Bebi con ella un rato sin decir apenas nada. Entonces me levante, fui hacia el garaje, cogi los corta alambres, me los meti en el bolsillo, subi al coche y volvi a la feria.

Force la puerta trasera, el cerrojo estaba muy oxidado y cedio con facilidad. El estaba dormido en el suelo de la jaula. Comence a trabajar, pero no pude cortar el alambre. Era demasiado grueso. Entonces se desperto.

– Hijo mio -dijo-. ?Has vuelto! ?Sabia que lo harias!

– Mira, tio, no puedo cortar el alambre con estas tenazas. Es demasiado grueso.

El se levanto:

– Damelas. -Me cogio las tenazas.

– Dios -le dije-. ?Tienes las manos ardiendo! Debes tener alguna clase de fiebre.

– No me llames Dios -contesto.

Corto el alambre con las tenazas como si fuese hilo de seda y salio fuera de la jaula.

– Y ahora, hijo mio, vamos a tu casa. Tengo que reponer fuerzas. Unos cuantos bistecs con patatas y estare de nuevo fuerte. He comido tanto alimento para perros que tengo miedo de ponerme a ladrar en cualquier momento.

Salimos fuera, montamos en el coche y lo lleve a casa. Cuando entramos, Fio estaba todavia sentada en la cocina bebiendo whisky. Le frei un huevo con tocino para empezar y nos sentamos al lado de Fio.

– Tu amigo es un guapo diablo -me dijo.

– El pretende ser el diablo -dije yo.

– Hace mucho tiempo -dijo el- que no he tenido un buen cacho de mujer en mis manos.

Se inclino y le dio a Fio un largo beso. Cuando termino, ella parecia en estado de shock.

– Ese fue el beso mas calido que me han dado en la vida -dijo ella- y me han dado unos cuantos.

– ?De verdad? -pregunto el.

– Si haces el amor igual que besas, puede ser demasiado. ?Simplemente demasiado!

– ?Donde esta el dormitorio? -pregunto el.

– Solo tienes que seguir a la senora -conteste.

Siguio a Fio al dormitorio y yo me servi un gran vaso de whisky.

Nunca en mi vida habia oido gritos y gemidos como esos, y la cosa duro unos buenos cuarenta y cinco minutos. Luego el salio solo, se sento y se sirvio un trago.

– Hijo mio -me dijo- aqui tienes una mujer de las buenas.

Se fue hacia la salita y se tumbo en el sofa, se estiro y se quedo dormido. Yo entre en el dormitorio, me desnude y me meti en la cama junto a Fio.

– Dios mio -dijo ella-. Dios mio, no lo puedo creer. Me puso en el cielo y el infierno.

– Solo espero que no prenda fuego al sofa -dije.

– ?Quieres decir que se duerme fumando? -Olvidalo.

Bueno, el tio empezo a hacerse el amo. Yo tuve que dormir en el sofa. Tuve que escuchar a Fio gritando y gimiendo en el dormitorio todas las noches. Un dia, mientras Fio estaba de compras y nosotros estabamos bebiendo una cerveza en la mesita de la cocina, tuve unas palabras con el.

– Escucha -le dije- a mi no me importa ayudar a alguien a salir de un encierro pero ahora he perdido mi cama y mi mujer y voy a tener que pedirte que te vayas.

– Creo que me voy a quedar aqui por algun tiempo, hijo mio, tu senora es una de las mejores piezas que he tenido nunca.

– Mira, tio -le dije- no me hagas tomar medidas extremas para sacarte de aqui.

– ?Un chico duro, eh? Bueno, mira, chico duro, tengo que darte una pequena noticia. Mis poderes sobrenaturales han vuelto. Si tratas de joderme te vas a quemar los cojones. ?Mira!

Teniamos un perro. Old bones; no era muy noble, pero ladraba por la noche, era un buen perro guardian. Bueno, el apunto con su dedo a Old bones, el dedo hizo una especie de sonido chasqueante, se hincho y una fina linea de fuego surgio en direccion a Old bones. El perro se quedo rigido y con el pelo erizado, y entonces desaparecio. Ya no estaba alli. No habia ni huesos, ni cenizas, ni siquiera ningun olor. Solo aire.

– De acuerdo, hombre -le dije-. Puedes quedarte aqui un par de dias mas, pero luego tendras que irte.

– Frieme un buen filete -dijo- estoy hambriento, y me temo que mis reservas de esperma estan disminuyendo notablemente.

Me levante y eche un filete en la sarten.

– Hazme algunas patatas fritas para acompanarlo -dijo- y unas rodajas de tomate. Cafe no, no quiero. Ando con insomnio. Solo me tomare un par de cervezas mas.

Cuando le estaba sirviendo la comida, Fio regreso.

– Hola, amor mio -dijo ella-. ?Como estas?

– Muy bien -contesto-. ?No teneis algo de catsup?

Yo sali afuera, subi al coche y me fui hacia la playa.

Bueno, el tio de la barraca ahora tenia un nuevo diablo. Pague mi cuarto y entre. Este diablo era muy poca cosa. La pintura roja que le habian pulverizado le estaba matando, y se estaba bebiendo una botella para no volverse loco. Era un tipo grande y fuerte, pero no tenia ninguna cualidad demoniaca en especial. Yo era uno de los pocos clientes. Habia mas moscas que personas alli dentro.

El charlatan de la entrada se me acerco:

– Me estoy muriendo de hambre desde que me robaste al verdadero. Supongo que lo exhibiras ahora en algun sitio, ?no?

– Escucha -le dije-, daria cualquier cosa por poder devolvertelo. Yo solo trataba de ser una buena persona.

– ?Ya sabes lo que les pasa a las buenas personas en este mundo, no?

– Si, acaban recorriendo la Septima Avenida y Broadway vendiendo gacetillas.

– Mi nombre es Ernie Jamestown -dijo-, cuentamelo todo. Tengo una habitacion ahi en la parte trasera.

Segui a Ernie a la habitacion. Entramos. Su mujer estaba sentada en la mesa bebiendo whisky. Levanto la mirada y me vio.

– Escucha, Ernie, si este bastardo va a ser el nuevo diablo, es mejor olvidarlo todo. Para eso es lo mismo presentar un triple suicidio -dijo.

– Tranquilizate -dijo Ernie- y pasa la botella.

Le conte a Ernie todo lo que habia pasado. El escucho con atencion y luego dijo:

– Yo puedo quitartelo de encima. El tiene debilidades, dos debilidades esenciales: la bebida y las mujeres. Y otra cosa. No se como ocurre, pero cuando esta encerrado, como lo estaba en la celda de los borrachos o en la jaula de ahi fuera, pierde sus poderes sobrenaturales. Bien, vamos a sacarlo de tu casa.

Ernie se fue hacia el armario y saco un manojo de cadenas y candados. Entonces cogio el telefono y llamo a una tal Edna Hemlock. Edna nos esperaria dentro de veinte minutos en la esquina del bar Woody's. Ernie y yo subimos a mi coche, paramos a comprar dos botellas de whisky en el almacen de licores, recogimos a Edna, y nos fuimos hacia mi casa.

Seguian en la cocina. Estaban monteandose como locos. Pero tan pronto como vio a Edna, el diablo se olvido por completo de mi senora. La tiro fuera como a un par de medias rotas. Edna tenia de todo. Sus padres no habian cometido ni un solo error al concebirla.

– ?Por que no bebeis los dos un poco y os conoceis mejor? -dijo Ernie poniendo un gran vaso de whisky delante de cada uno.

El diablo miro a Ernie.

– Eh, madre, tu eres el tio que me metio en la jaula, ?no?

– Bah, olvidalo -dijo Ernie- lo pasado, pasado.

– ?Y un cuerno! -Le apunto con su dedo y la linea de fuego surgio hacia Ernie; al instante ya no estaba alli.

Edna sonrio y cogio su whisky. El diablo hizo un gesto, cogio su vaso y se lo bebio de un trago.

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