lo humeda que estaba, lo mucho que su cuerpo le deseaba.
Ethan temblo por el esfuerzo de permanecer inmovil.
– Lena…
– Shhh… -le acallo.
– Lena…
A Ethan se le movio la nuez, y Lena le acerco los labios, la beso, la chupo. Luego los subio hasta la boca de Ethan y le dio un beso duro y profundo.
El intento soltarle las munecas, pero ella le agarro la mano. Queria seguir inmovilizada.
Ethan le suplico, como si eso fuera a servir de algo.
– Por favor… -dijo-. Asi no…
Lena cerro los ojos y arqueo el cuerpo hasta pegarlo al de el, y entonces empujo las caderas hasta penetrarla del todo.
MIERCOLES
12
Kevin Blake media la oficina a pasos, mirando su reloj cada dos minutos.
– Esto es horrible -dijo-. Esto es horrible.
Jeffrey se agito en su silla, fingiendo prestarle atencion. Habian pasado treinta minutos desde que Jeffrey dijera a Blake que Andy Rosen y Ellen Schaffer habian sido asesinados, y el decano no habia callado desde entonces. Pero no habia hecho una sola pregunta acerca de los estudiantes ni de la investigacion. Lo unico que le importaba era lo que iba a significar para la universidad, y, de rebote, para el.
Blake hacia aspavientos con las manos con mucho dramatismo.
– No hace falta que te lo diga, Jeffrey, pero este tipo de escandalos pueden hundir a una universidad.
Jeffrey se dijo que no supondria tanto el final de Grant Tech como el cese en el cargo de Kevin Blake. Aunque se le daba bien estrechar manos y pedir dinero, Kevin Blake era demasiado buena persona para dirigir una universidad como Grant Tech. Sus fines de semana de golf y sus comidas para recaudar fondos daban buenos resultados, pero le faltaba agresividad para buscar nuevas fuentes de financiacion para sus proyectos de investigacion. Jeffrey habria apostado sin pensarselo a que no duraba mas de un ano en el cargo. Seria desbancado por una mujer energica pero madura que empujara esa universidad hacia el siglo XXI.
– ?Donde esta ese idiota? -pregunto Blake, refiriendose a Chuck Gaines. Habian concertado una reunion a las siete, y Chuck ya llegaba veinte minutos tarde-. Tengo cosas importantes que hacer.
Jeffrey no expreso su opinion sobre el asunto. Consideraba que podria haber pasado media hora mas en la cama con Sara en lugar de esperar en el despacho de Blake a que se celebrara una reunion que probablemente seria tan tediosa como improductiva.
– Puedo ir a buscarle -se ofrecio Jeffrey.
– No -dijo Blake.
Cogio una pelota de golf de cristal de su escritorio. La arrojo al aire y la recogio. Jeffrey solto una exclamacion, como si estuviera impresionado, aunque nunca habia entendido el golf ni tenia paciencia para aprender.
– Este fin de semana participe en el torneo -dijo Blake.
– Si -repuso Jeffrey-. Lo lei en el periodico.
Debio de responder de forma adecuada, pues a Blake se le ilumino el rostro.
– Dos bajo par -dijo Blake-. Le di una buena paliza a Albert.
– Eso es estupendo -comento Jeffrey.
Se dijo que quiza no era prudente derrotar al presidente de un banco en ninguna area, y mucho menos jugando al golf. Aunque con Albert Gaines, Blake tenia la sarten por el mango. Siempre podia despedir a Chuck y hacer que su papi le encontrara otro empleo.
– Estoy seguro de que Jill Rosen se alegrara cuando se entere de lo que me has dicho.
– ?Por que lo dices? -pregunto Jeffrey.
Era consciente de que habia pronunciado el nombre de la mujer con rencor.
– ?No has visto el articulo del periodico? «Psiquiatra de la universidad no consigue echarle un cable a su hijo.» Por amor de Dios, que mal gusto, aunque…
– ?Aunque que?
– Oh, nada. -Agarro un palo de golf de la bolsa que habia en el rincon-. El otro dia Brian Keller me insinuo que pensaba dimitir.
– ?Y eso?
Blake lanzo un suspiro de exasperacion, retorciendo el palo que tenia en la mano.
– Lleva veinte anos chupando de la universidad, y ahora que por fin ha dado con algo importante que podria hacerle ganar un poco de dinero a la universidad, me dice que quiere dimitir.
– ?La universidad no es propietaria de la investigacion?
Blake solto un bufido ante la ignorancia de Jeffrey.
– Cuatro mentiras y sale del apuro y, si no es capaz de eso, todo lo que necesita es un buen abogado, que, con toda seguridad, cualquier compania farmaceutica del mundo le podra proporcionar.
– ?Y cual es su descubrimiento?
– Un antidepresivo.
Jeffrey se acordo del botiquin de William Dickson.
– En el mercado hay toneladas de antidepresivos.
– Esto es un secreto -dijo Blake, bajando la voz, aunque estaban solos-. Brian no ha soltado prenda. -Solto otra carcajada-. Probablemente por eso quiere sacar mas tajada, ese avaricioso cabron.
Jeffrey espero a que Blake contestara a su pregunta.
– Es un coctel farmacologico con una base de hierbas. Esa es la clave del marketing: hacer creer a la gente que es bueno para ellos. Brian afirma que no tiene ningun efecto secundario, pero eso es una chorrada. Hasta una aspirina tiene contraindicaciones.
– ?Su hijo lo tomaba?
Blake parecio alarmado.
– No encontrarias ningun parche en Andy, ?verdad? Un parche como los de nicotina. Asi era como se tomaba, a traves de la piel.
– No -admitio Jeffrey.
– Buf. -Blake se seco la frente con el dorso de la mano para exagerar su alivio-. Aun no estan a punto para probarlo con seres humanos, pero hace un par de dias Brian estuvo en Washington para mostrar sus datos a los jefazos. Estaban dispuestos a cerrarle el grifo en un pispas. -Blake bajo la voz-. Si quieres saber la verdad, yo tambien tome Prozac hace un par de anos. Aunque no note nada.
– Hay que ver -dijo Jeffrey, su expresion habitual para no decir nada.
Blake se inclino hacia el palo, como si estuviera en el campo de golf y no en su despacho.
– No menciono que Jill se fuera con el. Me pregunto si tienen problemas.
– ?Que clase de problemas podrian tener?
Blake describio un amplio arco con el palo y miro por la ventana, como si siguiera la trayectoria de la pelota.
– ?Kevin?
– Oh, ella se toma muchos dias libres. -Le dio la espalda a Jeffrey, inclinandose sobre el palo-. Creo que, en todos los anos que lleva aqui, no ha perdonado ni uno solo de los dias que le corresponden por enfermedad. Y dias de vacaciones. Mas de una vez hemos tenido que descontarle parte del sueldo por tomarse demasiados dias