Jeffrey sentia curiosidad, pero no hizo la pregunta obvia.

– Enhorabuena. Tenias razon en lo del tatuaje -dijo a Carlos.

Carlos sonrio, algo que nunca hacia cuando Sara le felicitaba. Sara se ato el cordon de la bata en torno a la cintura y se acerco a la caja de luz para mirar las radiografias que Carlos le habia sacado a William Dickson. Tras asegurarse de haber observado detenidamente cada placa, volvio junto al cadaver.

La balanza que colgaba a un lado de la mesa se mecia en la brisa y, aunque a Carlos nunca se le olvidaba, Sara comprobo que estuviera a cero. Brock habia dicho que llegaria en un momento, pero aun no habia aparecido. Sara no queria empezar la autopsia hasta que el se hubiera ido.

– Hare un examen superficial mientras llega Brock -dijo.

Se puso un par de guantes y aparto la sabana, exponiendo el cadaver de William Dickson a la fuerte luz que habia sobre sus cabezas. En su cuello se veia, perfectamente impresa, la marca del cinturon. Aun tenia la mano izquierda en torno al pene.

Sara pregunto a Jeffrey:

– ?Era zurdo?

– ?Importa?

– ?Ah, no? -pregunto Sara, sorprendida.

No es que hubiera pensado en ello antes, pero siempre habia imaginado que los hombres utilizaban su mano dominante. Jeffrey aparto la mirada cuando Sara aparto la mano de Dickson de su pene. Los dedos seguian curvos, pero el rigor mortis se iba disipando lentamente de la parte superior del cuerpo, donde habia comenzado. Las puntas de sus dedos eran de un morado oscuro, y en el pene se apreciaba claramente donde habia estado la mano.

– ?Ay! -susurro Carlos, y fue la primera vez que Sara le oyo comentar alguno de sus hallazgos.

Estaba observando el pronunciado color corcho de las protuberancias bilaterales que habia en torno a los testiculos.

– ?Eso son heridas de cuchillo? -pregunto Jeffrey.

– Yo diria que son quemaduras electricas -dijo Sara, reconociendo el color-. Recientes, probablemente de los ultimos dias. Eso explicaria el cable electrico que habia junto a la cama. -Cogio un hisopo y lo apreto contra la quemadura, sacando un pegote viscoso que parecia pomada. Lo olio y dijo-: Huele a vaselina. Carlos le acerco una bolsa para meter el hisopo.

– ?Se utiliza vaselina en las quemaduras? -pregunto Jeffrey.

– No, pero teniendo en cuenta su botiquin, no me sorprenderia que fuera de esos que leen los prospectos. - Estudio las quemaduras-. Tal vez utilizaba la vaselina como lubricante.

Carlos y Jeffrey intercambiaron una mirada de desacuerdo.

– Probablemente utilizaba Balsamo de Tigre -dijo Jeffrey-. Tenia un tarro junto a la tele.

Sara recordo el tarro de la foto, pero no le habia dicho nada.

– ?Eso no se utiliza para los musculos doloridos?

Ninguno de los dos hombres contesto, y Sara paso a las quemaduras.

– Puede que utilizara la estimulacion electrica para llegar al orgasmo.

– Eso no es lo primero que se me ocurriria para estimularme -dijo Jeffrey.

– Se chutaba metanfetamina pura -dijo Sara-. Dudo que pensara con mucha claridad. -Le pregunto a Carlos-: ?Puedes ayudarme a darle la vuelta?

Carlos se puso unos guantes, y entre los dos colocaron a Dickson boca abajo. Las nalgas del difunto mostraban una pronunciada lividez, y se veia una larga marca horizontal en la espalda, en la zona que habia permanecido contra la cama.

Sara examino a William Dickson de pies a cabeza, sin estar muy segura de que buscaba. Finalmente encontro algo digno de senalar.

– Tiene cicatrices en torno al ano -dijo a Jeffrey, que miraba hacia los fregaderos.

– ?Era homosexual? -pregunto Jeffrey.

– No necesariamente -dijo Sara, sacandose los guantes. Fue a buscar otro par y dijo-: No hay manera de saber cuando ni como se lo hizo. Hay heterosexuales a los que les van estas cosas.

Jeffrey irguio los hombros como diciendo «No a este heterosexual que tienes delante».

– Si era homosexual, podrian haberlo matado simplemente por serlo.

– ?Tienes alguna otra prueba de que fuera homosexual?

– Nadie esta diciendo que lo fuera.

– ?Que me dices de la cinta que estaba mirando?

– Hetero -concedio Jeffrey.

– A lo mejor podrias volver y buscar algun tipo de artilugio que pudiera utilizar. Considerando sus otros gustos, no me sorprenderia que tuviera algun consolador anal o…

Jeffrey la interrumpio.

– ?Algo parecido a un chupete rojo y gigante?

Sara asintio y el fruncio el ceno, probablemente recordando haberlo tocado.

Sara volvio al trabajo. Tomo fotos de lo que habia encontrado, y a continuacion le pidio a Carlos que volviera a girar el cadaver. La carne se le estaba aflojando, pero el rigor mortis aun lo hacia dificil de manejar.

Sara repitio el examen en la parte delantera del cuerpo de Dickson, comprobando cada recodo y grieta. Tenia la mandibula lo bastante floja como para que pudiera abrirsela, pero no vio nada que obstruyera la via respiratoria. El surco que le rodeaba el cuello y las petequias que le moteaban la piel en torno a sus ojos inyectados en sangre eran propios de la estrangulacion. Sara le dijo a Jeffrey.

– La presion contra las arterias carotidas, que llevan sangre oxigenada al cerebro, provocaria una hipoxia cerebral transitoria. Se tarda entre diez y quince segundos en perder la conciencia a causa de la oclusion.

– En cristiano -dijo Jeffrey.

– El objetivo es impedir el flujo de sangre a la cabeza a fin de incrementar el placer de la masturbacion. O bien calculo mal o se entusiasmo tanto que se desmayo a causa de la perdida de sangre, o la metanfetamina le dio un bajon muy fuerte… -Sara guardo silencio, sabiendo que Jeffrey estaba considerando todas las posibilidades. Despues anadio-: Comprobare los cartilagos hioides y tiroides cuando le abra el cuello, pero dudo que esten aplastados. Me parece que, entre el gancho y el acolchado del cinturon, sabia lo que estaba haciendo.

– Parece -repitio Jeffrey, pero Sara no compartia su escepticismo.

– Supongo que podemos empezar -dijo Sara, pensando que un examen interno le proporcionaria un material mas concluyente.

– ?No quieres esperar a Brock?

– Probablemente algo le ha retenido -lo disculpo Sara-. Empecemos, ya haremos una pausa cuando llegue.

Sara puso en marcha el dictafono y procedio con la autopsia de William Dickson, enumerando los hallazgos habituales, examinando cada organo y cada fragmento de piel bajo la lupa hasta que estuvo segura de que no podia hacer nada mas. A excepcion de un higado adiposo y un reblandecimiento del cerebro debido a la constante ingestion de drogas desde hacia mucho tiempo, no habia nada destacable en el muchacho, exceptuando la manera en que habia muerto.

Acabo el dictado con la misma conclusion que le habia comunicado antes a Jeffrey.

– La muerte se ha debido a la oclusion de las arterias carotidas con hipoxia cerebral.

Apago el microfono y se quito los guantes.

– Nada -resumio Jeffrey:

– Nada -coincidio Sara, poniendose otro par de guantes. Estaba cosiendo el pecho con un punto normal de pelota de beisbol cuando se oyo el montacargas que habia junto a las escaleras.

Carlos se marcho antes de que se abrieran las puertas.

– Hola, senora -dijo Brock, empujando una camilla de acero inoxidable hacia el interior del deposito-. Siento llegar tarde. De pronto aparecieron algunas personas de luto reciente y tuve que atenderlas. Le podria haber dicho a mama que llamara, pero ya sabeis. -Le sonrio a Jeffrey, a continuacion a Sara, incapaz de confesar que no podia confiar en su propia madre-. De todos modos, me figure que no perderiais el tiempo.

– No pasa nada -le aseguro Sara, acercandose al congelador.

– A este no me lo llevo -dijo Brock, senalando a Dickson-. Parker esta en Madison y los recogera.

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