– Quiero decirle algo. Ya he aceptado otro trabajo esta manana -le conte-, pero ocurre que entonces vi su anuncio. Vivo en la esquina de al lado. Pense que seria mas agradable trabajar en un lugar tan cercano a mi casa. Aparte, tengo la pintura como hobby. Pense que podria conseguir un descuento en algunos de los materiales que suelo usar.

– Los empleados tienen el 15 % de descuento. ?Cual es el nombre del ultimo sitio que le ha empleado?

– La compania Jones-Hammer, electricidad. Voy a supervisar su departamento de distribucion. Esta bajando la calle Alameda, justo debajo del matadero. Deberia presentarme a las 8 de la manana.

– Bueno, aun queremos entrevistar a algunos solicitantes mas.

– De acuerdo. No espero obtener este trabajo. Solo se me ocurrio probarlo porque me pilla muy cerca. Tienen mi numero de telefono en el impreso. Pero una vez que empiece a trabajar con la Jones-Hammer, no estaria bien que les diera planton.

– ?Esta usted casado?

– Si. Con un hijo. Un nino, Tommy, de 3 anos.

– De acuerdo, tendra noticias nuestras.

A las 6:30 de la tarde sono el telefono.

– ?Senor Chinaski?

– ?Si?

– ?Todavia desea el trabajo?

– ?Donde?

– En la compania Grafica Querubin de articulos para arte.

– Bien, si.

– Entonces presentese a las 8:30 de la manana.

74

Los negocios no parecian ir muy bien. Los envios eran pocos y reducidos. El jefe, Bud, vino hasta donde yo estaba, sentado en la mesa de despachos, fumandome un puro.

– Cuando las cosas esten tranquilas, puedes irte a tomar una taza de cale ahi a la esquina. Pero asegurate de estar de vuelta cuando vengan los camiones a recoger los pedidos.

– Claro.

– Y manten la cesta bien repleta de impresos de factura. Ten una buena provision de impresos.

– De acuerdo.

– Tambien manten los ojos alerta y cuida de que nadie entre por atras y nos robe cosas. Tenemos a un monton de zarrapastrosos merodeando por estos callejones.

– De acuerdo.

– ?Tienes suficientes etiquetas de FRAGIL?

– Si.

– No tengas miedo de poner un buen monton de etiquetas de FRAGIL en los paquetes. Y si sales, hazmelo saber. Rellena con paja y periodicos los paquetes con material bueno, especialmente las pinturas envasadas en cristal.

– Cuidare de todo.

– De acuerdo. Y cuando no haya nada que hacer, puedes salir fuera y tomarte una taza de cafe. Ahi esta el cafe de Montie. Tienen a una camarera con unas tetas de campeonato, tienes que verlas. Se pone blusas escotadas y todo el rato se esta agachando y la vision es algo memorable. Y la tarta de manzana es del dia.

– De acuerdo.

75

Mary Lou era una de las chicas que trabajaban en la oficina central. Mary Lou tenia estilo. Conducia un Cadillac de tres anos y vivia con su madre. Ligaba con miembros de la Filarmonica de Los Angeles, directores de cine, cameramans, abogados, inspectores de hacienda, ciruja nos, monstruos sagrados, ex-aviadores, bailarines de ballet y otras figuras de relieve como luchadores o futbolistas. Pero nunca se habia llegado a casar ni habia dejado jamas la oficina central de las Graficas Querubin, excepto alguna que otra vez para un polvete rapido con Bud en el lavabo de senoras, entre risitas, con la puerta cerrada y pensando que todos nos habiamos ido a casa. Tambien era bastante religiosa y le encantaba apostar a los caballos, pero preferiblemente con un asiento reservado y, preferiblemente en Santa Anita. Hollywood Park le parecia un picadero de pencos. Estaba desesperada y a la vez era selectiva y, en cierto modo, hermosa, pero no tenia detras a tantos hombres locos por ella como para tenerselo tan creido.

Una de sus tareas era traerme una copia de las ordenes de envio despues de haberlas mecanografiado. Los empleados cogian otra copia de las mismas ordenes de la cesta y las rellenaban cuando no estaban esperando clientes, luego yo las emparejaba antes de empaquetar el material. La primera vez que vino con las ordenes llevaba puesta una ajustada falda negra, zapatos de tacon, una blusa blanca y un panuelo dorado y negro alrededor del cuello. Tenia una nariz respingona muy atractiva, un trasero maravilloso y unas tetas cosa fina. Era una chica espigada. Con clase.

– Bud me ha dicho que eres pintor -me dijo.

– A ratos.

– Oh, me parece maravilloso. Tenemos a gente tan interesante trabajando aqui.

– ?Que quieres decir?

– Bueno, el hombre de la limpieza, por ejemplo, es un anciano; Maurice, se llama, y es frances. Viene una vez a la semana y limpia el almacen. Tambien pinta. Todas sus pinturas, pinceles y lienzos los compra aqui. Pero es bastante extrano. Nunca habla, solo mueve la cabeza y senala. Simplemente senala las cosas que quiere comprar.

– Uh, huh

– Es bastante extrano.

– Uh, huh.

– La semana pasada fui al lavabo de senoras y el estaba alli, fregando en la oscuridad. Se habia pasado alli cerca de una hora.

– Uh.

– Tu tampoco hablas mucho.

– O, si, si que hablo, no pasa nada.

Mary Lou se dio la vuelta y se alejo. Me fije en sus nalgas, que transmitian su seductor contoneo a todo el cuerpo. Era magica. Algunas mujeres eran magicas.

Habia empaquetado algunos pedidos cuando vi llegar al viejo. Tenia un descuidado bigote gris desparramado alrededor de la boca. Era pequeno y encogido. Iba vestido de negro, con una bufanda roja atada al cuello y una boina azul en la cabeza. Debajo de la boina surgia una abundante y desgrenada cabellera gris.

Los ojos de Maurice eran lo mas distintivo de todo su ser; eran de un verde vivido y parecian mirar desde remotas profundidades del interior de su craneo. Cejas tupidas. Iba fumando un largo y estrecho cigarro.

– Hola, chico -me dijo.

Apenas tenia acento frances. Se sento en el extremo de la mesa de empaquetado y cruzo las piernas.

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