja de diez centimetros, y se sintio mas segura sabiendo que estaba ahi.
Ethan aminoro el paso para que ella pudiera ir a su lado y le pregunto:
– ?Llevas mucho tiempo trabajando aqui?
– No.
– ?Cuanto?
– Unos meses.
– ?Te gusta tu trabajo?
– Es un trabajo.
Ethan parecio captar el mensaje y siguio caminando. Pero volvio a rezagarse unos minutos despues. Lena veia la sombra de su cara, pero no podia leer su expresion. Parecio sincero al decir:
– Siento que no te gustara la pelicula.
– No es culpa tuya -dijo Lena, aunque el habia elegido una pelicula francesa subtitulada.
– Pense que te gustaria este tipo de peliculas.
Lena se pregunto si habia habido alguien en la historia universal que pudiera estar mas equivocado.
– Cuando tengo ganas de leer -dijo-, cojo un libro.
– ?Lees mucho?
– No mucho -dijo Lena, aunque ultimamente se habia enganchado a las novelas de amor nonas de la biblioteca de la facultad. Lena escondia los libros detras del estante para los periodicos para que nadie los sacara antes de que ella los hubiera acabado. Se habria cortado el cuello antes de permitir que Nan Thomas se enterara de la basura que leia.
– ?Y las peliculas? -insistio Ethan a pesar de las laconicas respuestas de Lena-. ?Que peliculas te gustan?
Lena intento no parecer enfadada.
– No lo se, Ethan. Las que tienen pies y cabeza.
El muchacho capto la indirecta y se callo. Lena miraba al suelo, procurando no tropezar. Aquella noche se habia puesto sus botas camperas, y no estaba acostumbrada a andar con tacones, aunque fueran bajos. Vestia tejanos y una camisa verde oscura abotonada hasta abajo, y se habia aplicado un poco de lapiz de ojos como concesion a salir al mundo real. Se habia dejado el pelo suelto para que Ethan se enterara de lo poco que le importaba su opinion.
Ethan vestia unos tejanos holgados, pero seguia llevando manga larga, esta vez una camiseta negra. Ella sabia que no era la misma camiseta de antes, porque le llegaba el olor a detergente de lavanderia, con un toque de lo que parecia colonia almizclada. Unas botas de trabajo con puntera de acero y aspecto industrial completaban el conjunto, y Lena se dijo que si lo perdia en el bosque, podria seguirle el rastro gracias a la profunda huella que dejaban las suelas en la tierra.
Al cabo de pocos minutos llegaron a un claro que habia detras del colegio mayor de los chicos. Grant Tech era bastante anticuado, y solo una de las residencias era mixta, pero, al tratarse de una universidad, los estudiantes habian encontrado una manera de saltarse las reglas, y todo el mundo sabia que Mike Burke, el profesor responsable de la residencia de chicos, estaba sordo como una tapia, y era bastante improbable que oyera a las chicas que entraban y salian furtivamente a todas horas. Lena se dijo que aquella noche debian de haberle robado el sonotone y encerrado al profesor en un armario, pues la musica procedente del edificio sonaba tan fuerte que el suelo temblaba bajo sus pies.
– Esta semana el doctor Burke esta en casa de su madre -le explico Ethan, con una sonrisa-. Ha dejado su numero por si le necesitamos.
– ?Esta es tu residencia?
Ethan asintio mientras caminaba hacia el edificio.
Lena le detuvo, levantando la voz por encima de la musica para decirle:
– Cuando estemos ahi dentro tratame como si fuera tu acompanante, ?entendido?
– Eso es lo que eres, ?o no?
Lena le dirigio una mirada que espero respondiera a su pregunta.
– Venga.
Ethan echo a andar de nuevo y ella le siguio.
Mientras se acercaban a la residencia, a Lena el ruido se le hizo insoportable. Todas las luces del edificio estaban encendidas, incluyendo las de las habitaciones del piso superior, reservadas para el director del colegio. La musica era una mezcla entre tecno europeo y acid jazz con unas gotas de rap, y Lena se imagino que los oidos comenzarian a sangrarle en cualquier momento a causa del nivel de decibelios.
– ?No les preocupa que vengan los de seguridad? -pregunto Lena.
Ethan sonrio ante la pregunta, y ella fruncio el ceno, admitiendo que era una suposicion absurda. Casi todas las mananas, cuando aparecia en el trabajo, se encontraba al que hubiera estado de turno por la noche acostado en el camastro de la habitacion de atras, tapado con una manta hasta la barbilla, y con senales de baba en el almohadon de haber estado durmiendo toda la noche. Sabia que aquella noche Fletcher estaba de guardia. De todos los vigilantes nocturnos, era el peor. En los escasos meses que Lena llevaba trabajando alli, Fletcher no habia anotado ni un incidente en su cuaderno. Naturalmente, muchos delitos nocturnos quedaban sin denunciar o pasaban desapercibidos a causa de la oscuridad. Lena habia leido en un panfleto informativo que menos del cinco por ciento de todas las mujeres violadas en los campus universitarios informaban de la agresion a la policia. Alzo los ojos hacia el colegio mayor, preguntandose si alguna muchacha estaria siendo violada en ese momento.
– ?Hey, Green!
Un joven que era un poco mas alto y recio que Ethan le lanzo el puno contra el hombro. Ethan devolvio el golpe e intercambiaron un complicado apreton de manos que casi parecia una de esas antiguas danzas surenas.
– Lena -dijo Ethan, forzando la voz para que se oyera por encima de la musica-. Este es Paul.
Lena esbozo su mejor sonrisa, preguntandose si ese seria el amigo de Andy Rosen.
Paul la miro de arriba abajo, para comprobar si tenia un polvo. Ella hizo lo mismo, y le hizo saber por la expresion de su rostro que no cumplia sus exigencias. Era un guapo insulso, como muchos de esos adolescentes que solo han puesto un pie en la edad adulta. Llevaba una visera amarilla al reves, y una mata de pelo rubio descolorido y muy corto asomaba en la coronilla. Llevaba un chupete de nino y un punado de amuletos que parecian de la coleccion de la senorita Pepis colgando de una cadena de metal verde. Vio que ella contemplaba sus abalorios y se llevo el chupete a la boca, chupandolo sonoramente.
– Que hay -dijo Ethan dandole un punetazo en el hombro a Paul, comportandose como si fueran colegas-. ?Donde esta Scooter?
– Dentro -dijo Paul-. Probablemente intentando que quiten esta mierda de musica para negros.
Hizo una pose, moviendo las manos al ritmo de la musica. Lena se puso tensa al oir la manera en que dijo «para negros», pero procuro disimularlo. Pero no lo debio conseguir, porque Paul le pregunto: