– ?Tu crees en el amor? -me pregunto.

– Supongo. A mi me paso una vez.

– ?Y donde esta ella?

– Se fue. Muerta.

– ?Muerta? ?Como?

– La bebida.

– Esta tambien bebe mucho. Me preocupa. Siempre esta borracha. No puede parar.

– Ninguno de nosotros puede.

– Voy a las reuniones de Alcoholicos Anonimos con ella. Siempre va alli borracha. La mitad de los que van alli estan borrachos. Puedes oler los vapores.

Yo no conteste.

– Dios, es joven. ?Y vaya cuerpo! La amo, tio, ?la amo de verdad!

– Oh, cono, Marty, eso es solo sexo.

– No, yo la amo, Hank, lo noto de veras.

– Si, es posible.

– Cristo, la han metido en una habitacion del sotano. Por no poder pagar el alquiler.

– ?El sotano?

– Si, tienen una habitacion alla abajo con todas las cazuelas y la mierda.

– Es increible.

– Si, ella esta alla abajo. Y yo la amo, tio, y no tengo nada de dinero para ayudarla.

– Eso es triste. Yo estuve en la misma situacion. Se sufre.

– Si tuviera voluntad, si pudiera meterme diez dias en el hospital y recobrar la salud, podria conseguir un trabajo en alguna parte, podria ayudarla.

– Bueno -dije- ahora estas bebiendo. Si la amas, tendras que dejar de beber desde este mismo momento.

– Por Dios -dijo-. ?Lo hare! ?Voy a echar este vaso al retrete!

– No seas melodramatico. Solo tienes que pasarmelo.

Baje en el ascensor al primer piso, con la botella de whisky barato que habia robado en la tienda de licores de Sam una semana antes. Luego baje por las escaleras hasta el sotano. Habia una pequena luz encendida alla abajo. Me puse a buscar alguna puerta. Finalmente encontre una. Serian la una o las dos de la madrugada. Llame a la puerta. Esta se entreabrio y alli estaba una mujer verdaderamente preciosa en camison. No me esperaba tanto. Joven, rubia y con labios de fresa. Meti mi pie entre la puerta y la pared, y luego empuje con suavidad hasta meterme dentro. Cerre la puerta y mire a mi alrededor. No era un sitio tan malo despues de todo.

– ?Quien eres? -dijo ella-. Largate de aqui.

– Tienes una habitacion magnifica. Creo que es mejor que la mia.

– ?Vete de aqui! ?Vete! ?Vete!

Saque la botella de whisky de la bolsa de papel. Ella se quedo mirandola.

– ?Como te llamas? -le pregunte.

– Jeanie.

– Escucha, Jeanie ?donde guardas los vasos?

Senalo un estante de la pared y yo me acerque y cogi dos largos vasos. Habia un lavabo. Eche un poco de agua en cada uno y luego me fui hacia la mesa, los deje, abri la botella y llene el resto con whisky. Nos sentamos en el borde de la cama y bebimos. Ella era joven y atractiva. Yo no podia creerlo. Esperaba una explosion neurotica, alguna locura. Pero Jeanie parecia normal, incluso saludable. Eso si, disfruto su whisky. Se lo bebio en silencio conmigo. Yo habia bajado con un enfebrecido ataque de ansiedad, pero ahora la ansiedad habia desaparecido. Quiero decir que si ella hubiese sido una marranita o tuviese algo indecente o feo (un labio leporino, cualquier cosa) yo hubiera estado mas cachondo y mas dispuesto a enguilarmela. Recorde una historia que habia leido una vez en el Racing-Form acerca de un semental pura sangre al que no habian conseguido aparear con ninguna yegua. Le habian llevado las yeguas mas bellas que se podian encontrar, pero el semental las rehuia. Entonces alguien, que sabia del asunto, tuvo una idea. Embadurno de barro a una yegua magnifica y el semental se la monto inmediatamente. La teoria era de que el semental se sentia inferior ante todas esas bellezas, pero cuando estaban embarradas, afeadas, entonces se sentia igual, o quizas incluso superior. Las mentes de los caballos y las de los hombres podian tener muchos puntos en comun.

En fin, Jeanie se sirvio otro vaso de whisky, me pregunto mi nombre y en que habitacion estaba. Le dije que vivia por los pisos de arriba y que solo queria tomar un trago con alguien.

– Te vi una noche en el bar Clamber hace cerca de una semana -dijo- estabas muy divertido, tenias a todo el mundo riendose, invitabas a beber a todos.

– No recuerdo.

– Yo si me acuerdo. ?Te gusta mi camison?

– Si.

– ?Por que no te quitas los pantalones y te pones mas comodo?

Lo hice y me volvi a sentar en la cama con ella. Todo paso muy despacio. Recuerdo estar diciendole que tenia unas tetas muy bonitas y luego estaba chupandole una. Luego me di cuenta de que estabamos metidos en el ajo. Yo estaba encima. Pero algo no funciono bien. Me eche a un lado.

– Lo siento -dije.

– No pasa nada -dijo- me sigues gustando.

Nos sentamos y nos acabamos el whisky, hablando vagamente.

Entonces se levanto y apago las luces. Yo me senti muy triste y me meti en la cama pegado a su espalda. Jeanie estaba caliente, llena, y yo podia sentir su respiracion, y podia sentir su pelo contra mi cara. Mi pene comenzo a levantarse y yo se lo apoye en el trasero. Ella se movio y lo guio hacia dentro.

– Ahora -dijo- ahora, eso es…

Estuvo muy bien de ese modo, largo y agradable, luego acabamos y nos dormimos.

Cuando me desperte ella seguia durmiendo. Me levante y empece a vestirme. Estaba completamente vestido cuando ella se volvio y me miro:

– Otra vez antes de que te vayas.

– De acuerdo.

Me desnude otra vez y me meti en la cama. Se volvio de espaldas y lo hicimos de nuevo, del mismo modo. Luego de que yo llegara al orgasmo, ella siguio dandome la espalda.

– ?Volveras aqui a verme? -me pregunto.

– Por supuesto.

– ?Vives arriba?

– Si, en la 309. Puedo venir a verte o tu puedes ir a verme.

– Prefiero que vengas tu a verme -dijo.

– De acuerdo -dije-. Me vesti, abri la puerta, sali y la cerre. Camine hacia la escalera, subi, monte en el ascensor y aprete el boton numero 3.

Fue cerca de una semana despues, una noche, bebiendo vino con Marty. Hablabamos de cosas varias sin importancia y entonces dijo:

– Cristo, me siento como un idiota.

– ?Otra vez?

– Si. Mi chica, Jeanie. Te hable de ella.

– Si. La que vive en el sotano. Estas enamorado de ella.

– Si. Pues la han echado del sotano. Ni siquiera podia pagar el alquiler del sotano.

– ?Y adonde ha ido?

– No se. Se ha ido. Me entere de que la habian echado. Nadie sabe lo que hizo despues, adonde fue. Fui a la reunion de Alcoholicos Anonimos y no estaba alli. Me siento mal, Hank, me siento muy mal. Yo la queria. Voy a

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